XXIII

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Carlotta Favreau

Lo más importante que debes tener en cuenta al vivir, es que tu pasado no debe definirte.

Cuando era una niña, vivía una vida increíble, tenía todo lo que quería, iba de viaje a donde me apetecía y todo era mágico. Por supuesto que ayudaba el ser hija única, tenía todo el dinero y la atención de mis padres exclusivamente para mí, pero un buen día, cuando tenía catorce años ¡Pummm! Se derrumbó el sueño.

Papá se largó. Y no conforme con habernos abandonado sin previo aviso, nos dejó en la ruina. Resulta que el gran señor Pier Favreau era un apostador de primera que al parecer no tenía demasiada suerte porque dejó a su pobre esposa y a su hija adolescente sin dinero, con muchas deudas y a punto de perder la casa en la que vivían por una hipoteca. Hijo de puta.

El tema de la casa fue resuelto gracias a Isaac Cox, que se convirtió a partir de ese momento en mi padre sustituto. Él se encargó de todos los trámites pertinentes y además nos prestó una cantidad de dinero bastante considerable para cubrir las deudas del cobarde que tengo por padre.

Debido a todo ese asunto, mi madre y yo tuvimos que conseguir la manera de generar ingresos, teníamos que empezar a pagarle al padre de Ivanna y a su vez, sobrevivir nosotras dos.

Mamá consiguió trabajo en una prestigiosa casa de modas, resulta que cuando ella tenía diecisiete años se marchó a Francia a estudiar diseño de alta costura y al cabo de unos años volvió graduada y con un flamante francés como esposo que no la dejó trabajar jamás porque era un vil machista, es por esa razón que ella dedicó poco más de quince años de su vida a ser la esposa perfecta que aguantaba infidelidades y maltratos mientras criaba a una preciosa hija, es decir, yo.

Por mi parte, empecé a buscar trabajo como el de pasear perros, cosa en la que me fue bien pero no duré demasiado tiempo porque mis clientas preferían que me encargara de sus tormentosos hijos, así que me convertí en una paciente niñera hasta que un buen día conseguí trabajo en una pastelería y me enamoré de los postres.

Con respecto a mi padre, jamás supimos nada más de él, no sabemos si vive o murió, si tiene otra familia o es un mendigo, se lo tragó la tierra y menos mal, porque mamá y yo hemos sido increíblemente felices desde que ese ser desapareció. Incluso con mi trabajo pude pagar mi carrera de arquitectura y ahora soy una exitosa arquitecto, vivo bastante cómoda y le doy a mi madre la vida que se merece, así como ella me la da a mí porque ambas somos trabajadoras y hemos salido adelante juntas.

Ahora, esta es la cosa, debido a todo el rollo de mi padre, obviamente no creo en los hombres, es por eso que no he tenido ninguna relación amorosa, lo más cerca que estuve de una fue con un chico de la facultad con el que me fui a la cama durante un mes y cuando se empezó a poner romántico, lo dejé.

Mi vida sentimental es completamente nula, pero eso sí, mi vida sexual siempre está activa. ¿Cómo lo hago? Pues fácil, tengo una aplicación de citas en la que veo a las personas con las que pudiese congeniar, hacemos match, nos encontramos en algún lugar - público, por supuesto, no quiero ser descuartizada por algún psicópata -, nos conocemos y si de verdad hay feeling, pues a la cama; en caso de que eso no suceda, fue un placer.

Así conocí a Chris, mediante la aplicación. La diferencia es que él empezó a escribirme muchísimo, siempre estaba al pendiente de mi y aunque yo le decía para encontrarnos, él le daba largas al asunto diciendo que estaba en un viaje. Yo estuve tentada en varias ocasiones a dejar de hablarle, porque honestamente pensé que era sólo una persona que se hacía pasar por un rubio guapo, pero un grandioso día, él me preguntó en dónde me encontraba y llegó al café en donde estaba desayunando con un hermoso ramo de flores y un canguro de peluche que decía Yo amo Australia, es decir, sí estaba de viaje. Y por si se lo preguntaban, sí, era un rubio incluso más guapo de lo que se veía en fotos. Alto, fornido, con una barba bastante recortada que lo hacía lucir increíblemente atractivo. Debo admitir que en el momento en que lo ví, me provocó salir corriendo, porque jamás esperé que fuese tan jodidamente sexy.

Las Vueltas Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora