VI

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Luego de terminar de ver el local y hablar con Carlotta, nos despedimos quedando en vernos pronto. Isabella quiere ir a buscar ropa a su casa para quedarse en la mía pero yo le insisto en que estoy bien y que no es necesario que se quede de nuevo, de todos modos ella mañana debe ir a clases y la universidad queda un poco retirada de mi casa.

A pesar de que está en desacuerdo, la llevo a su casa, saludo a mis padres y me voy a mí departamento. Necesito estar un tiempo a solas para serenarme mientras espero la llegada de los niños y de su papá.

Bajo del ascensor, abro la puerta principal y me adentro, quisera cambiarme de ropa pero sé que Bastian viene y quiero verme bien, así que solo cambio mis botas por unas zapatillas más cómodas y empiezo a acomodar un poco las cosas de los niños ya que mañana les toca ir a la escuela. Realmente hago esto para evitar pensar, para evitar sentir ansiedad ante la idea de Bastian viniendo y estando a solas conmigo.

Tengo un defecto terrible que es sobre pensar las cosas. No importa qué sea, siempre pienso en lo que acarrea el asunto, intento evaluar todos los escenarios y debo admitir que muchas veces me enfoco mucho en los negativos. No sé aún por qué razón hago eso, es como autosabotearme a mí misma, porque me bajo las espectativas ante todo.

Muchas veces me ha pasado completamente lo contrario a lo que pienso y me digo que dejaré de pensar lo malo porque pueden pasar cosas buenas, pero al final termino llegando al mismo punto de siempre.

Es por esa razón que cuando siento que empezaré a pensar de más, intento distraerme  con cualquier cosa, hago cualquier pendiente y coloco un poco de música, como ahora.

Busco una canción de Katy Perry en mi móvil  y empiezo a acomodar las mochilas de los niños mientras bailo un poco. Meto los cuadernos y el delantal que usan en la clase de arte.

Estoy tan entretenida que cuando se para la música no entiendo que es lo que sucede, me acerco al teléfono para reproducirla nuevamente y me encuentro que es una llamada lo que interrumpió mi baile.

Atiendo y es Bastian para informarme que ya llegó y que subirá en el ascensor ya que tiene sus llaves, pregunta si ya estoy aquí, cosa que afirmo y antes de colgar me dice "nos vemos ahorita" y empieza mi nerviosismo.

Corro cómo maratonista desde el cuarto de Diego hasta la cocina para empezar a prepararme un té, necesito controlar un poco los nervios repentinos. No es como si él no se fuese a dar cuenta de que estoy nerviosa, pero realmente prefiero engañarme y pensar que no lo hará. Escucho la llave en la puerta y enseguida a mis hijos hablar como un par de loros.

– Supongo que se divirtieron muchísimo, porque vienen muy felices. – les digo mientras salgo de la cocina dejando la tetera en la estufa. Ellos corren hacia mí gritando y me agacho para ser abrazada. – ¿Cómo están mis bebés? – les pregunto.

– Bien Mita – dice Amaia separandose de mi – fuimos a comer con los abuelos y el tío Bruno, luego fuimos al parque y también al cine. – exclama con emoción.

– También estaba la tía Ornella – dice Diego refiriéndose a la esposa de Bruno, el hermano de Bastian. – y comimos palomitas de maíz en el cine mami. ¡Ah! Y helado.

– Wow, que bueno, me alegra mucho que lo hayan pasado bien – les digo con emoción – ¿Quieren que mamá les prepare algo de cenar?

–¡Siii! – respondieron ambos. – Sandwich en forma de Mickey y Minnie.

– Pero si eso fue lo que desayunaron. – respondo con asombro.

– Si Mita, pero es que nos gustan mucho y a ti te quedan más ricos que a la tía Isa. – yo sonrío y les digo que está bien.

Las Vueltas Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora