XV

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Luego de que una mujer se convierte en madre, empieza a valorar realmente el momento de dormir. Así que por supuesto, no pasé una mala noche, de hecho fue bastante buena, estaba agotada. Luego de abrir los obsequios con mis hijos, cenar y ver una película animada, ellos se durmieron en mi cama y allí los dejé, necesitaba su compañía para descansar. No deseaba sentirme sola.

Ahora acabo de dejarlos en el colegio y ha empezado mi cabeza a dar vueltas, pero tranquilos, ya estoy camino a la firma y pienso ocupar mi cerebro en otras cosas.

Estoy a unas calles de llegar a mi lugar de trabajo y recibo una llamada, ya que me encuentro conduciendo decido atender sin verificar quién es.

— Sí, buen día.– respondo cordialmente.

Ivanna querida, ¿qué tal estás?– la voz de Leyna resuena por los altavoces de mi auto.

— Bien Leyna, espero que tú también. ¿Sucede algo?– no es por sonar cortante, pero la verdad es que si tuviera una lista de las personas con las que no quiero hablar en estos momentos, la madre de Bastian estaría en ella.

Ay querida, disculpa que te moleste a estas horas, es que quería saber una cosa.– habla con tono preocupado.

— Cuéntame.– empiezo a inquietarme.

— ¿Por casualidad Bastian está en el departamento contigo?– pregunta y mi confusión crece aún más.

— No, claro que no.– niego — ¿Por qué habría de estarlo? ¿Pasó algo?– pregunto extrañada.

No... Bueno, no lo sabemos, lo último que supimos de él fue que iba a llevar a los niños y a conversar contigo y luego no volvió más.– comenta preocupada — Asumimos que habían arreglado las cosas.

— Bien, pues sí que arreglamos las cosas, pero no de la manera que esperan.– contesto tajante — ¿Ya probaron llamando a su teléfono?– pregunto mientras empiezo a estacionar el auto en el edificio donde se encuentra la oficina.

Sí, lo hicimos, pero no contesta. Luego fuimos a la casa y nos dimos cuenta de que se ha llevado algunas cosas.– dice al borde del llanto.

— Ah, pues entonces tranquila, si se llevó algunas cosas debe estar bien, seguro se fue a quedar en algún sitio.– la tranquilizo. No estoy completamente segura, pero me llega una ligera sospecha de dónde puede estar.

Es que eso es lo extraño Ivanna, no nos dijo nada. Luego de que discutió con su padre no volvió a atenderme las llamadas.– explica y en mi cabeza todo empieza a encajar.

— ¿Discutió con Jacob?– inquiero — No me comentó nada... Bueno Leyna, tranquila, trataré de comunicarme con él y cualquier cosa que sepa te la hago saber, debo colgar.– concluyo.

Muchas gracias querida, espero que nos podamos ver pronto para hablar un poco. Adiós.– se acaba la llamada y procedo a marcarle a mi futuro ex esposo.

La primera vez cae al buzón de voz. Pruebo una segunda vez y atiende.

Ivanna, ¿pasó algo?– contesta.

— Eso te pregunto yo a tí, tú madre anda frenética buscándote.– suelto.

Mierda, que intensidad.– es todo lo que dice. — ¿Pasó algo amor?– escucho la voz inconfundible de Natalia de fondo y no puedo negarlo, confirmar mi sospecha es como recibir una patada en el hígado.

El estómago se me contrae de coraje mientras escucho que él le dice alguna cosa y sigue hablando conmigo. La verdad es que ni siquiera soy capaz de procesar lo que está diciendo.

Las Vueltas Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora