🛫 Primer destino 🛫

90 24 0
                                    

Albert, sentado en el auto de alquiler, reflexionaba y se lamentaba por su suerte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Albert, sentado en el auto de alquiler, reflexionaba y se lamentaba por su suerte. Issac, a su lado, lo miraba con pesar, aún en shock por la reacción tan precipitada de Aleksander. También el rubio se preguntaba por Vanessa y si había logrado calmar al castaño. Esto último le generaba cierta inquietud.

¿Qué tanto ocultaba su amigo?

¿Su personalidad tranquila era acaso una máscara que ocultaba su verdadera personalidad?

Aquellas preguntas lo estremecieron, esto lo notó el mayor, que le preguntó:

—¿Estás bien?

— Es que fue tan sorpresiva la reacción de Aleksander que ya no sé qué pensar de él.

El pelinegro, todo magullado por los golpes de su hermano mayor, sonrió y dijo a Isaac:

— Sigue siendo amigo de mi hermano, él no es así, sólo explotó por acumular tantos sentimientos malos en su interior. — Ustedes le hacen bien, lo hacen una persona libre y que sigue sus sueños.

— ¿Te obligaron a ser músico?

Albert asintió con la cabeza.

Sus ojos negros se encontraron con los ojos azules de Issac. Y este notó que había una terrible tristeza en ellos, inspirada por lo maltratado que había sido.

El rubio no se atrevió a preguntar qué era lo que alguna vez había soñado el mayor, ya que le parecía un tema doloroso para este.

Y así esperaron durante un rato, para luego pasar a preguntarse:

¿Y Vanessa y Aleksander?

Al preguntarse aquello ellos arrancaron y empezaron con la búsqueda.

Vanessa y Aleksander caminaron juntos hasta la carretera. El castaño la miraba esperando a que ella dijera algo, sin embargo, la chica no se atrevía, de hecho, se arrepentía de todo lo que había hecho y dicho esa noche.

No podía centrarse en una relación, ya que había perdido a alguien y acabaría peor si perdía a otra persona. Había cosas que tenía que resolver. El duelo, su padre y terminar lo que había comenzado, es decir, lo del viaje.

Aleksander tenía el corazón a mil. Él y la chica que amaba se habían besado, cosa que había esperado desde siempre.

A pesar de eso Vanessa sentía algo por su amigo. Cuando lo conoció le pareció el chico más lindo del planeta, con su cabello castaño rizado y pestañas largas. Ahora le parecía una persona más madura y soñadora, y que a pesar del paso del tiempo no había cambiado en su forma de ser con ella.

Sin embargo, ella estaba arrepentida de lo que había hecho, no quería arruinar la amistad que tenía con Aleksander y lo había hecho indudablemente.

Pasaron varios minutos en silencio hasta que notaron que un carro les hacía luces desde la distancia.

Isaac estaba al volante y Albert de copiloto, ambos preocupados y alertas por sí veían que alguno de sus amigos se encontraba herido.

Vanessa caminó rápidamente hacia el automóvil que avanzaba lentamente hacia ellos dejando atrás a un confundido Aleksander, que creía que su amiga le correspondía, pero que tenía sus dudas por lo distante que había sido minutos antes.

Cuando el auto se detuvo Issac corrió a los brazos de Vanessa y le hizo mil y un preguntas. Los hermanos Kalas quedaron solos contemplándose, querían disculparse el uno con el otro.

No obstante, no era el momento propicio para eso, ya que tenían una misión que cumplir, la que era llegar al salar Uyuni y esparcir el primer puñado de cenizas al viento.

En el corto espacio de camino que les quedaba para llegar al salar escucharon música y cada uno se puso a reflexionar sobre sus asuntos personales y no tan personales.

Issac pensaba en lo que haría después de terminado el viaje.

Aleksander tenía un horrible presentimiento.

Vanessa se preparaba mentalmente para despedirse definitivamente de Elián.

Albert miraba su teléfono y se decidía entre llamar a su amiga Tamara o no.

Apenas llegaron al salar, haciendo su debido trayecto por sus cuenta, notaron que era un lugar relajante y hermoso, tal como se veía en fotos, sólo que de noche era mejor. La salina transparente reflejaba las estrellas, cosa a la que el grupo de viajeros, criados en ciudad, no estaba acostumbrado.

Eran miles de pequeñas estrellas, que parecían tan cercanas y a la vez tan lejanas, muchas a miles, incluso millones de años luz. Algunas muertas, otras recién nacidas. En fin, el grupo se veía cautivado por el firmamento, tanto así que olvidaron tomar fotos, todo para no dañar el increíble momento que estaban viviendo.

Vanessa, aprovechando el viento, empezó a esparcir el puñado de ceniza correspondiente para el primer de los cinco destinos a visitar.

Ella, mientras hacía eso, lloró en silencio.

También en silencio se despidió otra vez.

El grupo que regresó de su travesía fue en carro hasta la ciudad de Uyuni, lugar dónde se iban a quedar a planear y a dormir para su próximo destino, al cual llegarían en avión, ya que era en Europa.

Y mientras Vanessa, Issac y Aleksander iban a sus respectivas habitaciones, Albert fue a la azotea del hotel en el que se quedaban e hizo una llamada. Apenas oyó la voz de la chica su corazón empezó a latir rápidamente.

"Hola."

"Hola."

"Sé que eres tú."

"Necesito desahogarme con alguien, no sé si te moleste."

"Cuéntamelo todo."

"Mi hermano me golpeó y escapó, todo fue por celos. Le hablé a la chica que le gusta, una antigua amiga de él y ella está pasando por un momento muy difícil en su vida, me abrazó y lloró. Mi hermano interpretó todo como una traición de mi parte."

"Sé que amas a tu hermano y que, al parecer, lo proteges mucho, demasiado, debes dejar de protegerlo tanto, ya tiene una edad en la que tiene que darse cuenta de la realidad de la vida, de su vida."

En ese instante, Aleksander venía subiendo las escaleras de incendios, para así llegar a la azotea y hablar con su hermano mayor. Cuando se encontraba en medio del lugar y casi detrás de su hermano, el chico castaño escuchó lo que dijo el mayor a continuación:

"Mi hermano es la persona más inteligente y talentosa que conozco, no quiero que le pase algo malo. Mi padre me ha maltratado durante años y yo he intentado como un loco hacer que no le cause daño a Aleksander. Yo amo a mi hermanito, Tamara. Todo lo hago por él, todo".

El chico de pecas se tapó la boca y negó con la cabeza varias veces.

Si eso era verdad, su vida era una mentira y estaba en peligro inminente por su padre, porque si él le desobedecía nadie sabía cómo reaccionaría este.

Unas lágrimas gruesas cayeron por sus mejillas y lentamente, fue retrocediendo y cerrando la puerta con cuidado, intentando no hacer ruido y después buscar un sitio dónde pensar y desahogarse.

Unas lágrimas gruesas cayeron por sus mejillas y lentamente, fue retrocediendo y cerrando la puerta con cuidado, intentando no hacer ruido y después buscar un sitio dónde pensar y desahogarse

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El dolor de amarte | ✔️ EFECTOS DE AMARTE 1#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora