Capítulo XIII - Demonios

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- ¿Quién eres? – dije con miedo.

- Quien sabe – pronunció.

Siempre podía usar Evaluación para saber quién era.

[ESTADÍSTICAS]

NOMBRE: ???

NIVEL: ???

ESPECIE: DEMONIO

No podía saber ni su nombre, ni su nivel, pero conocía que era un demonio. Al parecer, los demonios también existían en este mundo.

Sin darme tiempo a pensar, la figura se abalanzó sobre mí, pero interpuse mi espada y bloqueé el ataque.

- Buenos reflejos – dijo – no será tan fácil como pensé.

Sven sacó su bestiario, que así se llamaba e invocó a una especie de nutria, que también llevaba una espada.

- A por él, Otters – ordenó Sven.

El animal empuño su sable y cargó contra el enemigo. Sus movimientos eran verdaderamente rápidos y limpios, aunque diría que el enemigo era más habilidoso. Intercambiaron una serie de golpes sin que ninguno pudiese tocar al otro.

- ¡Demasiado débil! – Aulló el demonio.

De sus manos salió un brillo morado. Chispas de color púrpura estaban saliendo de sus palmas, que pronto cubrieron todo su puño. Se puso detrás de Otters velozmente y le golpeó con el puño electrizado. Otters cayó al suelo derrotado.

- ¡Otters, vuelve! – exclamó Sven.

Otters empezó a brillar de un tono blanco. Se convirtió en un montón de pequeños trocitos destellantes antes de volver al bestiario.

- Eres una molestia, desaparece – dijo el demonio con un tono serio.

El demonio desapareció un instante antes de aparecer delante de Sven y darle una patada en el estómago.

- Terminemos con esto – Anunció el desconocido – No tengo tiempo para tonterías.

Yo estaba asustado, sujetando mi espada dispuesto a luchar, aunque temeroso. El enemigo empezó a caminar hacia mí con su espada en mano.

- ¿Que le estás haciendo a mis subordinados? – dijo una voz detrás de mí.

Era Klaus. Llevaba una gran hacha de color rojo y negro.

- No sólo tienes valor para entrar en el reino, profanar una de las mayores oficinas de aventureros del mundo, sino que además atacas a jóvenes aventureros – dijo Klaus, mosqueado – Prepárate.

- Otro patético humano – dijo el demonio – Ven a por mí si quieres.

Klaus cogió su hacha y cortó el aire. Al principio parecía que había hecho algo inútil, pero de repente, un brazo del demonio salió volando después de ser cortado.

- ¿Cómo? – Dijo desconcertado el desconocido - ¿Quién eres tú?

Pero Klaus no respondió a su pregunta. Cogió su hacha y le atacó, pero el enemigo lo evadió.

De repente, el demonio me miró y con su única mano volvió a usar la misma electricidad púrpura, pero esta vez, se convirtió en un rayo dirigido hacia mí.

- ¡Mierda! – soltó Klaus, sin tiempo para bloquear el ataque.

Grité con miedo, poniendo mi mano para impedir el ataque. De repente, una pequeña barrera de hielo se levantó y contuvo el ataque. Mi mano también estaba en parte congelada.

- ¿Qué ha pasado? – dijo el demonio, antes de que el hacha de Klaus impactase en su cara y la dejase llena de sangre – Esto no estaba planeado, volveremos.

Después de decir estas palabras, el demonio abrió un portal y pasó a través de él.

- ¿Estáis bien? – preguntó.

- Sí, respondimos al unísono – aunque Sven se había llevado un buen golpe.

- Capitán, ¿Quién era ese? – le pregunté.

- Un demonio, aunque no se ni quién ni por qué – respondió – pero es algo grave que se pudiera colar en la oficina, reportémoslo al rey.

¿Al rey? ¿Qué tendrá que ver él con esto?

Extrañamente, Klaus no nos llevó a ningún castillo ni a un palacio, de hecho, no nos sacó de la oficina. Subimos varias plantas hasta que llegamos a unas grandes puertas.

Después de hablar con un guarda, las puertas de dicha sala se abrieron.

- ¡Klaus Kaiser, rango A y su equipo solicitan una audiencia con el Décimo Rey Eudes!

Al fondo de la sala, un hombre de unos 50 años nos miraba con una sonrisa tranquila y apacible.

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