Capítulo XVIII - Búsqueda

2 0 0
                                    


Todo esto me daba que pensar. Si todos habíamos caído por el mismo agujero, ¿por qué no estábamos juntos? ¿Y, por qué no teníamos armas?

Tras un rato caminando encontramos un gran portón. Aunque estaba abierto, costaba moverlo de lo pesado que era. Tras empujarlo los dos a la vez encontramos un estrecho pasillo que conducía a una sala iluminada con una lámpara en el techo, y al fondo de esta, un cofre.

- Esta vez está cerrado – dije – Voy a abrirlo.

Kara asintió en aprobación.

El baúl se abrió con un siniestro crujido. Al fondo de este, protegido con terciopelo, un brillo dorado asomaba. Desenvolví el tesoro para encontrar una corona. ¿Podría ser esta la corona de Hades? Una calavera adornaba la macabra corona, dejando claro que lo era.

- Ya tenemos la corona, sigamos buscando al resto – anunció Kara.

Salimos de la sala y volvimos a los oscuros pasajes en busca de nuestros compañeros. No les pasará nada, Klaus es realmente fuerte, pero por alguna razón me preocupan.

Mientras caminamos, decidí preguntarle a Kara por eso.

- Kara – dije - ¿Puedo hacerte una pregunta?

- Dime – respondió.

- ¿Por qué nos ignoras? – le pregunté.

Hubo un silencio de unos segundos. Tras ver que no contestaba, decidí dejarlo estar.

De repente, un sonido rompió el silencio. Venía de más adelante. Un sonido metálico y gruñidos de animal.

Cuando nos acercamos, descubrimos tres seres extraños, parecidos a perros, pero con algunas características humanas, como el bipedismo. Llevaban el cuerpo cubierto con algunas partes de armadura y portaban armas. Reconocí en uno de ellos mi espada.

- ¡Oye, eso es mío! – grité.

Los monstruos se dieron cuenta de nuestra presencia y empezaron a correr hacia nosotros.

[ESTADÍSTICAS]

NOMBRE: No

NIVEL: 8

ESPECIE: Kobold

PV: 30/30

Cuando nos atacaron me di cuenta de que, a pesar de que nos superaban en número y en calidad y cantidad de armas, eran muy torpes con estas, y bastante lentos. Claramente no tenían inteligencia humana para saber cómo utilizarlas correctamente. Gracias a esto pudimos acabar con ellos fácilmente y recuperar nuestras armas. También, decidí llevarme un peto de cuero reforzado que llevaba uno de los kobolds. Ahora ya sólo restaba encontrar a los otros dos.

Esta situación podría volver a ocurrir y no tendría a alguien para ayudarme, me parece que sería una buena idea entrenar mi magia para poder usarla de forma ofensiva.

A lo largo de la cueva, luchamos con diversos monstruos y acabé subiendo un nivel.

De repente, oímos un grito a lo lejos. Nos pusimos en alerta y fuimos en la dirección en la que habíamos oído el sonido. Como Kara era mucho más rápida que yo cogió ventaja fácilmente, pero de repente se paró en seco y su semblante se volvió pálido. Pronto la alcancé.

- ¿Qué te pasa? – le pregunté.

Al momento me di cuenta de que había alguien delante nuestra. Se trataba de un chico de cabello azul verdoso y orejas largas. Se trataba indudablemente de un elfo. Sus ropas eran de color blanco, al igual que las vendas que le cubrían parte de la cara, en la zona del ojo derecho. Nos miraba sonriente, pero con una sonrisa que no mostraba felicidad, sino desprecio. Sujetaba con una mano en el cuello a Sven.

- ¡Rei! – Dijo Kara con un grito desgarrador.

Time TaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora