Capítulo VII - El equipo 3

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"Ding, Dong, Ding, Dong, Ding, Dong"

Hora de despertar.

Estaba vez no había una araña asesina en el techo. Me vestí y salí tranquilamente al comedor. Me volví a sentar al lado de Fritz. Esta mañana estaba hecho un mar de nervios. Tanto, que hasta a mí me ponía nervioso.

Después de terminar el desayuno, un señor mayor se subió al estrado que presidía la sala y dando unos golpes a una barra de metal atrajo la atención de todos. El señor carraspeó antes de empezar su oratoria.

- Saludos a todos, aventureros, para quien no me conozca, soy el presidente de la Oficina de Aventureros, Wells Darrel. Mi abuelo fundó esta gran organización hace ya más de un siglo. Hoy, me siento orgulloso de estar aquí con los aventureros que acaban de empezar – anunció – El camino muchas veces será de piedras puntiagudas, por ello, se crearon los equipos.

La figura del señor parecía producir bastante respeto y admiración por parte de los aventureros.

Os tocará formar equipo con otros dos aventureros, además de un capitán; él o ella será vuestra inspiración y vuestro mentor más importante – prosiguió – cuentan con mucha experiencia, bueno, seguro que estáis muy nerviosos y no queréis oír a un viejo sermoneándoos, los capitanes os esperan en la biblioteca.

Los aventureros recién empezados, unos 30 pasaron a la biblioteca, todos con el pañuelo azul que denotaba que eran principiantes. Fritz se me acercó y me dijo susurrando:

- Que nervios eh, Silas – dijo nervioso – espero que nos toque en el mismo equipo.

Ojalá. Pero como todo el mundo sabe, en un trabajo en grupo jamás te tocará con tus amigos. Sin embargo, existen muchas probabilidades de que a ellos les toque juntos y tú te quedes fuera.

Finalmente llegamos a la biblioteca. Allí nos esperaban 10 personas, de aspecto bastante dispar, pero todos portando un pañuelo rojo, que, si no recuerdo mal, era prueba de ser rango A.

Uno de ellos dio un paso adelante. No era otro que Shepard.

- Buenos días, jóvenes aventureros – dijo elegantemente – Me llamo Shepard de Virea, y seré el capitán de tres de vosotros; aquí tengo una lista con los equipos ya formados.

Fritz estaba ya al borde del desmayo.

Empezó a decir nombres, y los elegidos se fueron con su respectivo capitán. De repente escuché mi nombre.

- Equipo 3, Capitán: Klaus Kaiser, miembros: Silas Pierce, Kara Gert y Sven Hoff.

Me pregunté cómo serían mis compañeros. Dos personas salieron del grupo de los principiantes.

Uno de ellos, supuse que el tal Sven Hoff, era un chico de cabello negro y tez muy blanca, casi enfermiza. Parece ser de mi misma altura. Su rostro muestra un semblante alegre. Lleva una túnica negra, que es realmente bonita y parece denotar conocimientos sobre magia.

Por el otro lado, Kara Gert es una chica de pelo de un tono azul verdoso, corto, y tiene unas orejas extrañamente largas y afiladas. Tenía una cara seria, aunque era casi de disgusto. Su vestimenta constaba de una capa corta, una camisa marrón y unos pantalones blancos.

Nos acercamos a uno de los capitanes, que nos hizo un gesto con la mano.

Era joven, alrededor de unos 30 años. Era alto, y tenía el pelo blanco, que le cubría parte de la cara.

- Bienvenidos al oficio de aventurero – anunció – mi nombre es Klaus Kaiser y a partir de ahora seré el capitán del equipo 3.

Nos llevó afuera de la oficina. Nos sentamos en una pequeña plazuela.

- Bueno, que mejor manera de empezar que presentándonos – dijo Klaus – Yo, como ya he dicho, me llamo Klaus, un aventurero de rango A, soy de Berak y me especializo en espadas.

Sven tomó la palabra.

- Me llamo Sven Hoff, soy de Styrke, me especializo en magia de invocación, y mi objetivo es ser un mago de élite – dijo con una larga sonrisa – ¡llevémonos bien!

- Yo me llamo Silas, Silas Pierce – dije – Ehhh... soy de... Tesivias, un pequeño pueblo.

- Kara Gert – dijo solamente.

No parecía muy habladora. La verdad es que tampoco soy la persona que más habla, pero a ese nivel no llego.

Por el otro lado, Sven parecía amable y entusiasta, parece buena persona.

- Perfecto – dijo Klaus – vamos a hacer una pequeña prueba necesaria.

Klaus sacó un papel de su bolsillo.

- Esto es un papel de maná, sirve para saber qué tipo de maná es el más adecuado para vosotros – explicó – sin embargo, eso no significa que no podáis hacer otros tipos de magia, sino que este es el más adecuado para vosotros.

Le pasó el papel a Sven, y al poco tiempo este se volvió de color marrón.

- Magia de tierra, ¿eh? – dijo Klaus – sirve especialmente para defender, levantando altos muros, pero tiene más usos.

Luego, Kara lo cogió. El papel se tornó de color amarillo.

- Magia eléctrica... - dijo – es muy buena magia ofensiva.

Finalmente, yo probé a sujetar el papel, que se volvió de color azulado.

- Magia de hielo – dijo Klaus – es equilibrada, sirve tanto para defensa como para ataque.

Magia de hielo... ¡suena interesante!

- Pues esto es todo por hoy, mañana empezamos con las misiones – anunció el capitán.

Los tres asentimos y volvimos a los dormitorios. Sven se acercó a hablarme.

- Magia de hielo... que envidia – me dijo.

- ¿Es buena magia? – pregunté.

- Hay bastantes magos famosos que han usado la magia de hielo, el rey Gelis II, el héroe Mender...

- Vaya, parece que te gusta la historia – noté.

- Mi familia me obliga a estudiar mucho – dijo – pero a veces es divertido.

Nos paramos en un cruce.

- Bueno, yo me voy por aquí, hasta mañana – dijo Sven.

- Sí, hasta mañana – respondí.

Vi como Kara se fue por otro camino.

- Adiós, Kara – me despedí.

Sin embargo, no me respondió.

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