Maldición

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- está maldito.

- ¿qué?

- lo que escuchaste, Lugonis siento tener que decirte esto pero tal parece que la constelación de piscis ha recibido una maldición.

- ¿que como es eso posible?

- he estado investigando y tal parece que la constelación de piscis ha sido maldecida.

- pero ¿cómo pudo ser maldecida?

- eso no está claro una maldición así solo puede ser lanzada por un dios.

- ¿por un dios?, pero ¿por qué un dios le lanzara una maldición a piscis?

- eso no está claro, no se sabe cómo actúan los dioses, no podemos predecir qué es lo que harán.

- ya veo, dígame patriarca ¿tiene alguna idea de que dios pudo haber lanzado la maldición?

- no, sin embargo no podemos permitir que esto de la maldición se conozca en todo el santuario y más haya, si los enemigos se enteran sacarán provecho de ello.

- entiendo patriarca, puedo saber ¿qué clase de maldición tiene piscis?

- tal parece que cuando Albafica usa su cosmos la misma constelación de piscis absorbe ese cosmos y también la vida su vida.

- eso es imposible.

- sin embargo, las maldiciones también tiene sus beneficios así como perjuicios.

- ¿cómo?

- Lugonis tu mejor que nadie sabes cómo funcionan las maldiciones, por obtener algo se tiene que dar algo a cambio.

- ¿qué?

- Lugonis cuando Albafica usa su cosmos obtiene un gran poder que incluso y me atrevo a decir supera a todos los caballeros de oro.

- superar el poder de los caballeros dorados.

- tal vez más fuerte que el de un dios, sin embargo el precio a pagar por ese poder es muy alto.

- ya entiendo Albafica obtuvo más poder sin embargo tiene que pagar con su vida- dijo Lugonis apretando sus puños- pero él es solo un niño, no merece esto.

- sé que estas molesto Lugonis, lo mejor es que Albafica deje el entrenamiento.

- sabe que no puedo hacer eso patriarca, Albafica es el único capaz de ser el santo de piscis.

- Lugonis ya habrá otros aspirantes sin embargo la vida de tu discípulo, no más bien la vida de tu hijo está en riesgo.

- patriarca la maldición fue puesta en piscis cualquier otro discípulo estaría igual de afectado.

- tienes razón, Lugonis recuerda mantener discreción con respecto a la maldición, no puedes hablar de eso con nadie.

Lugonis salió de la sala del patriarca, volvió a piscis y encontró a su alumno limpiando la mesa, para ser solo un niño ya hace demasiadas tareas para alguien de su edad.

- Albafica.

- maestro.

- Albafica hijo porque no vas a regar las rosas.

- sí.

Albafica salió hacia el jardín con una pequeña regadera en sus manos y comenzó a regar las rosas, Albafica estaba regando las rosas cuando un ruido llamó su atención.

- ¿hola hay alguien ahí?

- ahhhhhh- un chico de cabellos azules cayo enfrente de Albafica ocasionando un susto en el- hay maldito Kardia ya me las pagaras.

Cuidando de AlbaficaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora