DESTINY© [S.S #06]

PRÓLOGO

La pequeña con ojos verdes observaba, entre las penumbras de aquella oscura y melancólica noche, a su madre.

Aquella señora con piel pastelada y blanca, cabello cobrizo, y sus hermosos ojos esmeralda.

—Mamá tiene que irse por un tiempo. —le susurró— Mamá está enferma.

La pequeña, realmente no tan pequeña, no comprendía del todo la situación. Sin embargo, la noche anterior había espiado un fragmento de la conversación de sus padres; su mamá estaba bajo amenaza.

—¿A dónde? —curoseó.

—A casa.

—¿A casa? ¡Pero si estamos en casa! ¿No puedo ir contigo? —susurró en un gritillo la niña.

La mamá negó, ante su inocencia, y comenzó a peinar su cabello.

—Debes quedarte, para cuidar a Avery.

—¿Por qué? Su mamá la puede cuidar.

—No, cielo. Es más complicado, debes quedarte tú con ella. Mientras mamá regresa, ¿te parece?

—¿Es porque estás bajo amenaza? —preguntó, acertando, pero la mamá no pensó que tuviera el suficiente entendimiento para comprender lo que era aquello, más bien, pensó que creería que era una palabra cualquiera sin importancia.

—Vaya, realmente no puedo mentirte nunca. —soltó una risa, que comenzaba a formarse en un pequeño sollozo— Eres tan inteligente, ¿te gusta leerme la mente?

La pequeña escuchó la voz rota de su madre, y se giró.

—Mami, ¿por qué lloras? —pensó que era por sus travesuras—. Prometo no volver a hacerlo, pero no llores, por favor.

Sus llantos fueron interrumpidos por un ruido estruendoso. Ya habían llegado; tenía que irse, debía huir.

—Destiny, lo lamento tanto pequeña, lo siento tanto. —le susurró a la pequeña, mientras se armaba de valor y tocaba con su mano la mejilla de la niña; llevándose consigo todo recuerdo— Jamás olvidarás esto; alguien vendrá por ti. Y deberás confiar en él, ¿entiendes? No dejes que te atrapen las sombras, huye de ellas, huye con él si es necesario. ¡Lo siento tanto, mi pequeña hermosa!

Y, entonces, la durmió y la dejó tendida en su cama. La mujer tomó sus pertenencias, se despidió de su marido, y se fue.

A los días, se declaró muerta a Katherine Evans por una enfermedad terminal.