DESTINY
Sunhe me jaló, y en un arranque de energía salimos de ahí casi corriendo. Realmente comenzamos a correr cuando estuvimos un par de pasos lejos del lugar, calle abajo.
—Las fabricas están a unas cuadras más abajo, tenemos oportunidad de llegar antes de que nos atrapen. ¿Quién era el del bar?
—Derek. —contesté, entre jadeos— Es amigo de Bloody, y de esa gente, Grier, ellos. No conozco al rubio pero, tal vez esté con ellos también. Entré en pánico, juro que quería gritar ahí mismo.
Sunhe se fue deteniendo poco a poco, yo seguí su paso ralentizando. Me señaló un poco más allá de los edificios pequeños, habían unas fábricas que se veían viejas, en mal estado, incluso donde estaban ubicadas a pesar de que estaba relativamente cerca se veía muchísimo más abandonado. Por eso el nombre, tenía sentido.
—Son esas, pero necesito aire. —se afincó en sus rodillas tomando oxígeno, yo imité su acción.
—Yo... necesito asimilar todo. Aún no puedo cree que mi vida haya pasado de estar encerrada en casa pensando en la muerte, a ser parte de la muerte misma. Esto básicamente es un juego que pone en riesgo la vida de todos. —confesé, y ella me miró frunciendo el ceño, tomándose un costado del abdomen.
—Dess, ¿tú intentaste...?
—Solo una vez. Perdí la cabeza en ese momento, todo me cayó encima y no supe qué hacer. Finalmente me acobardé.
—¿Por qué? No me contaste nunca eso.
—Por todo. Sabes como era papá, y sumándole lo que pasaba antes de eso... pensé que le estaría haciendo un favor a las personas que me querían tres metros bajo tierra. Y, ¿sabes? Yo no hago favores a nadie. Haré que mi mamá esté feliz y tranquila esté donde esté, haré que mis sueños cambien a recuerdos cálidos, sea cual sea el precio, y evitaré que salgan muchos heridos.
Ella soltó un largo suspiro.
—Vamos, andando.
Seguimos trotando, alejándonos más y más. Los edificios dejaron de parecer habitados, y comenzaron a aparecer viejos, desgastados, y con poca pinta de seguros edificios pequeños o tiendas, casas. Incluso cafeterías o lugares de reunión.
Las fabricas se veían cada vez más y más cerca, y en un momento dado, estábamos frente a un ancho y alto enrejado. Sunhe me miró, y luego miró la cadena que lo envolvía.
Comenzó a darle grandes patadas, bastante fuertes para su pequeño cuerpo, y a la cuarta éste cedió, cayendo al suelo. Me dejó bastante sorprendida, no imaginé que tuviera tanta fuerza.
—Ya recordé por qué nunca debo meterme contigo. —bromeé, y la seguí cruzando el enrejado.
Un aire gélido repentino nos recibió, me espanté viendo escombros cerca de las entradas de los galpones, presentía que en cualquier momento aparecería un cadáver de ambulante. Me aferré al brazo de Sunhe, caminábamos lentamente.
—¿P-por donde deberíamos comenzar? —interrogué, mirando a todos lados con temor.
—Ahí —señaló con voz tenue un galpón con enrejado oxidado, cubierto de polvo e incluso de moho. Mi cuerpo completo tembló ante la sola presencia de dichoso lugar.
Me aferré a las tiras de la mochila y seguí el paso seguro y firme de Sunhe hacia el galpón.
—¿Por qué crees que esté aquí? —pregunté, mientras le ayudaba a apartar las rejas.
—Es el más deteriorado de todos por fuera, y tal vez por dentro también, pero tengo planeado algo para que salga su aspecto real. Es como un conjuro similar al de mi casa, ¿sí sabes?
Asentí repetidas veces.
Ella me tomó de la muñeca y cruzamos el enrejado con cuidado, me aferré con fuerza a ella con cada paso que dábamos hacia la entrada, entonces, cuando estuvimos justo frente a la puerta, como en las películas de terror, la puerta se abrió un par de centímetros, más concretamente, el espacio exacto para que pasáramos. Pensé muy bien en correr dirección contraria y buscar de otra forma a Snow, pero no había manera, después reaccioné; Oh, Dess, ¿realmente tenías miedo? ¿Realmente era tú en ese momento? ¿Alguien temeroso? ¿Qué demonios pasaba contigo?
Y sí, en ese momento en que me cacheteé a mí misma mentalmente, caminé delante de Sunhe y entré al lugar. El polvo y un mal olor inpregnaron mis fosas nasales casi de inmediato, de no ser porque me tapé con mi mano, tal vez hubiese vomitado.
Aún así, me armé de valor y hablé.
—¿Snow? ¡Snow! ¡Estamos aquí! Y sé que puedes oírme. —grité.
—¡Snow! —gritó Sunhe también—. Por favor, esto huele asqueroso.
Ambas estábamos cerca, en un mismo perímetro, bastó que me atreviera a dar dos pasos; dos pasos y mi corazón estuvo a punto de salirse de su lugar.
El suelo debajo de mí se hundió, pero no completo, solamente el cuadrado en donde estábamos paradas, sin moverme, giré la cabeza a Sunhe con el grito de horror atorado a mitad de camino.
—¡Sunhe! —fue todo lo que logré gritar, cuando ya estábamos cayendo a no sé dónde, y aunque sonase estúpido, intenté tomarla, pero no era capaz de abrir los ojos por mucho tiempo, era presa del pánico.
Todo se volvió negro cuando escuché el grito de Sunhe, haciendo eco y agrandándose hasta esparcirse en la nada.
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DESTINY© [S.S #06]
RomanceMás secretos. Más miedos. El final de su historia. ¿Existirá algo real entre tanta falsedad? Sexto y último libro de la Saga Sangrientos. Por favor, no copies un trabajo que fue hecho con esfuerzo, pon de tu propio esmero y usa tu imaginación. No co...