Capítulo 5

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DESTINY

Mis ojos se critalizaron más rápido de lo que pude tomar la pizza del suelo.

—¡Snow! ¿pero qué..? —no me dejó terminar de ahblar.

—No tengo mucho tiempo, y tú tampoco. Escúchame —hizo una pausa, y continuó—; tu padre no está en su despacho, entra, y busca algo... lo primero que llame tu atención, tómalo y escóndelo.

—¿Por qué...?

—Sigues siendo terca, ¿eh? —se burló, pero se tornó serio—. Hazlo rápido, Destiny. Tendrás que aprender a mentir, mentir muy bien, porque solo así podrás descubrir todo, ¿me estás entendiendo? me tengo que ir.

—¿Snow? ¡Snow! —nadie habló, completo silencio, y colgó la llamada.

Guardé de nuevo la pizza, y corrí escaleras arriba, frenando de golpe frente a la puerta de madera del despacho de papá, el pulso me temblaba, y aunque sonara descabellado, confiaba más en Snow que en papá, de alguna manera en mi sistema existía la seguridad de que Snow no me pediría que hiciera algo que me dañaría, y ya sabía que papá era capaz de cualquier cosa.

Aguanté la respiración y abrí la puerta, estaba aterrada por lo inexplorado, desde que vivía ahí, solo una vez había entrado, y fue para intentar hablar con papá, sin embargo, él se mostró nervioso de inmediato y me sacó.

¿Coincidencia?

Posiblemente no.

Observé todo con minuciosidad, el olor a cigarrillo, alcohol y perfume de hombre chocó directo con mis fosas nasales, olía a papá. Recordé las palabras de Snow «Tienes poco tiempo», entonces inicié mi busqueda de algo que "llamara mi atención" y realmente habían muchas cosas, su ordenador, un libro con tapa de cuero azul al lado de una caja en la biblioteca, papeles en el sillón, pero debía elegir uno.

El libro.

Justo cuando lo iba a tomar, la puerta prinicipal sonó con fuerza.

—¡Maldición! —mascullé, y tomé el libro adentrándolo en mi pantalón. Apagué las luces, y corrí con cuidado a mi habitación, cerrando la puerta. Escondí el libro debajo del colchón, estaría seguro, por los momentos.

Cuando escuché pasos en el pasillo, me senté en el escritorio, fingiendo que jugaba con el ordenador, y entonces, la puerta se abrió de golpe.

—Hola. —saludé, arisca.

—¿Cómo abriste la puerta? —preguntó, con el ceño hundido.

Me hice la desentendida.

—¿De qué hablas? estoy encerrada desde ayer, ¿lo olvidas?

—Eh... —balbuceó, y alzó la mirada hacia mí—, estuve fuera arreglando unos asuntos de trabajo, y te traje algo de comida, pero no creí que estuvieras despierta...

—Pues ya ves que sí. —me levanté, y caminé hasta él, para rodearlo y salir.

Sentí los pasos detrás de mí, y un alivio inmenso me invadió. Me senté con los codos apoyados en la mesa, y esperé a que entrara. Me extendió un envase de plástico con dos sándwich dentro, y mi rostro se llenó de alegría, aún tenía hambre. Se sentó frente a mí a verme comer.

—Lamento lo que hice, no pensé en las consecuencias, no era verdad lo de tu mamá, yo solo...

—Sí, sí, no fue tu culpa. Entonces, ¿por qué no dejas de beber, en vez de disculparte y mostrate arrepentido por tus acciones poco razonales? sería muchísimo mejor que una disculpa.

Se rascó el cuello, un poco incómodo, y tiró de su cabello canoso y abundnate hacia atrás.

Desvíe la mirada a mi comida sintiendo el nudo crecer en mi garganta.

—Sé que debo mejorar, sé que...

—No me permitiste quedarme en Starville aún sabiendo lo importante que era para mí. Insististe en venirnos y me resigné porque creí que sería algo que te haría feliz. —lo miré, con los ojos cristalizados— Creí que sería una recompensa para un hombre que cuidó de su hija luego de sufrir por su amada, pero te transformas en esto, ¿crees que es justo para mí?

—No. Sé que no lo es. Y prometo que intentaré cambiar a partir de ahora. —dijo, con voz firme, tomando mi mano.

Le di una sonrisa de boca cerrada, y me solté de su agarre para seguir comiendo.

—Deberías de invitar a tu amiga a cenar un día, ya sabes, como disculpa. —dijo él, después de un momento silencioso.

Asentí.

—Iré a dormir. —le dije, levantandome y arrastrando mis pies hasta salir de la cocina.

Subí rápido las escaleras y entré a la pieza, cerrando con pestillo. Apagué todas las luces y cerré las cortinas, tomé mi celular y saqué con cuidado el libro de la colcha, me tiré entre las sábanas y encendí la linterna. El libro de portada de cuero tenía una estrella pequeña y dorada en medio, brillaba intensamente cuando ponía la luz de la linterna sobre ella, maravillando mi atención.

Lo abrí.

Lo primero que captó mi atención fue unas letras cursivas, escrito a mano tenía de membrete: «Original» pasé mis dedos, sintiendo su grosor, y entonces, en una esquina, vi su nombre escrito.

Katherine Evans.

Sonreí creyendo que solo era el diario de mamá, y que papá lo había guardado, como el resto de sus cosas. La pequeña ilusión de tener un trozo de mamá conmigo se hizo presente, al igual que las ganas de llorar, alcé la mano para pasar la página, pero entonces, algo golpeó con fuerza mi ventana. No la rompió, pero el sonido me aterró. Escondí de nuevo el diario debajo de la colcha, y quité un poco la cortina para asomarme, no se veía nada a simple vista, y solo se escuchaba el sonido de los grillos cantando, sin embargo, eso no fue suficiente para calmar mi lado atemorizado por lo desconocido, me mantuve un buen rato ahí, observando la calle, y entonces, lo vi.

Al otro lado de la acera, recostado al farol, había un chico alto, con piel blanca y ropa negra, no podía ver bien su rostro puesto que llevaba un trapo tapándolo, pero era un chico, de eso estaba más que segura, y estaba mirando muy fijamente hacia mi ventana.

DESTINY© [S.S #06]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora