Capítulo 25

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Es una locura, es una locura, es una completa locura

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Es una locura, es una locura, es una completa locura.

¿No será muy rápido? Bueno, toda nuestra relación fue extrañamente rápida pero ¿pedirle que sea mi novia? Hablamos de empezar bien ¿sería realmente lo indicado luego de nuestra plática de ayer? Yo quiero, no, yo moriría por que ella fuera mi novia. Pero ¿y ella?

—¡Deja de pensarlo tanto!—una voz entra a la cocina lo que me hace sobresaltar.

—¿Eric?

—¿Qué? ¿Creíste que en uno de los increíbles planes de Veronica Miller para su hijo no estaría involucrado su mejor amigo?—mi amigo llega y palmea mi espalda, empieza a hacer un baile improvisado mientras sube y baja sus manos, una gran sonrisa se asoma por sus labios. Yo lo miro estupefacto.—¿Qué? Estoy emocionado.— yo me río.

—¡Ayúdenme!—mi madre grita desde la entrada a lo que los dos salimos corriendo. Mi amigo llega antes a ayudar a mi madre pero yo me quedo petrificado al ver la escena.

—¿De donde sacaste tantas rosas mamá? ¡Y a esta hora!

—¡Eso no es importante, ven ayudarme que aún faltan tres cajas en el auto!

🌸🌸🌸🌸🌸

Pasamos como tres horas trabajando para que el plan que mi madre ideó, según ella ahí mismo, para que todo salga bien. Tengo que conseguir algunos contactos, llamar a varias personas, pensar en que decir y simplemente concentrarme para no morirme de los nervios.

Llamé a la mejor amiga de Emily, para que me ayudara con el plan, ella estaba demasiado emocionada y me dijo que iría a despertarla y planearía todo para que ella no se diera cuenta, aunque me tranquilizó diciendo que Emily es la chica más despistada del mundo y aunque alguien estuviera con un cartel iluminado frente a ella, nada la haría darse cuenta. Me río al pensar en mi conversación con ella, lo que hace que Eric que está sentado a la par mía me mire raro.

—¿Te está dando un paro?—lo golpeo en el hombro y él solo se ríe.—¿Vas a entrar? ¿Por qué viniste aquí y no lo llamas como a la mejor amiga?

—Por qué él es más complicado, no quiero hacerlo por celular. Él y yo tenemos que hablar.—suspiro mirando la casa de Nicolas, toco varias veces el volante con mis dedos antes de darme ánimos mentales y abrir la puerta de mi carro para dirigirse a su puerta de entrada.

Cuando estoy fuera miro mi celular y veo que aún es bastante temprano aunque creo que ya está despierto.

Estoy a punto de tocar la puerta cuando esta se abre dejando ver a un Nicolas demasiado agitado, tiene una camisa negra y el suéter a medio poner, su mochila está en solo un hombro y está abierta lo que hace que varios papeles están a punto de caer, tiene un zapato a medio poner y el cabello mega desordenado. Al verme se queda completamente paralizado. Su cara pasa de enojo a confusión y luego de confusión a preocupación y ¿miedo?

Dime que me amasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora