Capítulo 2

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Todo mal, todo mal, todo recontra mal

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Todo mal, todo mal, todo recontra mal.

Amo a mí mejor amiga, pero en este momento estoy segura de que podría encerrarla en una caja fuerte y tirarla al mar. Hundirla, eso no suena nada mal.

Como lo supuse Amanda no paró de preguntarme sobre Tomas. Le expliqué que no había pasado nada. Porque: ¡No había pasado nada!

Mi mejor amiga ama el chisme. Ella lo sabe todo de todos en el momento en que todo sucede. Y bueno Tomas no es un chico que pasa desapercibido. Lastimosamente nos encontró la noche anterior lo que provoca que tenga un interrogatorio a las siete de la mañana frente al colegio.

—¿Él te compró la bebida?—yo asiento, es la tercera vez que pregunta. Ella, como las veces pasadas, suelta un grito emocionada.

—Shh, callate Amanda que la gente está empezando a verte.—Amanda se da la vuelta y le hace una mala cara al grupo de chicos que se nos está quedando viendo.— Basta. No sé porque te emociona tanto. Se cayó mi bebida, se ofreció a pagar y listo no hay más.

—Tomas Miller te compró una bebida y no solo eso sino que se salió de la fiesta para ir a hablar contigo. ¿Por qué no estas emocionada?—ruedo los ojos y la ignoro dirigiéndome a mi clase.

La verdad Amanda está tan emocionada porque sabe que yo siempre he tenido un crush en él, al igual que en todos los chicos guapos del mundo. Señores yo tengo ojos también y Tomas Miller es atractivo. Pero ¿emocionarme por algo tan...inútil? No señores eso si que no.

🌸🌸🌸🌸🌸

Luego de dos clases eternas me alegro al enterarme de que tengo hora libre.

Gracias profesor de matemáticas que no se dignó en salirse de su casa. Espero que no venga en toda la semana.

Aprovecho para pasar a mi casillero para sacar mis cuadernos de las siguientes clases mientras mis amigos se dirigen a la cafetería.

—Emily.—volteo asustada por el llamado. Dispuesta a gritarle a la persona que me asustó me giro pero me quedo completamente callada al verlo.

—Tomas, ¿qué haces aquí?—pregunto.

—Aquí estudio.—responde y reímos.— Le dije al profesor que necesitaba ir al baño.

—Oh.—respondo y paso un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.— De acuerdo...entonces ve.—digo señalando el pasillo.

—No necesito ir, fue una excusa para salir de clase.—responde y yo niego con la cabeza con una sonrisa de labios cerrados.

—Que irresponsable eres Tomas.—digo haciéndome la decepcionada. El chico ríe y pone sus manos en sus bolsillos recostándose en los casilleros, quedando su rostro frente al mío. Cuando para de reír se me queda mirando y ladea la cabeza un poco mientras sonríe tiernamente.

Dime que me amasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora