Capítulo 12

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Me despierto con un horrible dolor de cabeza, no pude dormir mucho anoche así que cuando finalmente pude pegar ojo fue gratificante

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Me despierto con un horrible dolor de cabeza, no pude dormir mucho anoche así que cuando finalmente pude pegar ojo fue gratificante. Aunque lo hubiera sido más si no me hubiera despertado con este dolor y con el hecho de que tenía que ir al colegio. Esos simples hechos no ayudaban en nada a mi humor.

—Emily, ¿te encuentras bien linda?—siento como mi madre toca suavemente mi pelo mientras se sienta a mi lado en la cama.

—No dormir mucho anoche, pero estoy bien.—le digo. Ella asiente y después de decirme que me cuide mucho me da un beso en la mejilla antes de despedirse e irse a trabajar.

Bajo a la cocina por algo de comer, cuando me doy cuenta que el desayuno preparado no es de mi agrado agarro una manzana. Luego de comérmela regreso a mi habitación para arreglarme.

Finalmente elijo un buen conjunto para ir al colegio, o bueno la verdad ni siquiera sé que escogí me dolía mucho la cabeza. De mi mesa de noche agarro una de las horribles pastillas para el dolor de cabeza y me tomo dos con la esperanza de que se vaya rápido. Me acuesto un momento y cierro los ojos tratando de que el dolor se calme un poco.

En mi mente solo aparecen la situación del sábado en la noche, una y otra vez. Simplemente no lograba que salieran y odiaba sentir esa ansiedad.

Todo el domingo estuve haciendo todo tipo de cosas para no pensar en eso pero en la noche me fue imposible evitarlo.

Me volví a meter en mis pensamientos que sin darme cuenta me quede dormida. Fue el sonido de mi celular que me hizo despertar.

—¿Emily?¿Estas bien?— cuando contestó escucho la voz de Amanda.

—Si.—bostezo.— ¿Por qué preguntas?— habían pasado tantas cosas que la verdad no sabía específicamente a que preguntaba si estaba bien.

—¿Te acabas de levantar?—dice algo después de eso pero no logro entenderlo. Creo que ni siquiera me hablaba a mí.— ¿Sabes que hora son?

—¿Las 7:30?—pregunto acomodándose más en mi cama.

—¡Las 10:02!— dicho esto me levanto de un salto. Pero fue mala idea, mi mano se dirige a mi cabeza y me quejo por el pinchazo que siento. Pues dormí pero el dolor sigue ahí.

—Me quedé dormida, llego en 10 min.—digo. Amanda quiere decir algo pero yo cuelgo antes. Salgo corriendo con mi maleta en hombros. Cuando veo que no hay ningún carro frente a mi casa me da un mini infarto. Es en ese momento en el que recuerdo que mi padre se llevó mi auto al mecánico.

¡Tenias que tomar el autobús hoy!

—¡No puede ser!— digo enojada. Si saber que otra cosa hacer empiezo a correr, si: a correr.

Mi colegio no está tan lejos de mi casa pero lo suficientemente lejos para llegar con asma, un pulmón a punto de explotar y sangre saliendo de mis ojos. Así de cerca.

Dime que me amasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora