Si no puedo tener a Senpai... [Ayando]

Capítulo 13

Anteriormente.

“Eres muy importante para mi.”

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Flashback

— ¡Has fallado de nuevo, comienza de nuevo desde el principio! — dijo un hombre de mediana edad quién tenía que el uniforme de artes marciales mientras una miraba a su joven estudiante.

Estaba cansado de los innumerables fracasos de su estudiante y necesitaba ver algún indicio de mejora o, de lo contrario, le daría la espalda.

— Sí, Sensei... —respondió el niño, la cara al igual que el uniforme del niño estaban empapados de sudor, sus puños tenían pequeños rasguños que había recibido al tratar de romper la tabla de madera.

El niño miró la tabla de madera con ira y determinación en sus ojos.

Había estado haciendo esto durante cinco horas seguidas, estaba cansado, ya no quería fallarle a su Sensei.

Quería que su Sensei estuviera orgulloso de él por una vez.

Antes de que pudiera retroceder su brazo hacia atrás para golpear la tabla de madera, una voz gritó desde la entrada del Dojo.

— Disculpe Sensei, ¿ya terminó? —dijo un niño quién estaba parado en la entrada con su uniforme de artes marciales. Él miró a su Sensei de manera impaciente. — Realmente quiero entrenar.

— Sé paciente, Sho. —dijo él hombre mirándolo de manera suave.

Sho era uno de sus mejores estudiantes, uno que nunca había fallado en un movimiento ni en un exámen, él era un estudiante perfecto.

— Todavía nos queda un minuto aquí. —dijo él hombre mirando a su estudiante y sus ojos se endurecieron una vez más.

El niño se limpiaba el sudor de la cara para después enfocarse en la tabla de madera que sostenía su Sensei. Lentamente retrocedió su brazo una vez más y se imaginó rompiendo la tabla de madera con su puño. El niño respiro hondo moviendo su brazo hacia adelante tan fuerte como podía.

— ¡HYAH!

El puño del niño se encontró con la tabla de madera y de inmediato un crujido resonó en la habitación.

Los ojos del niño se abrieron cuando sintió que toda su mano estallaba en dolor. Él dejó escapar un gemido doloroso agarrando su mano con ojos temblorosos.

De repente escucho que su Sensei dejo escapar un profundo suspiro, rápidamente los ojos del niño miraron hacia la tabla de madera. La tabla aún permanecía intacta y sin daños.

— Has fallado... otra vez. —dijo su Sensei quién no estaba sorprendido, dejó caer la tabla de madera al suelo la cuál aterrizó haciendo ruido frente al niño.

El niño miró a su Sensei casi impotente, pero su Sensei lo miró con unos ojos fríos y firmes, lo que hizo que el niño apartará su mirada avergonzado.

— ¡Impresionante, es mi turno ahora! — dijo Sho acercándose corriendo a su Sensei para después inclinarse con respeto.

— Sí, pero entrenemos afuera. —dijo él Sensei.

— ¿Por que afuera?

El niño quién había sido dañado por la tabla de manera solo los miraba en silencio.

— Sí, como tu nivel de habilidad es bueno debes ser uno con la naturaleza y estar familiarizado con tu entorno. — dijo él hombre acariciando la cabeza de Sho casi de manera paternal.