Capítulo 14

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Anteriormente.

— ¡Sabía que algo estaba mal contigo! — exclamó Taro mirándola con unos ojos temblorosos para luego mirar el cuerpo desmayado de la delincuente. — Osana, tenía razón. ¡Eres un monstruo!

La pelinegra empezó a jadear tan pronto cuando escuchó la palabra monstruo, sentía como si su mundo entero se hubiera roto en este momento. 

Ella miró a Senpai con lágrimas rodando por su rostro. Senpai la había visto como era realmente... un monstruo.

Heart Broken

Las gotas de lluvia caían del suelo desde el oscuro cielo y sin estrellas. 

Comenzó a llover muy ligeramente como si también el estuviera llorando. 

Antes de que la pelinegra se diera cuenta, Taro paso a lado de ella corriendo, pasando por las puertas de la escuela llendo a las calles vacías. 

El miedo y el odio en sus ojos lo decían todo.

Ayano nunca tendría a Senpai.

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Comenzó a llover con fuerza en Akademi High, el sonido de las gotas de lluvia parecía ahogar cualquier otro sonido al golpear el suelo. 

Las gotas de lluvia estaban tan heladas que probablemente podrían adormecer su mano con algo de tiempo. 

La lluvia era fuerte como un corazón roto.

Ayano cayó de rodillas con las manos presionadas contra sus piernas. 

Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos temblorosos. 

A quien había amado tanto en este mundo la había visto por lo que realmente era y había huido. 

Solo recordar ese odio en sus ojos la hizo llorar más fuerte. Se llevo sus manos a la cara y sollozo impotente.

Budo la miró desde donde estaba y sentía como sus manos se convertían en puños por la ira. 

No podía creer que Taro tuviera el descaro de decirle eso después de que ella intentará salvarlo. 

Sí, era cierto que Ayano había ido demasiado lejos, pero eso no excusaba la cantidad de dolor que las delincuentes le habían causado. 

Habían dañado las manos de Ayano, sus rodillas y ahora su espalda, él sentía que las delincuentes se merecían lo que les hizo con toda honestidad.

— Sen... Sen... ¡¡Senpai!!

La pelinegra lloraba una y otra vez, su voz parecía un poco más fuerte a comparación de la lluvia a su alrededor y su cuerpo temblaba de dolor contra el frío de las gotas.

El líder de artes marciales se levantó de su lugar.

Pudo ver como la delincuente de cabello morado se arrastraba lentamente de regreso a la escuela para alertar a sus camaradas. 

Necesitaba sacar a Ayano de aquí rápido. Budo se acercó al cuerpo lloroso de Ayano, su zapato se estrelló contra los charcos de lluvia en el concreto haciendo un ruido en ellos mientras caminaba hacia ella. 

Una vez que estaba de pie ante su delicado cuerpo, Budo se arrodilló de manera cuidadosa hacia ella.

— Sen..pai... Senpai... — sollozo Ayano secándose las lágrimas con las manos. 

Sus ojos brillaban con lágrimas y su rostro estaba rojo. Estaba empapada de la cabeza a los pies por la lluvia. 

Le dolía el corazón a Budo solo por verla en este estado. 

Si no puedo tener a Senpai... [Ayando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora