Capítulo 31

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Progreso rápidamente el día mientras que Budo miraba las ventanas del restaurante. El cielo amarillo estaba tomando un tono azul oscuro.

Ya casi sería la hora en la que Ayano y el vieran a Oka; líder del club de ocultismo de la escuela.

De seguro ella sabría cómo exorcizar a este demonio que estaba en el cuerpo de Budo.

Budo se apoyo contra el mostrador para mirar su celular Saikou, en la pantalla mostraba 2 llamadas perdidas de Sho y 1 mensaje nuevo de Oka.

— Te llamaré más tarde, Sho... —murmuro Budo, haciendo a un lado las llamadas con sus dedos para entrar en sus mensajes.

Oka había aceptado a exorcizarlo cuando le envío el mensaje de texto. Veía que ella estaba ansiosa al ver la cantidad de mensajes que le había enviado preguntándole sobre el demonio hasta incluso pidiéndole fotos de sus manos quemadas.

El mensaje nuevo mostraba la dirección de Oka, Budo reconoció la calle en donde estaba su casa. No estaba muy lejos para caminar del restaurante hasta ahí. Bajo su celular encontrándose con unos ojos grises que estaban enfrente de el.

— ¡Ahh! ¡A-Ayano no me asustes así! —respondió Budo un poco nervioso ya que había saltado por el susto.

— ¿Era un mensaje de texto de Oka? ¿Que dijo ella? ¿Nos vamos? —le hace Ayano pregunta tras otra mientras se inclinaba más cerca de él.

— H-hey Ayano... Estás demasiado cerca — tartamudeo Budo, prácticamente sus narices se podrían tocar.

La expresión de la pelinegra era adorable por la forma en que sus ojos se abrieron con curiosidad y también en la forma en que sus labios se fruncieron haciendo puchero.

La pelinegra parpadeo sorprendida para volver a sus sentidos alejando su rostro de él.

— L-lo siento solo quiero terminar con esto... —murmuro Ayano avergonzada.

— Lo se. —dijo Budo colocando sus manos sobre sus hombros. — Pero si ya es hora de que nos vayamos. Oka me envió un mensaje con la dirección de su casa, así que debemos prepararnos. Déjame decirle al señor Sakimoto que saldremos por una hora.

— ¡Bueno! —dijo Ayano con ánimos. —Te esperaré en la puerta entonces.

— Muy bien, estaré contigo en un minuto. —dijo Budo mientras entraba a la cocina donde Sakimoto estaba guardando unos ingredientes.

La pelinegra miraba como se iba cuando de repente sintió una mirada furia de alguien que estaba atrás de ella, se dio vuelta para ver a Osoro mirándola con sus brazos cruzados.

— ¿Puedo ayudarte con algo? —pregunto Ayano en un tono reservado.

— ¿Ustedes dos van a alguna parte? —pregunto Osoro mientras la miraba de manera acusatoria.

— Si, así que tendrás que manejar este turno tu sola. Recuerda preparar las mesas para la noche y encender cada vela de las mesas. —respondió Ayano de manera profesional mientras enumeraba las cosas que debía hacer.

— ¡Eh, no tienes ningún derecho para decirme eso! He estado trabajando aquí mucho más tiempo que tú y ese lider de las artes marciales. —dijo Osoro. No le gustaba que Ayano le dijera que debe hacer. — Donde sea que vayan ustedes dos, háganme un favor y piérdanse.

Con eso Osoro paso de manera brusca a su lado, Ayano solo miraba como se iba.

Esas confrontaciones con ella nunca serían fáciles.

— Muy bien, ¡Ya estamos listos para irnos! —exclamo Budo saliendo de la cocina.

— ¡Bien, vamos! — exclamó Ayano ansiosa.

Si no puedo tener a Senpai... [Ayando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora