Si no puedo tener a Senpai... [Ayando]

Capítulo 21

El padre de Budo se subió enojado a su auto cerrando la puerta de golpe del auto para presionar ambas manos contra el volante para dejar escapar un suspiro irregular.

No quería admitirlo, pero se sentía vulnerable.

No tenía idea de dónde podría estar su hijo ni sabía la condición en la que se encontraba. Sintió que un escalofrío le recorría la columna vertebral mientras que su mente llegaba a la peor conclusión posible del destino de su hijo.

Puede que Masuta-Sensei no lo haya demostrado, pero se preocupaba por su hijo, Budo era su único hijo, de su propia carne y hueso.

Lo amaba a pesar de que tuvo que pasar por este problemático problema para mostrarlo.

Masuta-Sensei abrió la guantera para agarrar un frasco. Lo destapó para inclinarlo hacía su cabeza tomando el delicioso y amargo licor que contenía. Una vez que estuvo vacío, arrojó el frasco en el asiento trasero apoyando su cabeza en el volante.

La mente del padre de Budo de repente mostró la imagen insoportable de Ayano Aishi.

La chica tortuosa que se había llevado a su hijo en primer lugar.

La chica que tenía la sangre vil de Ryoba Aishi corriendo por ella. Una vez más, la ira se apoderó de él y golpeó sus puños contra el tablero de su auto.

Todo era culpa suya, ella era la barrera que lo bloqueaba de su propio hijo.

Masuta-Sensei empujó con enojo las llaves de su automóvil para girarla y encenderlo, en automático el vehículo arranco. Masuta-Sensei condujo su automóvil alejándose de la calle iluminada por la luna.

Masuta-Sensei condujo toda la noche a su casa, su ira no disminuía en absoluto.

Se preguntaba porque era el único que hacía algo cuando el no debía de hacerlo.

No había sentido de justicia en esta ciudad, estaba corrompida con personas viles y cobardes que le lavaron la cabeza. Su mente recordó el juicio de Ryoba, el pensamiento lo hizo chasquear la lengua con ira.

Estaba cansado de todo.

A lo lejos, Masuta-Sensei vió un coche de policía estacionado en el lado izquierdo de la calle por la que conducía. Su mirada fulminó el auto, su pie golpeó aún más el acelerador.

La policía era un factor que contribuyó a esta injusticia, no hicieron nada contra el caso de Ryoba, simplemente se quedaron allí creyéndose sus mentiras y ahora su hija estaba en su lugar.

Su hija tenía a su hijo. Su pie golpeó el acelerador de inmediato haciendo que su vehículo chocará con el auto de la policía.

El fuerte impacto causó que ambos vehículos sufrieran daños y se derrumbaran con abolladuras profundas. Los faros del coche de policía se hicieron añicos y se derrumbaron en el suelo.

La visión de Masuta-Sensei se cubrió temporalmente con el cojín de la bolsa de aire que salió de su automóvil.

Lo que hizo había sido imprudente, pero no podía importarle menos, la ira dentro de él era peligrosa y romper algo era lo único que lo calmaría.

Masuta-Sensei puso su auto en reversa para alejarse solo para descubrir que no podía. Su automóvil estaba atrapado con el otro vehículo.

No había forma de que pudiera salir de este desastre.

— ¡Maldita sea todo! —maldijo Masuta-Sensei por lo bajo, su cabeza descansaba una vez más sobre el cojín del coche, su aliento olía a alcohol y sus piernas temblaban por el choque. — Maldita sea... maldita sea...