Capítulo 16

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Anteriormente...

— No puedo correr más riesgos, Masuta. Lo que sea que era esa cosa... no puedo arriesgarme a que vuelva a salir. — susurró Ayano mientras que el tranquilizante se deslizaba de su mano cayendo al suelo del ataúd.

Budo estaba inmóvil ahora, completamente absorbido por la droga que corría dentro de él y también probablemente por esa entidad que estaba dentro de él. La pelinegra ahora estaba sola pero no sentía ningún temor.

— Si morimos aquí... prefiero que esperes mientras duermes... te mereces al menos eso... — dijo Ayano cerrando sus ojos para llevarse sus manos en sus pecho.

En el fondo sabía que si Budo moría primero sería muy doloroso para ella.

No podía soportar ese pensamiento.

Porque Budo no era el único quién se preocupaba.

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La droga que corría por las venas de Budo finalmente se desvaneció, el control que tenía sobre él se había debilitado con el tiempo.

Sentía que estaba recuperando el control de su cuerpo, estaba medio despierto. Podía escuchar conversaciones de voces en la distancia.

¿Donde estaba el?

Sin previo aviso, vibrantes luces azules y rojas destellaron ante los párpados de Budo que lo cegaron por unos segundos que lo hicieron despertar.

Estaba aturdido, Budo parpadeó un par de veces más para luego mirar el cielo azul que brillaba con estrellas blancas a su alrededor.

Budo pudo ver una docena de autos de policías estacionados a su alrededor que emitían las luces azules y rojas. Luego Budo miro hacia abajo para ver que se encontraba tendido en una camilla.

Estaba afuera, ya no estaba en el ataúd frío en el que estaba atrapado.

— ¿Que hacen? —preguntó Budo mientras continuaba mirando confundido a su alrededor, estaba en el camino de la escuela donde estaban estacionados docenas de autos de policías y donde deambulan muchos oficiales.

— ¡Muévanse!

De repente escuchó que un oficial decía, giró a su izquierda para mirar a un grupo de delincuentes escoltadas hacía un automóvil de policía con las manos esposadas.

Cada una de las mascarillas de los delincuentes habían sido quitadas mostrando sus verdaderas caras. Budo los miraba con asombro para sentir como su corazón se aceleraba.

Esto estaba sucediendo, esto realmente estaba sucediendo, los delincuentes iban a ser arrestados por su crimen.

Mientras Budo miraba fijamente al grupo, una delincuente de cabello de color chocolate se encontró con los ojos de Budo para dirigirle una mirada de odio que lo hizo estremecerse.

Los vio amontonarse en los coches de policías uno por uno. No pudo evitar sentirse mal por ellos, si solo hubiera tomado buenas decisiones, tal vez habrían tenido una vida mejor que esta.

— Oh, que bien, estás despierto. —dijo un paramédico con alivio cuando se acercó al líder de artes marciales, Budo de manera rápida desvío su mirada de la delincuente para mirar al paramédico. — Te vende las manos y estaba a punto de llevarte al hospital. —continuó secándose el sudor de la frente, estaba agradecido de que una vida joven no fuera tomada hoy.

— ¿Que esta pasando? —preguntó Budo con la mente todavía girando, por alguna razón no pudo evitar la idea de que todo esto aún no era real.

Si no puedo tener a Senpai... [Ayando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora