Lean bajo su propia riesgo... 🔥Mayte sabía que estaba en un lío. Algo acababa de pasar en el baño, sin que mediara ni siquiera un beso. Algo que había hecho que pasara de la mera lujuria al enganche. Sabía ya que la cuestión no era si iban a acostarse, sino cuándo. Era imposible que Fernanda la tocara con tanta ternura si no la deseaba. Y, en cierto modo, saber eso, hacía que se sintiera más cómoda con ella.
Fer encendió todas las velas colocadas por el dormitorio.
—Tengo un par de camisetas que me quedan pequeñas —dijo la rubia—.A ti te quedarán sueltas, pero al menos no están mojadas —sacó una camiseta que usaba a veces para dormir—. ¿Qué te parece ésta?
—Gracias.
—Pues quítate esa mojada.
— ¿Piensas mirar?
—A menos que tú tengas inconveniente. Una chica tiene que extraer sus placeres de donde pueda.
—No sé si se me puede considerar un placer.
—Yo creo que sí.
—May...
—Ambas somos chicas.
La morena suspiró y se quitó la camiseta. Y Mayte pensó que tenía un cuerpo para morir por ella.
Hombros estrechos, unas caderas no tan anchas, una cintura pequeña y un buen pecho. Tenía la sensación de que acababa de descubrir a la mujer perfecta.
—Sí eres un placer —declaró.
Fernanda sonrió.
— ¿Quieres lanzarme esa camiseta?
Mayte suspiró audiblemente.
—Si no hay más remedio... pero no te sientas obligada a vestirte por mi causa.
Se la lanzó y Fer la atrapó con una mano.
— ¿Estás coqueteando conmigo? —preguntó.
—Sí. Descaradamente.
— ¿Y crees que es buena idea?
—No. Creo que seguramente sea muy mala idea, pero me gusta. ¿Y a ti?
— ¿Si me gusta o si me parece buena idea?
—Las dos cosas.
—Me gusta y sé que es mala idea —se puso la camiseta y escondió la piel descubierta.
¡Aguafiestas!
Pero no importaba, ya que Mayte pensaba volver a quitársela muy pronto.
El dormitorio resultaba muy íntimo a la luz de las velas, sobre todo sabiendo que Mayte estaba a punto de desnudarse.
—Espera un momento, no te muevas. Vuelvo enseguida.
Corrió a la sala y regresó inmediatamente con la cámara.
—Quiero captar el momento, la preparación, no sólo el producto foral —dijo.
Cuando hacía fotos, se volvía una con la cámara. Detrás de la lente podía ser ella mismo.
— ¿Quieres fotografiarme cambiándome de ropa?
—No, pero sí preparándote para hacerlo. Además, así te vas acostumbrando a la cámara. Sólo tienes que olvidar que estoy aquí.
Mayte la miró a los ojos, con una mirada encendida que la reconocía como la mujer a la que había besado antes.
—Eso no puedo hacerlo —musitó.
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Tentaciones...
RomanceEs una adaptación, pero no sé de quién es la historia original... sorry. No nos hacemos cargo de los traumas, lean bajo su responsabilidad.