Vibrations ↔ JJK ff. ✔️ (terminada)

epílogo

Lami

La mayoría de las personas daban por sentado cada sentido que poseemos, por esa razón, el imaginarse escuchar algo por primera vez no era algo que resultase demasiado impactante para alguien que en su vida ha experimentado lo que era el silencio absoluto. En mi caso, oír algo nuevo resultaba toda una travesía, era como estar en plena etapa del desarrollo, como si la vida misma se rehiciera para mí.

Atravesaba un cumulo de emociones casi incontables, sorpresa, miedo, felicidad, alegría, inquietud, confusión. Creo que no terminaría nunca de narrar como es que tantas cosas pasan por mi mente y mis emociones en tan poco tiempo con algo que resultaría tan simple y sin importancia para cualquiera.

Jamás hubiese imaginado que la respiración tenía un sonido, o como el viento en ocasiones resonaba de forma tan fuerte que terminaba aterrada preguntándome si había alguna posibilidad de hacer que la intensidad de aquella resonancia disminuyera. Así como también descubrí que las flores no emitían ninguna melodía como tanto llegué a pensarlo toda mi vida, lo mismo me pasó con los radiadores de calefacción, la sorpresa que me llevé cuando noté que no producían ningún sonido fue un total choque, pues toda mi vida sentí la vibración de este.

También llegué a sentir decepción en alguna que otra ocasión, no me gustaba que las luces fluorescentes de los hospitales produjeran ese extraño zumbido, la gente me veía raro cuando muchas veces me quedé como tonta mirándolas tratando de descubrir de qué parte exactamente era emitido aquello, o el día que un mosquito voló cerca de mi y ese pitido fue tan irritante que por unos segundos quise desactivar los implantes.

No obstante, no todo era negativo, por supuesto, si bien, además del viento había otro tipo de sonidos que me aterraban como, por ejemplo: Esa «melodía» infernal al bajar el inodoro o cuando pensé que sería divertido y era buena idea poner una alarma para despertarme y terminé con un jodido ataque de pánico cuando esto sucedió porque irónicamente no me esperaba que fuera tan «alarmante», había muchos más factores que consiguieron el efecto contrario.

Comparar constantemente mi voz con la de los demás, dicho así podría verse como un factor negativo, pero la realidad es que mientras más la comparaba, más alcanzaba un progreso, más me motivaba a trabajar en perfeccionarla, moderarla y moldearla. Cuando la escuché por primera vez entró directo a la lista de sonidos que me habían sorprendido y decepcionado al mismo tiempo, pero con el paso de los días me había acostumbrado más a ella, aún me costaba balancear el volumen de ella, no sabía que susurrar era tan difícil, también tenía dificultades para la pronunciación de varias consonantes, confundía seguido la b, con la p. Sin embargo, poniendo a un lado todos aquellos conflictos menores, cada día lo hacía mejor.

Había sonidos que me habían dejado fascinada también, el sonido de la lluvia caer -aunque los truenos eran terribles-, el hecho de que las voces femeninas y las voces masculinas variaran tanto entre sí, la variedad en la música y sus cientos de géneros, las distintas melodías que los animales producían, incluso cosas tan simples como el roce de mis manos con la tela, cuando peinaba mi cabello y hasta mis propios pasos.

La conclusión era que estaba maravillada con la vida misma, incluso con los factores negativos que hay en ella. Siempre me sentí afortunada de ser quien era, de tener lo que tenía y de todas las oportunidades que la misma me brindaba, sin embargo, era inevitable pensar en todo lo que me había estado perdiendo...aun así, me siento orgullosa de habérmelas apañado sin demasiadas dificultades el vivir sin ellas.

Ahora solo me siento agradecida porque finalmente me las pudo presentar.

Empezando por el hecho de que finalmente pude escuchar esa voz que me motivó a tomar tal decisión en mi vida, estaba a diario maravillada de lo hermosa que era, escuchar a Jungkook hablarme, reír, susurrar, etcétera, estaba en el top de aquella lista imaginaria de cosas que me hacían jodidamente feliz. Vaya que jamás pensé que la felicidad tendría un sonido hasta que lo escuché a él, era como si mediante su voz, esta misma tuviera forma.