Ahí se encontraba el pobre, roto, derramando lágrimas amargas, completamente aislado de las risas de sus parientes reunidos en la sala. Había tenido una mala semana: reprobó un examen a pesar de haberse preparado por semanas, había peleado con unos amigos por una tontería y, lo más deprimente, su pequeño crush, Jo Jinho, empezó a salir con la chica más popular del colegio, Sorn.
Llamaron a su puerta, golpeándola dos veces, preguntando "Hyunggu ¿estás ahí?". Su madre llamaba; era una cena importante, ya que era el aniversario de matrimonio número 21 de sus tíos y debía estar presente. "En un momento voy" avisó.
Se levantó con pereza de la cama y fue a verse al espejo de su habitación. Sus ojos y su nariz estaban rojos de tanto llorar, y tenía las mejillas aún llenas de lágrimas. Le dio tristeza verse a sí mismo en ese estado. Corrió al baño y lavó su rostro, arregló su cabello y sonrió como pudo. Quiso romper en llanto de nuevo, pero no podía darse ese lujo en ese momento, así que salió y se dirigió a la sala, donde sus familiares lo esperaban. Sus tías lo alagaban diciendo "¡Que guapo se ve mi niño!" o "Que afortunada la mujer que se case con mi muchacho". Qué incómodo, pensó. Ser gay en una familia tan conservadora como la suya era realmente una desgracia, pero no podía hacer mucho realmente.
Su padre lo abrazó y beso su cabeza mientras le susurraba "Te amo, hijo". No pudo responder, un nudo se formó en su garganta. Respondió apretando más el abrazo. Al soltarle, el adulto revolvió su cabello y le sonrió, diciendo "Que afortunado soy de tenerte". Hyunggu no podía más, quería llorar en brazos de su padre mientras este lo consolaba, pero no podía, simplemente no podía. Su madre los interrumpió. Al parecer, su padre iba a realizar una celebración religiosa antes de la cena. Que aburrido, pensó.
Todo estaba preparado. Se acercaron y comenzaron "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo..." De ahí en más, Hyunggu no prestó atención, hasta que llegó el Evangelio: "...Ni los afeminados, ni los homosexuales entrarán al Reino de los Cielos". ¿Por qué querría ir allí, de todos modos? Pensó.
La comunión. Ese incómodo momento en el que comes un pedazo de pan sin sabor, que supuestamente es el cuerpo de Jesús. Me pregunto si me escuchará, a veces le entraba miedo de que en verdad fuese real, y lo llegue a castigar por la cantidad de pensamientos y maldiciones que llegan a su cabeza.
Al fin terminó. Era hora de comer. Hyunggu tenía hambre. No había comido nada desde la noche anterior. Carne asada, pollo al horno, chorizos, morcillas, carne de cerdo, ensalada de papas, tomate y huevo, y tarta de queso y huevo. Pobres animalitos, se lamentaba mientras observaba todo lo que su familia comía con tranquilidad. Comió la tarta, mientras tenía un sabor amargo en la garganta. ¿Por qué tenía que estar tan mal por un chico? Y más específicamente, ¿por qué Jo Jinho?
"Estoy lleno. Con permiso, me retiro" Se levantó ante la atenta mirada de su familia. "¿No querés torta?" "Más tarde, má" contestó.
Caminó a su habitación, temblando, lágrimas corriendo por sus sonrojadas mejillas. Se sentía muy estúpido. Se acostó en su cama y ahogó un grito, para que no lo escucharan. Lo que no sabía, es que su hermana Minju lo había seguido.
"Esto es por Jinho Oppa ¿no es así, Kinito?" Se volteó y la vio, con una expresión preocupada en su rostro. Se levantó y la abrazó fuerte, mientras sollozaba como necesitaba. Minju correspondió el abrazo, mientras masajeaba la espalda de su hermano mayor.
"Sabía que cuando te enteraras, ibas a estar así" Habló calmada, mientras sentía las lágrimas de Hyunggu caer en su ropa limpia. Era la mejor amiga de Jinho, y por eso fue la primera en saberlo. Hizo lo posible para que su hermano no se enterara, pero no sirvió: Sorn se lo contó a todo el colegio, Jinho no era un estudiante muy popular o destacado, así que aquella noticia realmente dio de qué hablar. Eso ocurrió una semana atrás, Hyunggu recién se enteró.
"¿Por qué no me dijiste?" Reclamó, débil "Porque no quería llegar a esta situación. Supongo que no sirvió de nada" Respondió, sonriendo levemente mientras se separaba y limpiaba las lágrimas de su hermano. Para ella era complicado ver a Hyunggu así, tan débil, frágil, roto. Minju siempre estuvo bajo los cuidados de él, quien como buen hermano mayor la atendía cuando no se sentía bien. Que esta vez sea al revés era raro, pero sinceramente esperaba que no se volviera a repetir, odiaba verlo de esa forma. "Sé que esto es difícil para ti. También lo es para mí, pero no voy a dejarte solo ¿si? No estás solo, desahógate conmigo, te ofrezco mi hombro para llorar. Ante todo soy tu hermana, y quiero verte siempre bien" Habló suave y besó su frente. Hyunggu lloró más fuerte en el regazo de Minju.
15 minutos pasaron. El llanto de Hyunggu empezaba a parar. Su respiración era más calmada. Se durmió. Minju lo acostó como pudo y lo tapó, limpió el resto de lágrimas que tenía en sus mejillas y besó su cabeza. Sonrió. Fue de regreso a la sala donde la esperaban.
Iba a ser complicado superar aquellos sentimientos, pero ya no estaba solo, de hecho, nunca lo estuvo.
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Nunca escribí algo triste omg No sé cómo habrá quedado
¡Hola a todes! ¿Cómo están? Espero que les haya gustado esta actualización ùwú Es diferente a lo que he escrito hasta ahora, pero me sentí inspirado para escribir esto
Se podría decir que está parcialmente basado en lo que es mi vida
Soy gay, y vivo en una familia bastante religiosa so kxkdjdnd Quise reflejar cositas de mi vida, como mi poca paciencia en cuanto a la religión, mi alimentación (soy vegetariano) y lo lindo de mi familia, sobre todo mi hermana ùwúNos leemos la próxima ùwú
Si quieren algún One-Shot con una trama en específico, me pueden decir ùwú