Capítulo 33

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"Entre un océano de lagrimas y un desierto de emociones, recorrí todo el camino hasta el prado del amor verdadero

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"Entre un océano de lagrimas y un desierto de emociones, recorrí todo el camino hasta el prado del amor verdadero..."

El camino hacia este pequeño pueblo en medio de la nada, del que ni siquiera me hablaron en la escuela, fue un tanto insoportable. No solo por el mal clima debido al invierno, si no más bien con la compañía un poco infantil que venían discutiendo por cosas muy tontas. ¿Qué hombre de casi treinta años discute con una niña sobre un juego de: yo veo, veo? Y hasta cuando aclararon el tema sobre quien se llevaba ese punto, luego vino la discusión sobre ¿Por qué los perros son mejores que los gatos?

Pero quien perdió esa discusión fui yo, ya que ahora le debo una mascota a Eriny.

Terminé con dolor de cabeza, en una pequeña sala donde estaba mi hermana llorando en los brazos de Ben, Eriny hablando hasta por los codos con Laila y con un hombre que no conocía de nada mirándome como si fuera su peor archienemigo. No sabía si era porque conocía mi "historia" con Laila o porque la chica de cabello oscuro no dejaba de mirarme de pies a cabezas, sin importarle el ser tan evidente.

Creo que estaba a nada de comer a babear.

-Bien, esta reunión está siendo muy entretenida, pero va siendo hora de que nos vayamos preparando para esta noche -informó el hombre agarrando el brazo de Laila cuando Eriny la llevaba jalando hacia el jardín delantero para que vieran la nieve que comenzó a caer-. Olvidan los abrigos, señoritas.

-No eres nuestro padre para decirnos eso -respondió Eriny con molestia y pareciendo ofendida de que un desconocido le hablara en todo de regaño-. Papi, dínoslo tú.

No pude evitar reír ante el pedido de mi pequeña, por lo que agarré los abrigos que habían dejado en el respaldo del sofá, agachándome para abrir su abrigo color rosa y ponérselo. Besó mi mejilla cuando le cerré el cierre, soltando la mano de Laila para correr hacia la puerta, dando saltos para intentar alcanzar el pómulo de la puerta. Me voltee hacia la rubia que me miraba y observo como sus mejillas blancas como la nieve que vi en mi camino hacia aquí cubriendo el césped y los arboles sin hojas, se teñían de un tierno rosado cuando abro su abrigo y le ayudo a ponérselo, tomando mi tiempo para abotonar los botones negros de enfrente.

Sentía la mirada de todos los presentes, exceptuando la de Eriny que ahora buscaba un banco para subirse y abrir la puerta principal.

-Gracias, Zev. Eh, solo me llevaré a Eriny a dar un pequeño paseo para que no se aburra, ustedes pueden ponerse más cómodos para conversar -dijo, mirando a Catalina de reojo y luego agarró el brazo de sus amigos-. Nos vamos, regresaremos en una media hora.

No se detuvo ni cuando mencioné su nombre, solo salió huyendo más rápido que Eriny cuando le digo que es hora de la ducha.

-Tenemos un problema muy grande.

Las palabras de Catalina me hacen apartar la mirada de la puerta cerrada y dejando salir un suspiro, me siento en el sofá mientras tomaba la taza de café que había dejado en la mesa de centro.

Lienzo Color Pasión [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora