Capítulo 35

8K 687 139
                                    

"No es el temor lo que te hace esconderte, es la falta de aceptación y la necesidad de encontrar la fuerza en tu interior

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"No es el temor lo que te hace esconderte, es la falta de aceptación y la necesidad de encontrar la fuerza en tu interior."

El silencio permaneció durante unos segundos en el pequeño salón, donde Ben agarró la mano de Catalina para sacarla lentamente de la casa. Creo que Rina estaba dudando en si ella también debía sacarme de ahí o dejarme afrentar esto sola, pero Patrick agarró a Eriny entre bromas a la pequeña para luego jalar a Rina hacia la salida, dejándome a solas con Zev.

—Vaya y yo que pensaba que solo un idiota dice el nombre de tu ex enfrente de otra mujer —rio con sarcasmo, queriendo atacarlo con enfado por esta incomoda situación. El problema era que aun no soy lo suficientemente fuerte para ello y en estos momentos, tenía ganas de llorar—. ¿Nos vamos?

—Espera, déjame hablar antes de que salgas huyendo de mi como acostumbraste a hacerlo en estos días —contuve el aliento cuando su mano va a mi mejilla, pero solo sentí el leve roce de sus nudillos cuando agarra el mechón de mi cabello que enmarcaba mi rostro—. Me has sorprendido.

—A mi también me has sorprendido...

—No pienso en ella al verte, pienso en la dulzura, la inocencia que pareces tener, ese amor que resplandece en tus ojos. Cuando te veo, veo también a una mujer que quiero proteger y los recuerdos de que no pude proteger a Zara...

No tenía palabras para su confesión, era algo que me tomaba de sorpresa.

—Está bien, Zev. Por favor, ¿podemos dejarlo aquí?

Entendiendo que no estaba para nada cómoda con el tema, asintió y se hizo a un lado para dejarme bajar del último escalón.

Salimos de la casa sin decir nada más aunque las palabras querían salir de mi boca. Sé que Zev no quiso decir el nombre de Zara a propósito, pero no podía fingir como si eso no hubiese sido muy extraño. En toda mi vida, me han repetido que soy muy parecida a mi madre, pero nunca a una exesposa.

Había algo que me inquietaba, pero lo ignoré cuándo subimos al auto y Eriny se dedicó a hacerme cumplidos en todo el camino y de admirar mi vestido. No acostumbraba a usar este tipo de ropa, creo que la única vez que usé un vestido tan elegante fue para la fiesta de graduación, a la cual sólo asistí por ¿minutos? Nunca ha sido mi ambiente favorito, sin embargo hoy iba a dejar eso de lado para intentar pasar un agradable momento con las personas que han estado conmigo durante estos largos y complicados meses.

—Yo digo que toquemos y digamos que es una pizza.

Reí por el comentario de Rina al ver la puerta cerrada de la casa y el silencio que provenía de esta, nada que ver con una fiesta pre-navidad. Era hasta sospechoso, pero no dije nada porque ya todos habían bajado del auto.

Miré la mano que se me era tendida, algo dudosa con esta acción, porque sabía que tocar su piel era cómo dejarse impregnar de una droga muy poderosa que puede llevarte a algo dulce, placentero con efectos secundarios como el dolor de un corazón roto. Otra parte de mi necesitaba sentirlo, estar cerca y acortar esa fría pared de hielo que se había interpuesto entre ambos, así que recordándome que está podía ser la última noche en la que estaremos juntos, agarré la mano para salir del auto, manteniendo el agarre aun cuando ya estaba en la fría noche de invierno, con pequeños copos cayendo sobre mi cabello ahora oscuro.

Lienzo Color Pasión [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora