"El pincel perdió su color y mi miedo a no tener tu color hizo que no volviera a meter el pincel en la pintura."
Las palabras de Laila seguían torturándome a pesar de haber pasado una semana. Una semana y tres días, donde no he visto la sonrisa que me gusta, pero que como un idiota le reclamé de que ella pudiera sonreír y yo no. Egoísta, celoso de que pudiera seguir su vida como si nada cuando yo no pude. Un maldito por reclamarle sin saber toda su historia, sorprendiéndome y llevándome un puñal al corazón al escucharla hablar con dolor y rabia sobre la muerte.
Tiene razón, soy un cobarde. ¿Cómo es que una mujer tan pequeña y delicada como ella sea más fuerte que yo? Pues es el claro ejemplo que el interior es diferente al exterior, porque a pesar de mi altura y rudeza por fuera, por dentro soy como un cachorro asustado.
—¿Estás abriendo el candado? —cuestionó Eriny mi acción, mirando sorprendida las llaves en mis manos— ¿Por qué? ¿Es porque Laila gustó del retrato de mami?
—No, es porque quiero enseñarte algo.
Abrí el candado y me lo metí en la bolsa del pantalón, esperando que pueda usar este mismo candado para cerrar la puerta y evitar que Eriny ya deje de escaparse, aunque esta semana ha estado tranquila y jugando conmigo. Encendí la luz del estudio para poder caminar sin tropezar hacia la ventana, donde abrí la cortina, dejando los rayos de sol iluminar la habitación entera. Todo estaba igual, todo podrá seguir igual, pero de diferente forma. Observé a Eriny caminar entre los botes de pintura, abriendo su pequeña y linda boquita con sorpresa ante cada pintura que descubría. Es un placer poder ver sus ojos brillar de emoción al ver los colores que en algún momento representaban mis sentimientos, el amarillo mas que todo, al ser uno de los favoritos de Zara.
Hay mucho que tenemos que cambiar, porque no quiero seguir siendo el cachorro cobarde.
—¿Quieres pintar algo, Eriny?
No tuve que esperar su afirmación, su abrazo fue la respuesta a mi pregunta y por primera vez en mucho tiempo, pude sonreír con naturalidad, feliz de mi decisión.
Extendí una tela blanca por el piso con su ayuda y puse los botes de pintura que ella me pidió en medio de la tela. Después de dejarla agarrar todas las brochas que quisiera, no sentamos encima de la tela, donde ella dio el primer brochazo color morado. Su risa hacia eco en las paredes, sus pequeñas manos manchadas de pintura conmovían mi corazón envuelto de tristeza. Esto es lo que Zara siempre quiso, ver a nuestra pequeña ancharse con pintura mientras pintaba a mi lado, riendo y siendo absorbida por el amor hacia el arte.
Dejé que mi depresión y enfado me ganara, nublándome la vista y la sensatez al prohibirle esto a nuestra pequeña, lo que yo odié después de un accidente, no tiene que ser odiado por ella también.
—Pintaré una flor, porque a mami le gustaban las flores y a ti también —metió la mano en el bote de pintura amarilla para luego plasmarla en la tela, haciendo de sus dedos manchados, los pétalos de las flores—. Soy más creativa que tú, papi.
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Lienzo Color Pasión [TERMINADA]
RomanceLaila es sonrisas, positivismo y ternura. Zev es gruñón, deprimente y mandón. Laila odia la actitud de Zev mientras que Zev odia que su nueva vecina sea la típica niña buena de campo con sonrisa radiante. Un pintor famoso con miedo a no poder volver...