Capítulo 40

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"La mente es engañosa, los ojos pueden ser ciegos, el corazón tiende a ser confuso y así la vida se vuelve un misterio

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"La mente es engañosa, los ojos pueden ser ciegos, el corazón tiende a ser confuso y así la vida se vuelve un misterio."

Amnesia...

El siguiente día no fue mejor: no volví a hablar, no comí, ni siquiera quería escuchar a los doctores. Fue como entrar en coma, con mi mente en otro mundo y el silencio a mi alrededor. Tenía tantas preguntas que no tenían respuestas, porque sabía que si preguntaba iba a volver a sufrir y mi mente volvería a bloquearme.

El único consuelo que tenía era que mi madrastra seguía a mi lado, a pesar de estar sufriendo al verme en este estado, mantenía su sonrisa para animarme y no dejar que me viniera completamente abajo. Estaba sentada en el borde del pozo y no ahogándome en el fondo, gracias a ella.

—Por suerte ya te han dado el alta. ¿no es grandioso? —preguntó sonriendo mientras metía algunas cosas al bolso, celebrando que al fin íbamos a dejar de estar entre estas blancas paredes—. Hablé con Rina y estará esperándote en casa con un bote de helado.

Voltee a ver hacia la ventana, donde el sol entraba para intentar dar algo de calor al ambiente frio de la habitación, pero ni con algo de luz solar podría mejorar el ambiente que tenía este lúgubre lugar. No sé muy bien cuantos días llevaba aquí, tal vez una semana o dos semanas habían pasado a una velocidad rápida en las que solo me dedicaba a dormir. Nadie dijo nada ya que al menos estaba tranquila, pero el doctor me recomendó con una psicóloga para poder hablar del tema y seguir tratándome.

El problema era que no sentía nada, mis sentimientos parecían ausentes y no sabía como expresar lo que sentía... si es que sentía algo.

—¿Cómo llegué hasta aquí? —mi voz era muy suave, apenas audible, pero sabía que me había escuchado cuando sus manos dejaron de moverse durante unos segundos hasta que volvió a su hacer.

—Ibas a casa por algo que habías olvidado cuando tuviste un accidente de auto.

Me miró por encima de su hombro para ver mi expresión. Su cabello negro tenía unos cuantos mechones blancos y su piel parecía haber perdido algo de su brillo, además de las ojeras y esas ciertas arrugas que parecían haber aumentado en tan pocos días. Estaba sufriendo, posiblemente sufría hasta más que yo, así que sin querer ser egoísta simplemente asentí.

—Si, seguro fue eso...

Pasé mis días siguientes preguntándome si estaba bien aceptar esa explicación, si mi vida realmente podía seguir siendo normal aún con esas lagunas en mi cabeza. Rina no tenía respuestas para mí, pues ella ni siquiera había estado en el pueblo y habíamos perdido contacto durante su ausencia. Las personas en el pueblo decían que tenían tiempo sin verme, por lo que lo asocié con que había pasado más tiempo en el hospital de lo que realmente cría. Tal vez incluso estuve en coma durante un largo tiempo y no me quisieron decir nada más para no alterarme, pero me estaba cansando de no saber nada.

Lienzo Color Pasión [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora