Aike.La llegada del sábado se sintió eterna. Nath no se había aparecido esos días en Faded Song, no me había escrito como de costumbre e ignoró una de mis llamadas.
Como si se hubiera esfumado al igual que los recuerdos del príncipe. Escapaba de mí y lo que sea a lo que le tuviera miedo. Porque aunque quería hacerme el loco que no sabía nada por supuesto que en el fondo sospechaba que había algo más que ocultaba él.
Aunque no quería saberlo, estaba realmente asustada.
—Hoy sales de fiesta, ¿no, Aike? —Amber brincó sobre mi pedazo de cama, observándome desde abajo como me arreglaba frente al espejo—. Yo pienso hacer ejercicio con mi novio. Nos hemos pasado la dieta con la comida.
—Estoy esperando el mensaje de Nath, de lo contrario iré a algún antro. —Respondí seca sin darle mucha importancia.
Ojalá no sea un antro porque me cago de miedo.
Me agaché para verme mejor en el espejo de cuerpo completo. Peiné mi flequillo pero se veía extraño así que lo desarreglé para verme mas relajada. Usé lo que solía usar a menudo en Faded Song: Camisa de cuadros azul con rojo, sudadera con gorro debajo, tenis oscuros y pantalón negro. Era lo que necesitaba para verme agradable y no denotar mi género.
—No creo que sea capaz de plantarte. —Trató de consolarme sin apartar la vista de sus perfectas manos iluminadas por el atardecer a través de la ventana.
Está anocheciendo.
—He comenzado a creer que todos son capaces de lo que sea aunque menos te lo esperas. —Comenté.
Me había percatado de que cuando me hice independiente trataba de ser alegre. Ahora de forma inconsciente soy negativa respecto a otros y conmigo misma. Pensé que era un mito, pero era cierto que con el paso de los años dejábamos de reír. Que infierno, ¿no?
Mi teléfono vibró sobre la esquina del colchón. Amber y yo volteamos con emoción.
—Tengo tan mala suerte que quizás sea algún vendedor. —Me reí y reparé en el espejo para actuar normal.
—Nop —Amber había tomado mi teniendo entre sus dedos y revisaba la pantalla de inicio—. Es Nath. Solo te envió su ubicación en tiempo real.
—¡¿Nath?! —Mi emoción se disparó como un chiflido, haciéndome saltar para sentarme en el colchón y revisar el mensaje.
Su ubicación no estaba tan lejos de la mía, era un pequeño edificio que veía cuando caminaba en la zona. Supuse que nos veríamos allí así que le escribí un mensaje agradeciéndole. No respondió.
—Nos vemos dentro de unas horas. Gracias por prestarme dinero de reserva. —Le agradecí a Amber con un fuerte abrazo frente al umbral, recibiendo su beso en la mejilla antes de que dejara la casa.
—Aike, muchachito —puso ojos coquetos y lanzó un combo de golpes en mi hombro—. Esta noche no vas a volver. Aún así, aquí te espero.
—Santo cielo Amber, sí voy a volver. —Me carcajeé de su chiste con doble sentido.
Al dejar el lugar opté por caminar al sitio que marcaba la ubicación. Me tomé mi tiempo en el camino porque había escuchado que a ese tipo de fiestas no era bueno llegar temprano. Cuando la noche ya cubría todo llegué, di vueltas alrededor del gran salón que lucía como una casa y me sacudí antes de cruzar la puerta.
Me sentía fuera de lugar, aunque eso no era nuevo en mí. Me sentía fuera de lugar casi siempre, pero no era porque hubiera problemas en tantos ambientes, sino que la forma en que yo era siempre se sentía como una pieza en el rompecabezas equivocado. Me sentía culpable a todas horas, culpable de no saber encajar y no saber si estaba bien eso.
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Faded Song. {FINALIZADO}
Fiction générale"Nadie puede decirte que no puedes hacer algo, independientemente de tu género, muéstrales la música que tus actos pueden crear". Un golpe de mala suerte llegó a Aike Ibars el día que debía presentar el examen de admisión a la universidad, perdiendo...