Epílogo: Gracias, lo voy a intentar.

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Aike.

La pequeña Aike mantenía sus manos en alto, proclamando que juntas íbamos a intentarlo.

«Eres increíble.»

—¡Hola a todos, bienvenidos a otro directo en el... —enredé mis pies, azotando mi frente contra el suelo hasta tirar el micrófono—...canal!

Agh, soy estúpida.

—Aike, cuidado —Nath se carcajeó, posando la cámara sobre el escritorio para correr a levantarme.

Su cabello volvía a ser celeste, le gustaba mucho ese color. Se sentó a mi lado en la cama, le pedí que se quedara allí para salir en el vivo. Hablamos a los espectadores sobre mi última presentación en Faded Song y mis planes futuros con la música. No iba a ingresar a la universidad ese año, solo quería comenzar a escribir mis propias canciones y buscar trabajos recurrentes mientras obtenía ingresos de la plataforma.

—Si me equivoco con esta decisión o no, al menos no me arrepentiré de esto. —Dije, sonriendo mientras mis manos se escurrían por mis piernas para presionarme.

—Puedes golpearme cuando te sientas estresado. —Nath se carcajeó, aunque yo me negué con risas también.

Nath y yo cantamos una canción en el directo. Lo conocían como el chico que me ayudaba a grabar, también como mi mejor amigo y pocos como mi novio. Todas esas eran ciertas, me sentía cómoda a su lado sin tener la necesidad de etiquetarme o ser alguien quien no era.

—Deseo que ustedes puedan tomar decisiones por sí mismos, equivocarse y aprender de ello. Siempre y cuando ustedes escojan cambiar y no lastimen a quienes los rodeen —pronuncié, peinando mis mechones de cabello cortos. Me puse de cuclillas para hablar directo a la cámara—. Tomen el camino que su yo real quiere tomar. ¡Y tengan un lindo fin de semana!

—¡Hasta la próximaaaa! —Gritó Nath al fondo, levantándose de golpe para cortar el video.

Los comentarios quedaron allí, deseándome lo mejor para el futuro, para los próximos días. La habitación estaba casi vacía, iba a mudarme a otro vecindario donde las casas eran pequeñas y los abuelitos recurrían allí por las áreas verdes. No quedaba lejos de Faded Song pero era muy distinto a la zona.

—¡Aaaaah, ya casi, ya casi! —Me paré de golpe, dando vueltas en círculos hasta arrojarme a su pecho para abrazarlo y sacudirlo—. ¡Ahora sí, vamos al restaurante! Vámonooooos.

—Tú puedeeeees —me sacudió también sonriente, levantándose para continuar abrazándome y llevarme a rastras por la habitación—. ¡Estoy orgulloso de tu decisión! ¡Ahorraste mucho todo este año!

Juntos salimos con las últimas cajas del apartamento con ayuda de Arlene. Lo subimos al camión y dejamos que se marcharan. Por otro lado, era hora de que corriéramos al restaurante para que comiéramos todos juntos antes de abrir el lugar.

Fueron costillas, pizza, ensaladas y bebidas con gas lo que fue parte de la mesa. Carl dijo que invitaba por todos. Eso incluía a Rapunzel y Luna al igual que Arlette, quien ya era una mesera experta. Charlamos de tonterías y hablamos sobre cosas que pasaron meses atrás.

—Estás saliendo con un tal Maro, ¿cierto? ¿Dante Maro? —Arlene interrogó a All, lanzándole una patada con su bota debajo de la mesa.

—Sí, cielo. Y todo pinta más o menos bien. Si no me respeta yo le digo adiós. —Pronunció Aylin, sacudiendo su corte de cabello que llegaba a los hombros de una forma preciosa—, en realidad terminamos la semana pasada pero volvimos hace tres días. Es una larga historia, pero no se preocupen. El culpable estoy siendo yo ahora.

Faded Song. {FINALIZADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora