~El Chico de la Motocicleta~

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Los rayos del sol pegaron contra la cara de oji-azul.
Esta hizo muecas para despertar y sentarse en los asientos donde durmió la noche anterior. Se talló los ojos sin lastimarse y examinó la camioneta.
Las puertas traseras no tenían manijas para salir, así que agarro la mochila y se pasó al asiento del piloto. Busco entre los compartimientos pero solo encontró un mapa, una linterna, una radio y una cerveza. Sin dudar los puso en su mochila y abrió la cajuela. Salió de la camioneta y se encontró en una carretera desierta, sin ningún coche o persona andando por ahí. Suspiro por el fuerte calor que golpeaba contra ella.
Abrió la cajuela y se topó con una bolsa negra de la cual, sin reflexionar, la abrió encontrándose con una pistola, y municiones de goma.
—"Pensé que serían balas de acero."
—Ya lo se, pero de igual manera nos servirán en cualquier caso.—dijo ____ metiéndola en el bolsillo de atrás del short. Se quitó su suéter para enredarlo a la altura de su cintura quedando solo en una blusa de tirantes blanca. Por último se puso su gorra negra y comenzó a caminar lejos de la camioneta.

Ya al haber caminado por 4 horas en la orilla de la carretera decidió tomar la cerveza y observar el mapa y poder ver hacia donde dirigirse.
—"Este calor nos va a matar, y creo que sería indignante morir por eso."
—"Debemos pedir ayuda al próximo que pase por aquí."—pensó ____.

Después de guardar el mapa, siguió caminando por media hora hasta escuchar a lo lejos el motor de lo que sería una motocicleta.
Tiro la lata vacía de cerveza y sacó el mapa nuevamente.
El hombre con la moto se acercaba rápidamente así que la peli-negra alzó su mano con el dedo pulgar levantado y los demás en puño.
El motor empezó a perder ritmo hasta parar algo adelante de la chica. Ella simplemente corrió hacia el hombre que se paró.

Al acercarse se percató del hombre sacándose el casco, con lentes oscuros, solo tenía puesto una playera manga larga gris y sus pantalones eran negros.
—Disculpe señor, ¿usted es de por aquí?— pregunto sonriendo alegremente de que alguien se haya parado a ayudarla mientras se secaba las gotas de sudor que corrían por sus cachetes.
—Claro jovencita, ¿estas perdida?— pregunto sarcásticamente riéndose mientras veía como no había nadie más en esa carretera.
—¿Se nota mucho?—contestó con una risa nerviosa.
—¿A donde vas mujer?
—Quiero dirigirme a la ciudad más cercana.
El hombre se paro de su asiento y abrió una maleta de compartimiento de la misma moto para sacar un casco extra. Después de eso se lo extendió a ____.
—Es tu día de suerte, también me dirijo allí así que, ponte el casco y súbete.—
Sin chistar la chica se quitó la gorra para guardarla, junto el mapa, en su mochila y proceder en ponerse el casco algo grande para ella. Ya el hombre sentado esperaba que la chica de acomodara en el asiento de atrás.
El hombre calentó el motor pero antes de comenzar la trayectoria quiso aclarar una duda suya.
—¿Como te llamas niña?
—Me llamo Kae.— contestó con seguridad.
—Bien Kae, agárrate de mi que iré a la máxima velocidad permitida.
Fue ultimo que dijo para arrancar y acelerar conforme a la trayectoria.
Sus cabellos largos negros volaban. Su sudor se corría o secaba por el aire que se transformó en un viento de frescura.
Se agarraba firmemente de la espalda del hombre que aún no le ha dicho su nombre.

Los árboles y paisaje pasaban en cámara rápida por la velocidad en la que van. Le encantó ese sentimiento.
—"Necesitamos una moto cuanto antes posible."— pensó Kaede.
—"También pensé lo mismo."—afirmó ____.
Le gusta sentir esa sensación que nunca había probado, se sentía como ser libre. Como si estuvieras corriendo en el campo tocando girasoles.
Sonrió alegremente y cerró sus ojos disfrutando el momento.

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—Bueno, aquí termina nuestra aventura Señorita Kae.
La mencionada se quitó el casco y se lo devolvió al hombre. Se puso su gorra y sacó unos billetes que sacó de la camioneta.
—Tenga, muchas gracias por traerme.
—No lo aceptaré, no fue un problema haberla traído—comentó el hombre mientras extendía un papel hacia ella.— mi número esta aqui, llámeme si se pierde de nuevo.
Fue lo último que dijo para después seguir su trayecto desconocido.

—"Literalmente no nos dijo su nombre."
—Supongo que es cosa de motociclistas.

Tras eso, se encaminó a adentrarse a la avenida principal de la ciudad y buscar un teléfono público.

Mientras hacía eso, se acercó a una tienda de helados a compara uno y relajar su antojo.
Tomo su helado de su sabor preferido y se fue a una banca del establecimiento.
No tenía, ni tanto dinero, ni ropa suficiente y ni una pista de cómo conseguir contactos de personas del mundo bajo.
Solo le quedaba recurrir con el único que le ayudó, pedirle a Feitan un favor más.

Terminando su aperitivo, se acercó al teléfono público para marcar el número, que se aprendió de memoria, de su acosador.
Un pitido, dos pitidos, cinco pitidos pasaron para que se escuchara una voz contestando su llamada.

—¿Quien es?
—La que acosaste hace unos días.
—¿Yani Lennman?
—No..., espera, ¿Acaso acosas a más personas?
Claro, es mi trabajo, tengo que analizar a las víctimas de mis clientes.
—Mmm...haré de cuenta que no te escuche.
—¿Que necesitas?¿Otro favor?
Observó su alrededor y sus ojos vieron a una niña agarrada de la mano de su mamá mientras reían y caminaban felices.
Solo cerró los ojos y suspiro.
—Si. Pero es complicado, tengo miedo de que algún nos escuche.
Bien. Nos vemos en la Cafetería Oishii.

Ante eso último la llamada se cortó.

—"¿Donde se supone que esta ese lugar?"
—Tendremos que preguntar.
—"¿Y si le preguntamos al hombre que nos trajo?"
—Eso iba a hacer.

Tras eso, sacó otra moneda que después depositó en el teléfono público y marcó.

—"¿Si?¿Quien marca?"
Soy Kae, la que trajiste hace unas horas.
—¿Tan rápido te perdiste?
No exactamente. Quisiera saber si tu sabes de una tal cafetería llamada "Oishii".
Afirmativo, pero lamentablemente no está en esta ciudad.
¿En que ciudad es? Me urge saber.
Técnicamente está en un pueblo, antes de llegar a una ciudad.
Si voy caminando, ¿cuánto tiempo me llevaría?
Probablemente unos tres días. Sin parar. Pero sería estúpido si tanto te urge ir.
—¿En bicicleta?
—¿Acaso planeas robarlo? ¿No crees que si vas a robar algo, es mejor que robes algo mejor? Róbate una moto, llegarías en unas 12 horas, sin parar.
Supongo que es mejor. ¿Pero realmente puedo confiar en ti? No quiero un aguafiestas.
Me da igual, mientras no sea mi motocicleta la que te llevas, todo bien.
Antes de colgar, no me has dicho tu nombre.
Mucho gusto Kae, soy Banksy.
Gracias, Banksy.
Llámame si necesitas algo. Puedo saber de lo que sea que tengas duda.

La llamada se colgó enseguida. Ya sabía que hacer. Tenía que buscar a un motociclista y llevarme su medio de transporte, tal vez lo tenga que matar pero haré lo posible para negociar antes.

Empezó a caminar rápido por el centro del lugar, encontrándose con muchas motos de bajo rendimiento y apunto de quebrarse, era mayormente por que las personas no podrían comprar uno más lujoso y de buena calidad.
Estuvo apunto de irse rendida hasta ver algo que captó su atención.
Era una gasolinera y una motocicleta negra que su apariencia daba a entender que era de marca y de altas velocidades.
Se ajustó la gorra y poniéndose la camisa manga larga para ocultar su cuerpo lo más posible. Agarro del cuello su playera blanca de tirantes y tapo la mitad de su cara, boca y nariz.
Se acercó rápidamente al motociclista que estaba distraído pagando el gas.
Pasó atrás de el, y muy habilidosamente, tomó la llave de la moto que estaba en su bolsillo trasero.

Kaede tomó el lugar de ____ instantáneamente y, como si nada, se subió a la moto brincando hacia ella y prendió el motor.
El hombre volteo al darse cuenta que era el mismo sonido que emitía su motocicleta, pero para su sorpresa, Kaede arrancó sin perder un segundo más.
Mientras iba saliendo, se escuchaba el hombre gritando corriendo detrás de la moto, pero paró de hacerlo al verla a lo lejos, dándose por vencido.

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            ♡ Mary González ♡
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