Capitulo 3

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No podía ver nada, la adrenalina hizo que cerrara mis ojos, también llegué a sentir miedo al sentir cuando de un portazo cerraron la puerta, sentí que el desconocido me acorraló hacia la pared que al parecer estaba cerca de la puerta ya que tal portazo lo escuché con mucha cercanía, después de unos segundos decidí armarme de valor para enfrentar a mi secuestrador, así que abrí mis ojos, pero el miedo hizo que mi cabeza diera una vuelta hacia mi derecha, lo primero que ví fue un musculoso brazo al descubierto acorralando me, voltée lentamente mi cabeza al lado izquierdo, ví su otro brazo, tenía un tatuaje de un dragón de color verde y rojo, y por último, con el poco valor que me quedaba, decidí mirar hacia el frente, una tez blanca con unos leves bronceados, labios carnosos con un toque de color rojo un poco profundo, y unos ojos azules que te penetraban y te hacían sentirte deseoso.

Mi día iba tan bien, un día soleado, tranquilo, todo estaba excelente, en realidad pensaba que iba a ser un gran día, independiente de lo que estaba haciendo mi superior en su oficina con el vicepresidente, en realidad pensaba que iba a ser un día como dicen por ahí color de rosa, pero me di cuenta de que no lo iba a ser, nunca estuve en la situación en la que estoy ahora, lo último que pensaba que iba a pasar empezando a trabajar aquí es que pasara esto, mi jefe me trajo en teoría a la fuerza a la habitación donde estaban los suplementos de limpieza, un espacio muy reducido si me lo preguntan.

-¿Qué tanto miras?- me dijo susurrando a mi oido de forma seductora.

-¿Por qué está tan cerca?- pense un poco aturdido y ruborizado.

- Ja, bueno cambiando de te...

-¿Qué?- lo interrumpí un poco enojado y enfrentándolo- ¿A caso piensas que vas a poder sobornarme o amenazarme para que no pueda revelar lo que te Vi haciendo con el vicepre....

-¡Cállate!- me dijo tapándome la boca antes de que pudiera terminar mi intrépido discurso- primero que nada, ¿Tú crees que si le dices a todo el mundo alguien te va a creer? Te recuerdo que soy muchísimo más importante que tú, así que creeme que no vas a poder hacer nada, además- lo dijo mientras sostenía mi mentón con su mano dejando que nuestras caras estuvieran a menos de un metro de distancia- obvio que me van a creer más a mi, un prestigioso jefe que tiene a mil personas a sus pies que a un simple y débil empleado.
De todas formas, te traje aquí para proponerte algo, que de seguro no podrás rechazar...

Mi Estúpido Jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora