Me asusté horrible después de escuchar ese grito, un poco asustado voltee y me di cuenta que unos pasos detrás de mi había un chico que al parecer estaba un poco enojado, bueno, un poco no, muy enojado, después de tal grito el chico se detuvo, volteó hacia donde estaba el otro chico y le dijo:
- Tu no eres quien como para darme órdenes oíste? No eres mi superior así que deja de actuar como tal y empieza a tener un poco de personalidad.
Después de estas palabras se fue directo a las escaleras y se fue, el chico que gritó simplemente sin decir ninguna palabra regreso a su oficina.
Me sentí como una viejita chismosa, pero quedé re impactado por eso. Decidí entrar al ascensor e ir al piso donde estaba mi puesto de trabajo, en ese momento sonó mi celular, era una llamada de un número desconocido.- ¿Hola?
- Necesito que vengas rápido a mi oficina.
- ¿Puedo preguntar quién es?
- ¿Quién más voy a ser? Obviamente soy el vicepresidente, así que ven ahora al piso 8 rápidamente.
- Pero- dije en voz baja - acabo de estar allí.
- ¿Qué acabas de decir?- N-no nada, ya voy para allá.
Otra vez volví al octavo piso, cómo no sabía dónde quedaba le pregunté a un compañero, fui a su oficina, toque la puerta, alguien abrió un poco la puerta, sacó la mano y me empujó para adentro.
- Toma asiento - desde la puerta señaló con su mano un sillón café oscuro, de cuero (algo muy lujoso) -
Antes de cerrar la puerta con cara nerviosa verificó que nadie estuviera cerca de su oficina, después de que estuviera seguro de que no habían moros en la costa cerró la puerta, se sentó en su sillón y empezó a hablar.
- Te llamé porque te tengo que preguntar algo importante.
- ...
- ¿N-no - empezó a decir nervioso - le dirás a nadie lo que viste verdad?
- Perdón, pero no entiendo de lo que me está hablando.
- Pues lo que pasó en la oficina del SR. Damián.
- Aaaaa eso, tranquilo, no voy a...
- Genial - dijo con un tono feliz y sin dejarme hablar, aunque no le tome ni la mínima importancia - ¡Gracias, en serio muchas gracias por no contar nada!
Se levantó de su silla, se acercó a mí y tomo mi mano.
- No le conozco, pero creo que ya me estás empezando a caer bien - sonrió-
- Emm, okey gracias, creo.
- Bueno, ya te puedes retirar a tu lugar de trabajo, adiós.
- Si señor, con permiso - dije dirigiéndo me a la puerta, la abrí y me marché.
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Mi Estúpido Jefe
Romance( no tenía más remedio que aceptar su propuesta, UH...desde ahora soy el esclavo de mi jefe)