capitulo 5

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Estaba entrando en un momento de confusión, no puedo creer que había dicho tales palabras con las mismas con las que me llevé a mi al mismísimo infierno, nunca pensé que este tipo de cosas rondarían en mi cabeza y me importara tanto; después de lo sucedido me sentí de cierta forma muy raro, sentía que todos en la oficina me miraban de forma extraña, que hablaban de mi a mis espaldas y presentía que ya todos sabían del trato que me tocó hacer con ya saben quién, sentía que mi reputación estaba en juego y sabía que de ahora en adelante lo más probable es que todo salga mal.

- Agh - pensé - todo es culpa de él, en serio lo odio, pero no puedo renunciar, pagan muy bien en este lugar, vale la pena ganarse los 100€ semanales, tengo razones para no renunciar, además ahora que se que no me contratarán en otra parte no tengo más opción que aguantarme esto, así mi relación con el sea la peor.

El caso, no tuve más remedio que aceptar su propuesta, no se sabe cuán alto puede llegar ese hombre para obtener lo que quiere. Después de eso me soltó y de inmediato iba a dejar esa espantosa habitación, pero de repente me agarra de la muñeca, me jala un poco del brazo y se acerca a mi oido y me susurró

- Ve al bar que está en la esquina de la siguiente cuadra después del trabajo, no faltes, porque si faltas - empezó a susurrar con una voz medio ronca un poco sexy pero dominante - mañana no te dejare ni dar medio paso sin que te duela ahí abajo.

Me quedé paralizado, sus palabras hicieron que se me pusiera la piel de gallina y de paso hizo que mi cuerpo quedará totalmente paralizado del miedo.

Damián aprovechó el momento y empezó a morder mi oreja, se acercaba cada vez más a mi cuerpo, después de que nuestros cuerpos estuvieran juntos empezó a tocarme, primero cogió mi quijada, hizo que volteara mi cara hacia la derecha y empezó lentamente a dejarme besos en mi cuello y a tocar mi torso y bajaba cada vez más hacia mi entrepierna, mientras lo hacía yo tenía los ojos cerrados con el corazón a mil.

- Seguiremos con esto si no llegas al bar - me dijo mientras me tocaba con su mano mi trasero- ahí te dejo la idea de lo que va a pasar si no cumples.

Me soltó y ahí sali corriendo directo a mi puesto de trabajo con la cara super colorada.

Cuando llegué, trataba de centrarme en mi trabajo tratando de no pensar en lo que acababa de pasar; estaba organizando unos papeles en unas carpetas, ya saben, esas gigantes de oficina y preciso me di cuenta que faltaba una carpeta, así que pasé por varios puestos de trabajo preguntando si tenían, ninguno de mi sección tenía, así que no tuve más opción que ir al piso de arriba en dónde estaba la oficina el vicepresidente.

Me arme de valor, subí al piso 8 dónde estaba este señor, pero bueno, estuve preguntando por todo ese sector, pero nadie tenía una carpeta, así que me rendí y me dirigí al ascensor, mientras estaba a centímetros de este, un desconocido dijo:

- ¡Ni te atrevas a pisar ese ascensor!...

Mi Estúpido Jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora