(...no tenía más remedio que aceptar su propuesta, UH..desde ahora soy el maldito esclavo de mi jefe)
Mi rutina era algo super normal, al igual que mi vida y en realidad no es para nada interesante, soy solo un chico alemán que se mudó a Rusia a trabajar y a tener una mejor vida con tan solo veinti tres años. El caso, ya han pasado ocho años desde que terminé mi carrera para ser un exitoso secretario.
Al salir de la universidad conseguí una entrevista en una de las mejores corporaciones de Rusia, en esta conocí al prestigioso jefe que aparecía en todas las revistas de Europa, su nombre es Damián Scotch, proveniente de una familia adinerada, heredó la compañía de su padre Andrew Scotch, el cuál creó de dicha corporación con tan solo veintisiete años.
Estaba muy nervioso cuando lo ví, ya entendía el por qué las mujeres iban detrás de él.-Es muy atractivo- pensé, hasta que moví mi cabeza de lado a lado al darme cuenta de mis pensamientos - espera no, eso sonó muy gay, no pienses en eso.
Empezó la entrevista,conmigo habían unas dos personas más, dos mujeres que soltaban la baba con solo escuchar el nombre de quien podría ser el jefe de alguno de nosotros tres, todos entregamos nuestra hoja de vida y como se darán cuenta obtuve el puesto de secretario por no estar pensando en que sería la vida si mi novio fuera mi superior.
Hoy es mi primer día de trabajo, cualquier persona estaría emocionada, pero yo definitivamente no, solo es un trabajo, no es una fiesta de preparatoria como para estar emocionado como un niño de diez o seis años.
Acabo de llegar a la corporación, el guardia que está en la puerta fue muy amable, lo que para mí es muy raro, naturalmente no les caigo bien a las personas y me tratan mal; en fin, llegué a mi puesto de trabajo el cuál estaba en frente de la oficina del jefe, él no había llegado aún, todo estuvo muy tranquilo, pero me inquietaba que ya eran las 7:00 AM y no llegaba.-Se suponía que llegaría a las 5:00 AM- pensé un poco disgustado, al parecer tenía un jefe muy incumplido
Después de media hora llegó, ni si quiera tuvo el mínimo respeto de saludar de forma educada, se fue directo a su oficina, todo normal, después de unos quince minutos me acordé que tenía que entregarle unos papeles que me dió el vicepresidente para que él los firmase, pero siento que cometí un error al no tocar la puerta...
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Mi Estúpido Jefe
Romansa( no tenía más remedio que aceptar su propuesta, UH...desde ahora soy el esclavo de mi jefe)