BLOOD AND TEARS

CAPITULO 3: Lie

    Jungkook se encontraba en los suburbios de la ciudad. Allí le había indicado Jooheon que podía encontrar a alguien que, tal vez con un poco de presión, podría darle pistas que le conducirían hasta Taehyung y seguramente hasta la chica que estaba buscando.

    Entró en un portal con las paredes sucias y alguna que otra mancha de sangre, y un ambiente deprimente le envolvió al instante. Olía a drogas, humo, alcohol y desesperación, pero el joven se armó de valor y llamó al timbre.

    Pasados unos minutos que se le hicieron eternos, un joven rubio con aspecto ligeramente demacrado abrió la puerta, lo suficiente como para saber quién llamaba sin permitirle entrar.

    -Es muy temprano- masculló el chico-, ¿qué quieres? Solo tengo hierba y esas cosas; las pastillas y la coca no me llegan hasta mañana.

    Jungkook se limitó a mostrarle su chapa de la policía.

    -Mierda-dijo el otro.

    -No te preocupes. No he venido a detenerte. Solo quiero hablar.

    -Bueno...pasa-el chico rubio se encogió de hombros y le abrió la puerta.

    Las paredes estaban desconchadas y los únicos muebles que había eran un colchón cubierto de ceniza, un sofá que apenas se tenía en pie y una mesita de noche bastante antigua. Jungkook limpió el colchón un poco antes de tomar asiento y comenzar el interrogatorio.

    -Eres Agust D, ¿verdad? El hermano gemelo de Min Yoongi.

    -Sí, ese soy yo. Acabemos rápido, ¿qué coño quieres?

    Lo único que Jooheon le había contado sobre el tal Agust era que se dedicaba exactamente a lo mismo que su hermano, pero lo hacía en solitario. Era un hombre con tendencias auto destructivas que no sabía si estaba solo porque quería o porque el mundo era incapaz de comprenderle. Solo una vez alguien le había tendido la mano y le había hecho sentirse querido y olvidarse un poco de lo horrible que era su vida. Pero ese alguien ya se había ido y ese era el comodín que iba a utilizar Jungkook. Si Agust D ya era un hombre roto, podía quebrarlo un poco más. Podía ser tan manipulador como Taehyung si eso le llevaba a lograr sus objetivos.

    -Quiero saber donde están tu hermano y su banda. ¿Lo sabes?

    -Quizá-Agust se encogió de hombros.

    -Si lo sabes dímelo. No tengo tiempo para jugar a las adivinanzas.

    -No puedo decirte eso. Yoongi es un gilipollas, pero es mi hermano. No voy a decirle a un poli donde está para que lo detenga así como así.

    -¿Y qué hay de...Jimin?

    -¿Qué hay de Jimin?-a Agust se le ensombreció la mirada.

    -Te dejó.

    Agust dio un puñetazo en la mesa y aguantó la mirada insolente de quién lo interrogaba. Jungkook había vuelto a abrir una herida que, en el fondo, nunca había llegado a cerrarse.

    -Eso no es asunto tuyo. Y si esperas que te diga donde está por despecho o algo así, vas a llevarte una decepción. Aún lo quiero. Jimin me dejó porque me dio por imposible. Porque al principio pareció que podíamos ser felices, pero él se negó a quedarse viendo como me destruía a mí mismo. No espero que entiendas ese tipo de cosas. Pero no voy a decirte nada. Así que venga, a la puta calle.

    Señaló la puerta con rabia. Jungkook se levantó y se alejó pero, cuando ya estaba en el umbral, volvió la cabeza y le dio el golpe de gracia: