CAPÍTULO 19: Ending scene

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Jungkook se fue recuperando con una rapidez sorprendente, en gran parte porque Hye estaba a su lado. Si no hubiese sido así, tal vez hubiese pasado algo de tiempo abandonándose a sí mismo. Tampoco demasiado, porque Jennie, Jin y su propio sentido común lo hubiesen obligado a levantarse, pero ciertamente ayudaba que ella estuviese allí; Jennie no se había equivocado.

Había pasado poco más de un mes y, aunque el chico aún cojeaba y tenía dolores, hacía mucho tiempo que no se encontraba tan a gusto. Ella había regresado y, solo por eso, la casa volvía a ser un hogar. Sin embargo, todavía suspiraba por Taehyung de vez en cuando, y la chica también se sorprendía pensando en él más de lo que hubiera querido.

Llamaba al número que tenía Jimin en Daegu cuando Jungkook estaba dormido, y eran normalmente Jimin o Hoseok quienes cogían la llamada, ya que eran los que más cercanos habían sido a ella desde el principio. Agust había congeniado con ella muy rápido, lo cual no era fácil, pero no le gustaba atender al telefono. Siempre estaba cerca, por otra parte, cada vez que ella hablaba con Jimin, a juzgar por las risitas que lanzaba este mientras la ponía al día de todo lo que sucedía en aquella casa.

Jimin le contaba que Hoseok y Yoongi cada vez estaban más cómodos en su nueva situación, o que Agust le había comprado un anillo, y también la escuchaba hablar sobre las mejorías de Jungkook para después poner al día a Tae.

Tae deseaba escuchar la voz de Hye como una vez había deseado escuchar la de Jungkook, pero nunca lo decía en voz alta.

Las cosas empezaban a hacerse más difíciles para él ahora que ella no estaba. Adoraba a Jimin, a Hoseok y a Yoongi, y cada vez toleraba más a Agust. Reconocía que sus amigos formaban unas parejas adorables, y le hacía feliz que fuesen felices...pero tampoco podía evitar tener envidia, o sentirse solo. Siempre se había sentido solo, y con Jungkook, al pasar el tiempo, sentía que solo había abrazado una ilusión que por fin le apartara de aquella insoportable soledad.

Aquella mañana, Hoseok y Yoongi no habían salido de su habitación, y Agust y Yoongi tampoco lo habían hecho. Buscaban alargar aquellas mañanas en las que podían pasarse horas y horas abrazados en la cama, hablando o en silencio, mientras el sol entraba por las persianas e iluminaba sus rostros.

Tae ya estaba despierto porque, en realidad, nunca se había dormido. La cama le resultaba más grande y más vacía que nunca ahora que ella ya no estaba. Dejó sonar el telefono durante varios segundos y después, al darse cuenta de que nadie iba a levantarse a cogerlo, se decidió a hacerlo él.

-¿Jimin? Soy yo.

Por supuesto que era ella, pensó Taehyung. Por eso tenía tantas ganas y, a la vez, tanto miedo de coger el telefono. Suspiró, antes de responderle con voz queda.

-No, no soy Jimin...

Tae no supo exactamente a que se debía el silencio que, del otro lado de la línea, siguió a sus palabras. Por un momento, temió que ella colgara.

-Hola, Tae.

-Hola. ¿Cómo estás?¿Cómo está...él?

-Yo estoy bien, y él está mejorando. Está mejor...está mucho mejor.

-Te juro que voy a matar a G Dragon-dijo Tae, con una rabia que ella percibió sin dificultad pese a la distancia.

-Ahora no tenemos que pensar en eso...

-Está bien. Ahora no. ¿Estáis...estáis juntos otra vez?

-Eso creo. No hemos dicho nada, no hemos hablado realmente de ello, pero todo vuelve a estar en su lugar. Todo vuelve a ser como antes.

BLOOD AND TEARSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora