CAPÍTULO 13: Run away

216 22 7
                                    


La chica que, cerca de las doce, le abrió la puerta a Hye, tenía un aspecto soñoliento. Era delgada y llevaba el pelo suelto y teñido de rubio. La reconoció de inmediato como Solar, la chica que solía cantar en el local de Moonbyul y, ocasionalmente, bailar en la barra.

-Perdón. Pensé que esta era la habitación de Moonbyul...

-Sí, lo es-replicó Solar, abriendo algo los ojos-Espera, la llamaré...¡Cariño! Aquí hay una chica que pregunta por ti...

Moonbyul salió poco después. Era evidente que también acababa de despertarla y, si no hubiese sido porque no tenía donde ir, Hye se hubiese sentido algo culpable por la interrupción. Les explicó como pudo que necesitaba saber a donde habían ido Jimin y los demás.

A Moonbyul se le ensombreció la mirada. Lo último que había sabido de sus viejos amigos era que Namjoon estaba muerto y que Jimin se había marchado a Daegu con su novio. Hye se preguntó si aquel novio sería el mismo del que el chico le había hablado el mismo día que ella conoció a Jungkook.

-¿Daegu queda muy lejos?-preguntó.

-Sí, tardarás un rato largo. Te llevaría pero mañana tengo que madrugar para hacerle una reforma a todo esto-explicó Moonbyul-Quizá Hwasa pueda llevarte.

Al parecer Hwasa no solo tenía dotes de enfermera y de cantante, sino también de chofer, así que la despertaron y le pidieron que llevase a su amiga a la casa donde se alejaban Jimin y Agust en Daegu.

Aunque Hye había mantenido la serenidad durante mucho rato, mientras la otra joven la conducía hacia su destino, empezó a sonar una canción de amor en la radio que, sin que supiera muy bien por qué, le trajo de vuelta las mismas sensaciones que había tenido en su primera cita con Jungkook.

Lo echaría de menos.

Todo hubiera sido mucho más fácil si hubiera podido culparle, si él hubiese demostrado no ser tan bueno como parecía. Pero Jungkook nunca se había portado de forma deshonesta con ella. Le había dejado claro lo que aún sentía por Tae, y había confiado en ella en todo momento.

Y además, había sido el novio perfecto. Era, seguramente, lo más parecido a un príncipe azul que encontraría nunca. Pero en los cuentos de hadas, los príncipes se enamoraban de las princesas y no de los lobos.

Aquella canción la hizo llorar.

Hwasa la miró con un gesto apenado en sus hermosos ojos:

-¿Estás bien, cielo?-era evidente que no, pero hizo la pregunta con la mejor de las intenciones.

-Estaré bien-repuso ella.

Y sabía que así sería. Sabía que habría un día donde la mayor preocupación que le reportaría aquel asunto sería que Taehyung tratase a Jungkook tan bien como se merecía. Que estuviese a su altura y, sobre todo, que lo hiciese feliz.

Pero ella estaría bien, porque era fuerte. Era bastante inusual que fuese a buscar refugio en los brazos de sus secuestradores, pero Hye no era una chica normal.

-Hemos llegado-anunció Hwasa-. Es esa casa de allí.

Hye se despidió de ella con un abrazo.

-Cuídate, y no dudes en llamarnos si necesitas cualquier cosa-dijo la otra joven antes de emprender en soledad el camino de vuelta.

Hye llamó al timbre. Era casi la una, pero había luces encendidas en la casa. Le abrió la puerta Yoongi con el pelo teñido de rubio, vestido únicamente con unos pantalones de camuflaje. No pareció reconocerla.

BLOOD AND TEARSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora