CAPÍTULO 7: Jealousy

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Jimin se despertó con las primeras luces de la mañana entrando a través de las persianas del piso que ahora habitaba junto a Agust, al menos por las noches. Dio un pequeño toque en la espalda desnuda de su novio, que se giró hacia él. Primero, con los ojos semi cerrados, gruñó, pero cuando lo vio a él, sonrió con una expresión satisfecha.

    -Voy a preparar el café. Descansa-dijo Jimin.

    -Eres un ángel-murmuró Agust, sin quitarle los ojos de encima.

    Cuando ya estaban en la mesa, Agust se echó a llorar repentinamente, derramando el contenido de su taza sobre el mantel. Jimin no supo que hacer. Estaba más acostumbrado a verlo sangrar que a verlo llorar. De hecho, no sabía si lo había visto llorar alguna vez. Las lágrimas recorrían las facciones de porcelana de Agust, y él lo veía más hermoso y frágil que nunca.

    -¿Qué te pasa?-preguntó por fin.

    -Yo...No creo que esto sea justo. Ojalá no te necesitara. Ojalá pudiese dejarte ir y encontrar a alguien que de verdad te merezca.

    -No se trata de lo que yo merezca. Se trata de lo que yo quiera, y yo te quiero a ti...

    -¿Por qué? Tú me has salvado muchas veces, y has hecho por mí todo lo que podía hacerse. Y yo no soy capaz de darte nada a cambio. No tengo nada para ti, Jimin. Me preocupa que un día te canses de entregar tanto a alguien que es tan poco.

    -No-Jimin sonó enfadado por un momento-. Siempre estás igual, Agust. Antes ni siquiera eras capaz de creer que yo te amara. Entiendo que es difícil, porque estás enfermo. Pero me has dado más de lo que le has dado a nadie. La gente no entiende que yo pueda amarte, porque solo yo he visto cómo eres en realidad. Me has dado lo mejor de ti mismo. Nunca te digas que eres poco. Nunca te digas a ti mismo nada que no me dirías a mí, Agust.

    -Lo intentaré.

    -Te quiero-murmuró Jimin, besando el rostro de Agust allí por donde habían corrido sus lágrimas-, y tú me quieres. Ya está. Nunca he comprendido porque dos personas que se amaban como nos amamos nosotros podían insistir en que no debían estar juntas.

    Agust quiso decir algo, pero no fue capaz. Solo pudo rozar su frente contra la de Jimin mientras acercaba su rostro al suyo para besarlo hasta casi quedarse sin aliento.

    -Entonces...entonces no me dejes nunca.

    -Nunca, te lo prometo...

    Ambos se olvidaron por completo del desayuno y de las manchas de café en el mantel nuevo. Jimin debería haber estado ya de vuelta en el "Wind Flower" para no despertar sospechas en sus compañeros, pero se le hizo tarde y no le importó lo más mínimo.

    Era casi mediodía cuando por fin se despegó de Agust. Se dio una ducha y se vistió, dispuesto a salir. Su novio se acercó a él en el umbral de la puerta con la intención de darle un beso de despedida, pero Jimin le hizo la cobra y le besó tiernamente en la nariz en lugar de en la boca.

    -No hagas eso, Agust. Ya voy varias horas tarde. Me conozco, y si me besas otra vez me quedaré por lo menos dos horas más.

    -¿Volverás para cenar?

    -Eso espero-dijo Jimin, despidiéndose con una preciosa sonrisa en el rostro.

    Agust se quedó en la puerta varios minutos después de que su chico saliera, pensando en lo feliz que se sentía cuando estaba con él, a pesar de toda su miseria.

                        ......

    Jimin llegó al "Wind Flower" sobre las tres de la tarde. Entró casi bailando en la habitación de Yoongi, que estaba algo incorporado en la cama, aunque con gesto de dolor.     -¿Cómo estás hoy, Yoongi?-se le ensombreció un poco el rostro al ver a su amigo. Recordó que por mucho que se amasen Agust y él, eso no iba a borrar lo que había sucedido entre los dos hermanos. Y él no quería verse obligado a elegir entre aquellos chicos a los que consideraba su familia y el amor de su vida.

BLOOD AND TEARSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora