CAPÍTULO 18: Goodbye

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Jungkook despertó con la mano de Jennie acariciando su frente y con un dolor terrible en todo el cuerpo. Se sentía muy mareado. Las paredes que había a su alrededor eran blancas y frías, igual que los barrotes de la cama donde yacía. Hizo ademán de levantarse, pero su amiga no se lo permitió.

Jennie tenía los ojos húmedos, y Seokjin también, aunque tratase de ocultarlo. Quería darle al chico la reprimenda de su vida, por haberse arriesgado tan tontamente, porque si G Dragon hubiese apuntado unos milímetros de más, Jungkook estaría bajo tierra en aquel momento. Por suerte, aunque la herida era profunda, la constitución del chico era lo suficientemente fuerte como para mantenerlo vivo, aunque tendría que cogerse una baja bastante larga en cuanto le dieran el alta del hospital.

-¿Cómo te encuentras?

-Creo que tengo ganas de vomitar.

Jennie se levantó de un salto para acompañarle al baño y mantenerlo en pie.

Había sido ella quién se había encargado de tomarle el pulso, llamar a la ambulancia, conseguirle una cama de hospital y después llamar a Jin. Llevaba dos días con sus noches velándolo hasta que por fin despertó aquella mañana. Lo hacía porque lo amaba, y porque era su trabajo, pero sobre todo lo hacía porque se sentía culpable e inútil por no haber llegado a tiempo.

Cuando Jungkook volvió a caer rendido sobre la cama de hospital después de que ella le hubiese echado un chorro de agua fría sobre la cabeza, Jennie se acercó a su jefe para preguntarle si tenía el número de la ex novia de Jungkook.

-No, no lo tengo-replicó Jin, sorprendido-¿Por qué lo iba a tener?

-Me gustaría llamarla. Todo el mundo dice que parecía buena chica, y si de verdad lo es, nada de lo que ha pasado entre ellos evitara que venga a cuidar de él si la necesita.

-Puedes quedarte tú a cuidarlo, Jennie.

-No voy a imponerle mi presencia en su casa. Sé que se curara antes si está con ella. No soy tan infantil como para no aceptar que la mejor época de Jungkook fue la que pasó con ella. Estaba más guapo que nunca, y le brillaban los ojos, y yo solo quiero volver a verle así.

-¿Quién te dice que tú no puedes hacer que le brillen los ojos así, o más incluso?

-Jin...-Jennie entornó los ojos-. Sé que solo intentas animarme, pero sabes muy bien que no es así. Tengo que pasar página.

-Está bien-suspiró él, tomando el teléfono de Jungkook que estaba en la mesilla y desbloqueándolo-. Llámala tú.

Jennie buscó en los contactos y marcó el número de la chica que había tenido por algunos meses lo que ella tanto había deseado tener desde hacía años.

......

Hye estaba dormida en el sofá, después de haber visto el amanecer con Taehyung y de haber huido de su beso. Por fin había podido conciliar el sueño, aunque eran ya casi las dos del mediodía. Y entonces el teléfono empezó a sonar con insistencia.

Tardó en abrir los ojos y en cogerlo, mientras el sonido retumbaba por toda la habitación. Cuando por fin logró que los párpados no se le cerraran, vislumbró el nombre de Jungkook en la pantalla. La última y, a la vez, la primera persona con la quería hablar en aquel momento. Pero no fue la voz de Jungkook la que escuchó cuando cogió la llamada.

-¿Eres Hye?-preguntó una voz de mujer que no había oído nunca.

-Sí, soy yo. ¿Qué pasa? ¿Quién eres?¿Donde está Jungkook?

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