ARDIENTE TENTACIÓN

5. ¿Eres Gay?

            ARDIENTE TENTACIÓN

                      CAPITULO 5

                 —Zoe Johnson—

Vaya sorpresita la que me llevé cuando me di cuenta que el chico con el que me acosté anoche y del cual salí huyendo iba ser mi jefe. Yo que pensé que se sorprendería con mi cambio de look cuando nos volviéramos a ver y me sorprendí fui yo cuando llegué y vi a Tyler y al sexy de Alex.

Me alegra que me haya quedado en el área de finanzas porque soy muy buena, pero Esmeralda no soporta que yo haya ganado y de seguro me hará la guerra como siempre. Me sentía un poco nerviosa porque estaría con Alex a solas y creo que ahora más que veo que es un chico acostumbrado a los lujos.

Su apartamento es súper grande, y está bien decorado. Las paredes están pintadas de blanco, hay unos sofás enorme en la mitad de la sala acompañado con una pequeña mesa de vidrio, en una de las esquinas hay una lámpara junto con unas gavetas de color negro con blanco y un cuadro en una de las paredes. Este chico sí que tiene dinero. La vista que tiene es preciosa y creo que es un apartamento demasiado grande para alguien que vive solo y ahora menos le creo que no ha traído a otra chica aquí.

—¿Te gusta? —Me pregunta con media sonrisa—. Lo compré hace poco.

—Está lindo —me sincero.

—Ya lo sé —se acerca quedando frente a mí y me besa—. Te deseo, Zoe.

—¿Por qué quieres seguir viéndome? —Pregunto, haciendo que se aparte—. ¿Por qué razón?

—Será porque no buscas lo que otras chicas —voltea a verme—. Mi dinero o tener la posición social que tengo yo. Bueno, eso creo. Me encanta tu inexperiencia —por fin lo dice.

No sé cómo unas simples palabras pueden hacer que lo desee tanto. Pensé que nos quedaríamos en la sala, pero Alex me lleva hasta el balcón donde se puede ver el cielo despejado y la vista es mucho más preciosa. No entiendo cómo se le ocurre a este chico que tendremos sexo aquí donde cualquiera nos puede ver, pero tampoco me resisto. Alex me pide que lo espere un momento, no sin antes dejarme desnuda. No me siento cómoda, así que me cubro con su camisa que se ha quitado. El sofá está cómodo y creo que es un buen lugar para seguir aprendiendo todo lo que me puede enseñar este chico.

Muerdo mi labio inconscientemente cuando Alex aparece frente a mí completamente desnudo. Se acerca y se pega a mis labios, esta vez el beso no es tierno, la manera en la que me besa es agresiva y me encanta. Se aparta y pasa su lengua por mi cuello hasta que siento sus dientes en mi oreja, mientras la muerde con fuerza, pero en vez de sentir dolor solo me causa placer.

Baja sus manos hasta mi trasero y lo acaricia, me saca la camisa dejándome sin nada y separa mis piernas, lleva su mano a mi entrepierna y siento su dedo entrando en mí. Comienza a moverlo y mi cuerpo reacciona.

—¡Oh, por Dios! ¡Alex...! —Jadeo cuando siento cómo entra su segundo dedo en mi sexo. No está siendo nada pasivo conmigo y me gusta cómo sus dedos hacen arder mi cuerpo cada vez que entran y salen de mí con mucha más fuerza. Juega con mi clítoris hinchado llevándome a otro mundo del que sencillamente no será fácil salir.

—¡Ah! ¡Ah! ¡Oh, Alex! —Gimo al sentir el contacto de su lengua en mi parte más frágil. Su lengua juega en mi clítoris prendiéndome más, levanta mis piernas sobre sus hombros con una agilidad tremenda y me penetra hasta el tope. Se mueve cada vez más rápido y los gemidos no cesan. La manera en la que se mueve es sorprendente. Mi cuerpo no puede más, pero yo quiero sentir más y eso no se puede negar.