7. Te gusta tu jefe.

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            ARDIENTE TENTACIÓN

                   CAPÍTULO 7.

                 —Zoe Johnson—

Me sentía súper nerviosa porque no tenía idea de cómo sería la familia de Alex, pero luego me di cuenta que son personas muy finas y tranquilas, así que no tuve que actuar para intentar ser algo que no soy, porque sencillamente me hicieron sentir tan bien. Sus papás son muy cariñosos y aunque me sentía extraña cuando me llamaban "hija" tampoco me molestaba. Su hermano Joseph y su esposa Lisbeth me cayeron muy bien, son sencillos y muy divertidos. Eso no se puede negar.

—¿Entonces, llevas tres meses con el cavernícola de Alex? —Miro a Lisbeth que lava sus manos en el lavado—. Pensé que era mentira cuando mis suegros dijeron que su hijo ya tenía novia.

—Sí, Alex me pidió ser su novia y pues no le vi el problema en aceptar. Lo quiero y la paso muy bien con él —me seco las manos, y le sonrío—. ¿Tan extraño es que traiga una novia?

—Cariño, Alex nunca ha traído una novia y si te trajo a ti déjame decirte que te quiere. Él ni siquiera nos presentaba a las chicas con las que andaba antes por allí.

—Así que yo soy la afortunada —las dos reímos—. No es tan bueno en cuestión de mujeres, ¿cierto?

—Es pésimo, todas las que busca son unas trepadoras. Y de verdad me alegra que tú no seas igual, porque se nota que lo quieres. Creo que podemos ser buenas amigas.

—Yo también lo creo, tenemos la misma edad y eres muy divertida.

—Tú lo eres —me señala con sus dedos índices—. Vayamos a la mesa, nos deben de estar esperando.

Asiento con la cabeza y salimos. Quizás hice mal aceptando su amistad, pero no puedo ser mal educada y decirle que no, así que estoy segura que debo decirle esto a Alex o puede volverse un problema para esta mentira donde yo estoy participando.

—Amor, se tardaron mucho —Joseph abraza a Lisbeth y ella le sonríe. La adoración en sus ojos es tan obvia que me da tanto cariño—. Ya Alex estaba que lloraba.

—Pensé que se las habían llevado los marcianos —todos reímos por las bobadas de Alex. Me da un beso en la mejilla y no me queda de otra que sonreírle.

—Siento la demora, me quedé hablando con Zoe. Ya saben, cosas de chicas.

Seguimos hablando y las preguntas todavía siguen, Alex prefiere responder porque yo no tengo la menor idea de qué decir. La he pasado bien y eso no puedo negarlo, pero ya era hora de irnos, así que nos despedimos de todos y la familia de Alex me pidió que regresara a visitarlos cuando quiera. No tuve opción y terminé diciendo que regresaría cuando tuviera tiempo libre.

(.....)

Estoy frente a mi apartamento, ya he llegado y Alex no me ha dejado entrar por andar felicitándome porque todo salió bien con su familia.

—Gracias, de verdad me has sacado de un apuro enorme —me toma de la cintura—. Creo que te mereces un premio.

Comienza a rodar su mano por los bordes de mi vestido y doy un pequeño saltito cuando sus dedos rozan mis bragas.

—Tu familia es muy... —todo se me olvida cuando siento que separa mis piernas—. A…alex, aquí no.

—¿Por qué? Si tú también quieres y no puedes negarlo —besa mi cuello de una manera tan lenta que siento que es una tortura—. Zoe, conmigo conocerás todo lo que una simple caricia puede hacerte sentir.

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