Todo el día escolar paso rápido, como siempre ni un profe se dió cuenta de lo que a Seol le pasaba ni de la gran marca roja alojada en su mejilla.
O bueno, no es que no se dieran cuenta, si lo hacían pero solo ignoraban ese echo.
Que buenos profesores que tiene Seol.
En su camino a casa Seol no paro de pensar en que escusa podría decirle a su madre por el feo golpe muy notorio que tenía.
La casa de Seol, ese lugar en donde podía tener un poco de "felicidad" pero falsa...
Su hogar no era nada grande,menos lujoso, era simplemente de el tamaño necesario para ella y su madre. Con dos cuartos, un maltratado y viejo sillón en la pequeña sala, se le salían los resortes. La pequeña cocina, con unos cuantos condimentos.
Al llegar insertó su llave en la puerta maltratada de aluminio y avisó a su madre de su llegada.
— Llegué —gritó minúsculamente.
Quitó su mochila de sus hombros dejándola caer a un rincón de el piso.
Su madre quien descansaba en el sillón mientras veía su algo antiguo televisor no le tomo importancia a su llegada, como siempre.
— Mamá volví —dijo ahora Seol con cierta esperanza en su voz.
Su madre no respondía a sus avisos, pasándola por alto completamente mientras jugaba descaradamente con los botones de el control como si quisiera buscar el canal perfecto cuando lo único que hacía era ignorar a su jovial hija.
— Madre —dijo ahora mientras movía de los hombros a su madre— Mamá, mam-
— ¡Ya escuche! No soy sorda Seol,que tú lo estés no quiere decir que todo el mundo también —dijo su madre en una pequeña explosión.
— Es que no m-
— ¡Es que no que Seol! ¿Que acaso quieres que te dé la gran bienvenida al venir como si tú llegada fuera la gran cosa —su madre si que era una amargada.
— Perdón mamá —lamento Seol.
— Te cambias y haces los deberes de la casa —habló secamente su madre.
Seol solo asintió triste.
Triste de que su propia mamá nunca se alegrará de sus llegadas o si quiera se preocupara por decirle si quiera un "que bueno hija" "que tal te fue hoy" "tuviste cuidado en el camino".
Lo de una típica madre. En cambio de eso su madre a la llegada de Seol maldecia internamente con pensamientos como "se acabó la paz" "como no la robaron en el camino"
Su madre trabajaba por las mañanas de cajera en una tienda de víveres,lo que le pagaban apenas y le alcanzaba para la comida del diario.
Hong Goeun,la madre querida de Seol no era más que una señora ambiciosa e interesada. Seol la amaba con todo su corazón sin importar lo fría de ser de su mamá, mientras que Hong Goeun si tuviera la opción vendería a su propia hija. Siempre reclamando a Seol lo malo de su existencia y nacimiento.
Porque sí,la pobre Seol era una hija no deseada, "un error mío y de tu estúpido padre", según palabras de la propia Hong Goeun.
¿El padre de Seol? Kim Jungyoo Ese señor era todo un ángel que quería a Seol como su princesa. Y que lamentablemente murió de manera muy triste.
Suicidándose.
Suicidándose misteriosamente y sin explicación cuando Seol tenía apenas cuatro años al despertar vio la imagen de su padre tirado en el piso con todo un frasco de pastillas a lado.
El día más traumante para ella.
