13 - Ayuda extra.

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Retorcí mi cuerpo por la pereza y me levanté de la cama.

Ya era otro día, el día que no iré a la escuela. Por suerte ayer si logré encontrar todos mis papeles sin problema.

Fuí a la sala, mamá estaba en el sillón viendo dramas.

- Seol ya es muy tarde, pareces niñita, apúrate que te cierran el portón -habló apenas me vió.

- Mamá es que me duele demasiado la panza, creo que mejor no iré por hoy -le mentí.

- Dónde me estén llamando para decirme que estás expulsada, no andes chillando.

Me calenté en la cocina un poco de pan y café para desayunar y me encerré en el cuarto a comerlo.

Entonces pensé. Pensé en como Chaeyoung y Jungkook habían entrado a mi vida y en lo bendecida que fuí, estaba empezando a ver el suicidio como opción pero después de prometerlo a papá y más la llegada de esos dos, no he tenido esos malos pensamientos en ya algo de tiempo.

El hecho de que Jungkook se esforzó en buscar una manera de ayudarme, eso me hace sentir especial y ni decir de Chaeyoung que es la primera amiga que tengo en mi vida.

Cómo no tengo una tele propia en el cuarto ni ocupo un teléfono la espera hasta que Jungkook llegara se me hizo larga y aburrida, pero por suerte lo soporté porque me entretuve dibujando en una libreta cualquiera de biología. Dibujé el rostro de Jungkook. Entonces me dí cuenta de que sus facciones eran demasiado perfectas e irreales, en todo proporción, tamaño, ángulo, curva.
Su dibujo me llevo unos cuarenta minutos creo, pero aún así faltaba mucho para que viniera. Hice también uno de Chaeyoung, la niña más bonita que mis ojos hayan visto, sus encantadores hoyuelos y facciones muy suaves.

Al tener ya los dos dibujos hechos me decidí por leer los libros que pudiera hasta que la hora correcta pasara. Y así estuve, leí varias historias cortas de un libro infantil que tenía guardado.

Las seis horas de espera pasaron y escuché el sonido de la puerta ser golpeada, Jungkook, sonreí. Me levanté corriendo de dónde estaba sentada y fuí a abrir. En la sillón mamá ni en cuenta, estaba dormida con la tele aún prendida.

- Llegaste -fue lo primero que dije sonriendo al verlo.

- Hola bonita -dijo el.

Caí en cuenta que de todo el tiempo que tuve en ningún momento me preocupé por cambiarme.

- ¡Ay! Que pena contigo, yo aún estoy en pijama -dije avergonzada- ¿Si me esperas un minuto? Voy por los papeles y me cambio.

- Claro, tómate tu tiempo, las secretarias se van hasta la tarde bonita. -asintió feliz.

Le dejé abierto y fuí a mi cuarto a cambiarme. Lo hize rápido, también tome mis papeles y ya estaba.

- Listo -le anuncié.

Tomó mi mano y salimos de mi casa. Cerré la puerta. De un momento a otro me empezé a poner nerviosa de que rechazaran mi petición de cambio, si es que la rechazaban tendría que volver a mi salón y Jungkook no puede entrar ni estar conmigo ahí, eso deja mucho espacio a Jimin y con todo lo que pasó ayer no tengo duda de que me matará apenas me vea sola. Cómo siempre he sido una persona nerviosa mi mano empezó a temblar un poquito.

- No estés nerviosa bonita -le dió un apretón suave a mi mano.- Además, tengo un truco para que no se puedan negar a tu cambio. -lo miré extrañada.

- ¿Un truco? ¿Hablas de un truco como el de la chica de ayer? -pregunté insegura, el rió.

- No, no, nada se eso, es un truco diferente, ya lo verás. -me quedé con la duda pero no seguí preguntando.

Dolor -Jungkook-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora