Capítulo 82 (parte 2)

2.6K 176 191
                                    


Un par de horas después, ambos estaban recostados a lo largo del sillón con Kongpob aún sobre su novio. Momentos atrás habían dejado los besos en la mejilla y ahora iban por unos en los labios.

—Kong... —empezó a hablar Arthit. —¿No te apetecería ir al bar de Bright?... Digo, llevamos toda la tarde aquí —empezó a jugar con su cabello distraídamente.

—Uhhmmm... —Se removió con algo de flojera, sintiéndose muy cómodo y mimado como para levantarse del sofá ahora mismo. —Pero está muy lejos... Y se está haciendo tarde... Además, no tenemos el auto —habló bajo y escondió su rostro en el cuello de Arthit.

—Podemos llamar a un taxi... Anda, vamos. Hace mucho que no salimos —Arthit insistió con un puchero. Aunque Kongpob no le estuviera viendo, le fue inevitable hacerlo.

El menor alzó la cabeza cuando oyó eso último. Se encontró de frente con los labios abultados de su novio que le daban un aspecto tan infantil y adorable. Se contuvo mucho por no comérselo a besos en ese instante.

—¿Ese eres tú invitándome a una cita? —Preguntó entre ilusionado y coqueto, ya considerando el aceptar moverse de su cómodo espacio en el sofá para salir a una cita con Arthit.

Este no respondió y sólo se encogió de hombros.

Más bien era una fiesta sorpresa, pero también lo podía ver como una cita si eso hacía que Kongpob se levantara de ahí.

Kongpob terminó accediendo porque después de todo era cierto, hacía mucho que no salían juntos y Kongpob tenía ganas de pasar una agradable noche fuera con su novio. Subió a la segunda planta para arreglarse un poco de forma rápida.

—¿Y por qué al bar de P'Bright? ¿Acaso me quieres emborrachar? —Acusó con un humor mientras bajaba las escaleras, ya listo para irse.

Él ya se había arreglado el cabello despeinado y también cambiado por mejor ropa. Parecía que sería una noche calurosa y el poder salir de casa sin abrigo era algo que había extrañado bastante. Arthit le siguió de cerca al bajar las escaleras y rodó los ojos.

—Claro que no... Solo se me ocurrió ir ahí —comprobó que llevaba sus llaves y su teléfono. Sacó este último y envió un mensaje a sus amigos avisando que ya iban en camino.

—Definitivamente quieres emborracharme —dijo Kongpob en voz muy baja y soltó una risa, huyendo del alcance de su novio por si acaso había escuchado sus palabras.

Ambos salieron de su casa y no tardaron mucho en tomar un taxi. Durante el trayecto, el menor veía encantado por la ventanilla el cielo que empezaba a anochecer y las luces de la ciudad que comenzaban a brillar. Suspiró, pues también había echado de menos su ciudad.

Y aún dentro del taxi Arthit tuvo el atrevimiento de tomarle la mano. Le encantaba ver cómo sus anillos resaltaban. Él los había elegido y se sentía orgulloso de eso.

—Hiciste un buen trabajo escogiéndolos —le susurró Kongpob, acariciando con sus dedos los de Arthit. —¿Qué dijeron tus amigos cuando los vieron?

Se estremeció ante el pensamiento, pues ya empezaba a imaginarse las reacciones muy variadas de los amigos de Arthit y también las de los suyos cuando los notaran. No eran anillos de compromiso, pero no descartaba que más de una persona creyera que sí lo eran y comenzaran a vacilarlos con eso.

—Todos piensan que es de compromiso... —Arthit hizo una pequeña mueca de desagrado. Eso le molestaba, pues cuando les aclaraba a los demás, las personas se sentían decepcionados.

Kongpob alzó ambas cejas. Se esperaba una respuesta similar, pero no esa mueca de desagrado en el rostro de su novio.

—¿Es malo que piensen eso? —Cuestionó tal vez algo desilusionado.

V. FasesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora