Capítulo 99.2

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Una semana después, Kongpob y Arthit estaban en su vestidor, arreglándose con aquellos dos elegantes trajes en celeste y amarillo que habían comprado algunas semanas atrás para la boda de Knot.

Kongpob estaba por colocarse su saco en color celeste cuando notó algo en su pareja que le llamó la atención. Se acercó a él desde atrás y lo atrapó por la cintura. Desde su reflejo en el espejo frente a ellos le dedicó a Arthit una sonrisa coqueta.

—Déjala un poco entreabierta —le dijo al oído. Hacía referencia a la camisa que el mayor acababa de abotonar hasta arriba. Llevó sus dedos allí para deshacer los dos primeros botones. —Así. Serás el más atractivo de la fiesta... y me recordará lo que me espera cuando lleguemos a casa —le guiñó el ojo.

Arthit, quien se había exaltado cuando sintió los brazos rodeándolo, le quiso dar un golpe a su novio en el momento en que este le desabrochó más la camisa, pero no pudo hacerlo ya que todo su cuerpo tembló ante las insinuaciones, sin contar lo guapo que su novio se veía.

Observó sus reflejos y sonrió al ver que juntos se veían aún mejor. Luego, se pegó al pecho cálido de Kongpob y cerró los ojos para disfrutar el momento.

Espero que a la próxima boda que vayamos, sea la nuestra, pensó el más joven, apreciando un poco más su reflejo con Arthit. Después, cerró también sus ojos.

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Los suegros de Knot estaban diciendo algunas palabras después de la ceremonia. Todo el ambiente era de felicidad y amor y Arthit comparó ese sentimiento con él de estar junto a Kongpob un sábado por la noche en cama, dándose muchos besos, unos más inocentes que otros. Extrañamente estaba muy animado, incluso bailó con sus amigos de una forma un tanto cómica.

También, fue un gran momento entre sus amigos cuando dijeron cosas agradables y graciosas sobre Knot. Ya que Arthit fue el último, decidió extenderse un poco más que los demás.

—Knot, mi mejor amigo. No me sorprende que seas el primero en casarte, porque de todos, siempre te he considerado el más maduro y estable. Me alegro por esta nueva etapa en tu vida. Siempre tendrás mi apoyo como yo lo obtuve de ti, porque sin tus consejos, no sé qué sería de mí... —tomó de la mano a Kongpob y le sonrió antes de aclarar—: de nosotros. Knot de verdad, muchas gracias. Y felicidades.

A las palabras de Arthit le siguieron los aplausos. Mientras este tomaba asiento, Knot desde el otro rincón del salón agradeció con un gesto además de con un guiño. Sigues tú, gesticuló Knot y después soltó una risa. Y al lado de Arthit, Kongpob quien seguía aplaudiendo no se perdió aquel silencioso intercambio entre los dos amigos.

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Más tarde esa noche, Kongpob también tuvo la oportunidad de hablar con Knot de manera más privada y expresarle sus buenos deseos y felicitaciones a él y a su ahora esposa. Así que mientras que Arthit iba a separar a Bright de una prima de Knot, este último hablaba con Kongpob y agradecía sus buenas palabras. Knot había visto crecer a ese Nong y le enorgullecía que se haya convertido en un gran hombre.

—Ah, P'Knot, una última cosa... —Llamó Kongpob antes de que este se fuera con su esposa a despedir al resto de los invitados. Veía a Arthit aún entretenido con Bright que ya estaba un poco borracho, así que quiso aprovechar la oportunidad. —Como eres el mejor amigo de Arthit, quería compartir algo contigo...

Como siempre, Knot estaba dispuesto a escuchar a los demás y aunque era su boda, tendría tiempo de escuchar las inquietudes de sus amigos.

—Sí... ¿Qué sucede? —Estaba realmente intrigado, pues veía nervioso a su menor.

V. FasesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora