Capítulo 90

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Para el fin de semana y luego de tomar sus medicamentos y de alimentarse adecuadamente, Kongpob se recuperó por completo.

El sábado después del trabajo, ambos estaban en cama tomando su cena y poniéndose al corriente con el anime que habían dejado pendiente la semana pasada. Ya se habían dado un baño y estaban muy cómodos sólo en ropa interior, cosa que a Kongpob le encantaba porque podía sentir su piel contra la de su novio.

—Mañana retomas tu curso de yoga, ¿verdad, amor? ¿A qué hora te despierto? —Preguntó y de su plato tomó un gajo de naranja para comerlo. Se relamió los labios para limpiar el jugo.

Arthit también masticaba mientras pensaba en la respuesta y al terminar se giró entre los brazos de su novio para hablarle de frente.

—¿A las 6...? Quizá 6:30.

Los ojos del menor se expandieron debido a la sorpresa. Tragó otro gajo que estaba masticando y luego respondió:

—Vaya, de verdad madrugabas... —Él estaba bastante sorprendido por ese nuevo hábito que Arthit se había creado. De verdad que le debió haber sido difícil. Asintió. —De acuerdo, te despertaré —le besó en la frente.

—En realidad... Creo que había algún horario después... Creo que por la tarde, pero tu madre me había dicho que a esa hora no podía —se encogió de hombros sin darle mucha importancia.

Kongpob se lo quedó pensando un rato, pero no dijo nada más. Volvió a asentir, jugando con su cabello.

—Oh, cierto. Vas con mi madre... —Eso seguía sonando muy extraño para él. —Supongo que la veré allí también. ¿Te molesta si me quedo durante la clase? Quiero esperarte y después te invito a desayunar.

Arthit no estaba muy seguro de aceptar eso, principalmente por lo que Kongpob le había dicho antes sobre las habilidades que adquirió en sus clases de yoga.

—N-No lo sé... Tendrías que hablar con la instructora... y... las demás... ¿no se sentirán algo tímidas?

—Oh, la instructora también es amiga mía. Es amiga de Jira desde la infancia y me conoce prácticamente desde que nací, así que no creo que tenga problema —explicó como si nada. —Pero de todos modos, mañana les preguntaré a ella y a las demás... —Sonrió.

Arthit se volvió a girar de frente, con una mueca de desagrado. No quería a Kongpob ahí, sabía que se pondría nervioso. Pero Kongpob no dijo nada más, sólo siguió abrazándole para continuar con el último capítulo de la primera temporada de aquel anime.

Además, ya era tarde y ambos debían irse a dormir temprano, así que no tendrían oportunidad de ver ningún otro más. El capítulo de estreno tendría que esperar otro poco.

-

Cuando había comenzado a ir a sus clases, le era un tanto más fácil levantarse ya que el calor del cuerpo de su pareja no lo apresaba como ahora y Arthit prefería levantarse a seguir en esa gran cama fría y solitaria, pero esa mañana era diferente. Al despertar, Arthit se sintió sumamente relajado; estaba contento en la cama que definitivamente no quería levantarse.

Pero Kongpob, por su parte, ya estaba despierto cuando sintió a su novio removerse despierto entre sus brazos. Como cada mañana de fin de domingo, ambos estaban dispuestos a acurrucarse y pasar todo el día en la cama, sin embargo esa vez no podría ser así.

—Buenos días, mi sol —murmuró, peinando su cabello con sus dedos para despejar su rostro. Le tomó por la barbilla para darle en los labios un rápido besito de buenos días. —Son las seis con diez... Puedes dormir otro poco si quieres, aún estamos a tiempo.

V. FasesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora