7. Cotidianidad Nocturna

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Despertar en una habitación distinta a la que acostumbró por cinco años fue, en primera instancia, horrible. Le dio un sobresalto terrible, sin embargo, se calma muy pronto al hacer memoria de dónde se encuentra, que sucede y demás detalle. Queda un rato viendo el techo. Luego ve la ventana. El cielo está un poco nublado y no es más que penumbra. Al menos desde el plantel podía ver las estrellas.

Espera que aquí también se pueda. Debido a la pereza tarda alrededor de una hora y media en levantarse de la cama. Hace mucho frío y sus plumas se erizan por completo. Acostumbrado a estar circundado de Wings diurnos abre la puerta con cuidado, va al baño en total silencio y así mismo se dirige a la cocina. Igual a un fantasma. Al menos así para la mayoría.

No así para el otro ocupante del departamento.

— ¿Intentas algo? —Respinga espantado por la aparición de Yoongi en la cocina ¿Dónde estaba? Baja la mirada un instante ¿Se arrastró por el suelo o como estuvo ahí y no lo vio? Tal vez no sea el más alto del mundo, pero tampoco es un enano—. Pareces que no quieres que escuche.

—Ah, no, es que... siempre hay diurnos... así que...

—Que te valga mierda. A ellos les vale mierda si nosotros dormimos bien o no—Rueda los ojos con desdén—. De todos modos: Aunque lo intentes aquí no sirve de nada.

—Y-ya lo sé, solo es-

— ¿En serio sabes?

—Pues estás... despierto. —Yoongi deja el vaso con lo que está bebiendo, apoyado en la isla de la cocina. El pelaje de su espalda se hincha, erizado y aun no es capaz de enlazar esta acción con algún estado de animo.

—Tengo eco localización, es decir, oídos sensibles—se señala un instante—. Escucho como tus pasos y movimientos rebotan por todos lados. Así lo intentes, posiblemente no vas a poder ser lo suficientemente silencioso. —se muerde los labios, preocupado por ello.

—Perdón.

—No es tu culpa, es la de mis oídos y que no lo puedo controlar. Solo pasa ¿Alguna cosa rara que hagas y de la que deba enterarme?

—Puedo girar mi cabeza así y-

—Mejor no lo hagas de nuevo.

Ríe arrugando la nariz. Todos se asustan de verlo girar su cabeza casi los ciento ochenta grados. Se encoge de hombros y sus ojos entrecerrados dan un aspecto sumamente lindo, las alas con su agitación suave dan con un toque infantil de su parte. Yoongi saborea y se rasca tras la oreja, nervioso sin saber que decir por unos cuantos minutos de solo estar ahí.

— ¿Eso es todo?

—Como carne cruda.

—Vale, una lechuza.

—Y-y Jimin dice que me suelo pasar a su cama sin darme cuenta...

—Sonambulismo.

—A-a veces-

—Tartamudeas.

—N-no sé de qué hablar.

—Aja.

—Umm...

Nuevamente silencio. Yoongi queda con los labios entreabiertos y agita las alas de repente. Jungkook se lo queda viendo, curioso por las membranas de esas alas negras. Parecen un cuero fuerte y complicado de romper. Repara en la mano de Yoongi. con dedos largos, huesudos y de aspecto de garra. Las puntas enrojecidas por morderlos de manera continua y obsesiva.

Si no recuerda mal...

— ¿te sientes bien?

—No estoy acostumbrado a tener gente en casa y... Om...—da un suave toque con la cabeza. Jungkook jala sus dedos. Nervioso ¿Debe preocuparse de que sea depresivo? ¿Con ataques de pánico? Hasta el momento no había pensado en ello como un detalle importante. Sencillamente lo pasó por alto—. Estoy bien. Me medico, no toques nada de ahí. Por precaución—Asiente—. Tu celular llega mañana, hazte lo que quieras de cena.

Noctuis | YoonKook || BOOK 2#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora