10. Cercanía Inaugurada

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—No sé si tachar de milagro o anomalía que estés despierto y fuera de tu departamento a esta hora.

—Sabes que no abre una mierda a la hora que yo me levanto y me siento moderadamente vivo.

—De todos modos puedes pedirme a mí que te lo compre, sabes que no tengo problema con ayudarte con eso—Rueda los ojos, sin ganas y dejando otra cosa en la cesta casi llena—. No sabía que te interesara el dibujo tradicional ¿Para qué tanto?

No responde nada y sigue dejando cosas en su cesta. Lo que le parece vistoso, útil y no es de precio desorbitante. Namjoon le alcanza una enorme paleta de acuarelas junto a un paquete de pinceles. Mira con recelo al Sauria de tamaño colosal. Namjoon suele aparecer de la nada cada vez que Yoongi sale de día. No por intención, sino pura casualidad que los dos ni siquiera se explican del todo.

— ¿Entonces para que? —insiste a falta de razones para ello. Yoongi dibujo un poco, hace más ediciones que otra cosa. Ha dicho en tantas ocasiones lo mucho que aborrece hacer dibujo tradicional que lo deja pensativo el cambio.

—No es para mí.

—Ah, es para tu niño—Cruza los brazos, con la cola moviéndose apenas en el reducido espacio del pasillo. Yoongi lee las indicaciones del enorme cuaderno de dibujo—. Puedo suponer que le gusta pintar.

—Supongo.

— ¿No estás seguro?

—No.

— ¿Por qué compras todo esto entonces?

—En caso de que si lo sea.

Namjoon no se aguanta la risa, a veces Yoongi puede ser muy tierno. El Vamp acaba por cargar con el cuaderno de dibujo. Este "descubrimiento" vino repentinamente esta mañana. Debido a asuntos de su trabajo como compositor debía llevar y explicar sus melodías. El problema es que en el equipo no hay nadie nocturno, por ende, debe llevarlo de día.

Debido a esto entró al cuarto de Jungkook a dejarle una nota:

En el trabajo son unos trozos de mierda que no entienden de horarios. Voy a llegar por la tarde y estaré durmiendo toda la noche. No hagas mucho ruido.

YG

Al dejarla sin querer tumbó una carpeta con un montón de papeles. Todos ellos llenos de dibujos hechos a lápiz con grafito. El pequeño lápiz consumido dentro de la carpeta también. En su mayoría hay de Jimin y Hoseok, incluso de paisajes que tal vez corresponden al plantel y de la vista que tiene de su nueva habitación.

Encontró uno suyo.

No supo que sentir de ello.

Solo el que Jungkook lo ilustró como alguien de aspecto triste.

Asume que le gusta dibujar, por ello habiendo acabado de dar su trabajo y de camino a casa entró en una tienda de artículos variados, plantado en el área de papelería tomando todo lo que pueda gustarle a alguien que dibuje. Pintura, acuarela, lápices, marcadores, marcadores acuarela, papel para acuarela, bolígrafos ¡Todo!

—Eso me hace recordar que cerca de mí trabajo hay una escuela de arte. Quizá pueda entrar ahí si realmente le gusta... ¿Quince? Sí, debería poder entrar. —opina ayudándolo a cargar con todo.

— ¿Horarios?

—Hasta donde sé hay nocturno.

— ¿No es riesgoso?

—Lo dudo. Es una escuela.

Hace mala cara. Para él eso no dice nada, pero duda que Namjoon lo esté refiriendo a un lugar potencialmente peligroso. Arrastrándose y guiñando con incomodidad los ojos debido a las luces tan fuertes paga todo. Bastante caro todo se diga. Namjoon tuvo la gentileza de acompañarlo, asumiendo acertadamente que se caería o chocaría por estar cegado y adormilado. A veces es tan cruel como los de horario nocturno quedan totalmente fuera de su tiempo.

Son una minoría. También muy contados. Casi todos los Vamp lo son, también las lechuzas, búhos y contadas especies de dragón. Los demás son totalmente diurnos. Ocasiona desbalance—Que te vaya bien con tu niño—. Despide. Yoongi queda mirando las alas tan enormes y pronunciadas del Sauria.

Se pregunta con toda sinceridad como es capaz de vivir con ellas. La fuerza animal que debe tener para no romperse la espalda. Son pesadísimas. Las suyas son grandes, pero están hechas para recogerse totalmente, incluso envolverlo.

Las de un sauria no. Apenas pueden flexionarlas. Las de Namjoon son más altas que él y sus cuernos. Sufre un escalofrío. Lo que ha visto de Jimin –el único pavorreal que Jungkook conoce-, es imposible que acabe bien teniendo a semejante magnitud como Alpha. Aparte de todo tiene a Jin y...

—Yo sigo siendo el pedófilo aquí, ni siquiera sé que es peor. —murmura a sí mismo con molestia.

. . .

—¿Te gusta dibujar?

Ambos fruncen la expresión debido al rayón que queda en la hoja. Al menos no se jodió el dibujo. Jungkook enrojece y cubre con sus alas al instante. No le gusta que lo vean en esta clase de momentos. Es una especie de actividad privada. Obviamente sus dos amigos lo han hecho, pero de todos modos no está cómodo.

—Sí...

— ¿te avergüenza o algo?

—N-no, solo no me gusta que me vean cuando lo hago—Rueda los ojos, con la cara de Jungkook escondida por las alas blancas—. Es raro.

— ¿Solo dibujas a lápiz? Lo haces muy bien. —No es perfecto en lo absoluto, más no hay como negar el talento ahí. Quizá nacido de tanto dibujar sin parar. Por como tiene ese lápiz y se ensucia las manos se esfuerza.

—Bu-bueno, no tenía otra cosa con que así que... solo...—sus plumas en los hombros se hinchan. Erizadas por la pena. Destapa una vez escucha a Yoongi alejarse.

Continua con su lo suyo sin ningún problema. Es un dibujo de Yoongi colgando de cabeza escondido en sus alas. Personalmente se le hacen tiernos los ojos pequeños. Una especie de cualidad distintiva encantadora y-

—Toma.

Respinga y toma asiento de mejor manera con la pesada bolsa en las piernas. Empieza a sacar uno a uno el contenido. Colores, lápices, marcadores... ¡TODO! Respira por la boca, es lo que ha querido probar mil veces culpa de YouTube con sus tutoriales de cómo hacer ciertas cosas y-

—GRACIAS.

Yoongi sufre un temblor violento y por pura inercia da un empujón que resultó inútil. Jungkook se balancea apretándolo en un abrazo y el Vamp frunce los labios con ojos abiertos. Sin saber que cara poner o que decir. Es extraño sentirse cubierto por alas que no son las suyas. Las de Jungkook son tan esponjosas como una almohada.

—D-de nada. —balbucea a duras penas. Jungkook se aparta y sonríe apretando la nariz.

Lo que resta de noche lo ve leer con cuidado las indicaciones de cada cosa. Revisando que es todo, probando en una hoja suelta y confundirse continuamente. Yoongi por su lado cuenta del uno al veinte de tanto en tanto, nervioso por aquel acercamiento tan repentino y violento.

Corporalmente se sintió tan bien, tan suave, al mismo tiempo que su parte irracional y mental lo hace ir a caminos absurdos. Inútil pensarlo de más.

—Si te gusta dibujar ¿Quieres ir a clases de eso? —Jungkook balancea las piernas en su asiento—. Namjoon me habló de una academia, colegio, lo que sea que se especializa en eso. Puedo inscribirte si quieres y no te aburras aquí.

—pero-

—Yo te llevaré y traeré, tiene horario nocturno. No vas a estar solo por la calle a esta hora. No soy así de atolondrado.

A pesar de que la idea de más interacción social con desconocidos lo hace asustarse un poco, se ve incapaz de negar la oferta. Sus clases en el programa no son tan enfocadas al aspecto artístico practico a menos que se trate de canto o danza. Pues no amerita materiales. El arte plástico sí.

Bastó poco tiempo para que Yoongi llegara con los papeles de la inscripción, no pudo evitar abrazarlo de nuevo.


Noctuis | YoonKook || BOOK 2#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora