Capítulo V. ¿Amor?
-ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos por última vez, ¿no crees?-preguntó el peli plata.
-s-sí-respondió el menor con nerviosismo.
-¿por qué estás tan nervioso? Tú sabes que no pienso hacerte daño.
-n-no es por eso. Es que, me siento extraño. Hace poco tenía una vida tan tranquila y ahora, de nuevo estoy solo.
-sabes que eso no es verdad. Me tienes a mí. Sé que en estos momentos, tú no sientes nada por mí, pero te aseguro que lo que siento por ti es sincero. Quiero que me ames y sepas que cuentas conmigo para lo que necesites, ¿de acuerdo?
-lo sé. Gracias-sonrío de manera tímida. Lo que no pasó desapercibido para el peli plata.
-de nada-le respondió con una sonrisa. Masamune se sonrojó a más no poder.
Continuaron caminando hasta que llegaron a la casa del mayor. Estando ahí, Akihiko dejó entrar al menor y este le agradeció.
Subieron las escaleras hasta llegar a los cuartos de arriba. Se dirigieron a una de las habitaciones y Akihiko abrió la puerta.
-esta es tu habitación. Siéntete como en tu casa. Te dejaré para que descanses.
-de nuevo gracias-lo miró por última vez antes de entrar a la habitación. Cerró la puerta y caminó a la cama. Dejó sus cosas en el suelo y se recostó.
-¿qué es lo que está pasando con Ritsu? Él no era así-pensó el azabache mientras permanecía recostado. El sueño comenzaba a vencerlo, pero primero iría a bañarse. Se levantó de la cama y caminó al baño. Cerró la puerta y comenzó a despojarse de todo lo que llevaba encima. Se metió en la regadera y abrió la llave. Al principio, esta salía fría, pero después de un rato comenzó a salir caliente. Comenzó a mojarse. Mientras se tallaba el cuerpo cerró los ojos y dejó que todas las tensiones abandonaran su cuerpo. Mientras realizaba esta acción sintió como las manos de alguien lo rodeaban de la cintura de manera muy posesiva. Se sorprendió mucho y giró su cabeza para ver de quién se trataba.
-¿qué demonios haces aquí? ¡Sal ahora mismo!-exclamó el azabache.
-no puedo. Tu cuerpo me pide a gritos que te haga mío. Puedo sentir que tú estás igual que yo-le murmuró al oído y acarició su miembro con su mano. Masamune se sonrojó y apretó fuertemente los labios.
-n-no... e-espera...
Trató de quitarse al peli plata de encima pero no pudo. Sus fuerzas eran menores. Akihiko lo tenía bien sujeto por la cintura y además, tenía se cuerpo demasiado pegado al suyo. Su aliento rozaba contra su cuello, provocándole escalofríos.
-A-Akihiko... n-no...
El mayor no le hizo caso y continuó acariciando la cintura y abdomen del menor, quien se sujetó de la pared cuando el mayor se acercó para besar su cuello. El agua seguía saliendo de la llave, empapando a ambos.
Masamune comenzó a llorar y apretó los ojos con demasiada fuerza. Sus sollozos también se dejaban oír con la misma intensidad.
Akihiko la oírlo de esa manera se sintió tan culpable que decidió alejarse del cuerpo del azabache. Se dio la vuelta para salir del baño.
Masamune al sentir que el otro ya no lo acariciaba, se giró para verlo.
-A-Akihiko, espera-se acercó al mayor y lo tomó de la mano para impedir que se fuera.
-no te preocupes. No voy a hacerte nada que no quieras. Sé que me adelanté, pero...
No pudo terminar de hablar debido a que el azabache se había abalanzado encima de él y le había besado. Se sorprendió mucho pero reaccionó rápido y lo tomó de la cintura para cargarlo y pegarlo a la pared. Masamune rápidamente enredó sus piernas en su cintura para tener un poco más de apoyo.
-tranquilo. No vas a caerte, no voy a permitirlo-susurró el peli plata. Masamune se sonrojó y suspiró. Asintió rápidamente y volvió a besar los labios del peli plata con desesperación. Akihiko siguió con el ósculo de la misma forma. Acariciaba y besaba cada milímetro de su piel con sus manos y con sus labios. Masamune solamente se dejaba hacer y acariciaba el cabello del peli plata delicadamente.
-¿no estás arrepentido de hacer esto?-preguntó el mayor. Masamune negó con la cabeza.
Akihiko sonrió de una manera muy dulce y se acercó a besar de nuevo los labios del menor. Procuraba meter su lengua para acariciar la del azabache con la suya.
Cuando sintió que no podía resistir más, tomó su propio miembro con su mano derecha y lo colocó en la entrada del menor.
-no, no-se estremeció y colocó sus manos sobre el pecho del peli plata para poner un poco de distancia.
-¿qué pasa? ¿No quieres?
-sí quiero. Pero es que... s-soy virgen-murmuró avergonzado. Akihiko comprendió su temor y lo miró de forma tierna.
Cerró la llave del agua, bajó al azabache y lo sacó del baño. Lo tomó de la mano e hizo que se recostara en la cama. Masamune lo jaló para que Akihiko se acostara encima de él y lo abrazó por la espalda. Acercaron sus rostros y unieron sus labios nuevamente. Esta vez de una manera más delicada.
-te amo, Masamune. Quiero que sepas que mi amor es infinito y me tendrás a tu lado cuando lo necesites.
-y-yo...
No pudo terminar de hablar al sentir de nuevo los labios del peli plata sobre los suyos. Lo besaba de forma dulce y tierna, transmitiéndole todo su amor.
Akihiko se separó del azabache y deslizó sus labios al cuello de este. Lo besó y dejó unas cuantas marcas. Comenzó a escuchar los suspiros de este al sentir sus caricias. Dejó de besar su cuello y bajó hasta toparse con sus pezones. Los tomó de manera delicada con sus dedos y los presionó de forma suave. Masamune sintió un ligero escalofrío recorrer todo su cuerpo y su respiración comenzó a hacerse acelerada.
-ahhh... ahhh... Akihiko-movió su cadera de manera lenta hacia adelante y luego hacia atrás. Se veía que estaba ansioso.
-puedo ver que en verdad estás ansioso. Pero lo que menos deseo es lastimarte. Así que, tendrás que tener paciencia-Masamune soltó un pequeño quejido e hizo un puchero.
-no, no. Akihiko, por favor-suplicó. Este atendió sus súplicas y descendió todavía más, hasta que llegó a la entrepierna del azabache. Estando ahí, tomó su miembro con sus manos y lo metió a su boca.
Masamune se sobresaltó, pero no dejó que se apartara, más bien, acercó sus manos delicadamente hasta su cabello y lo acarició.
Akihiko continuó con su labor, y de un momento a otro subió su vista para ver al menor. Este tenía los ojos cerrados y se mordía los labios de manera exagerada para que ningún sonido saliera de su boca.
-vamos. No tienes por qué quedarte callado. Déjalos salir. Quiero escuchar cuánto lo estás disfrutando-continuó lamiendo el pene del azabache mientras acariciaba con su otra mano el perineo*. Masamune inmediatamente apretó los ojos y llevó sus manos a la almohada. Akihiko supo que lo había encontrado.
-n-no puedo más... m-me voy a venir-murmuró el azabache sintiendo un hormigueo en la parte baja de su vientre. Su respiración se aceleró y un escalofrío recorrió cada centímetro de su cuerpo. Fue poco tiempo para que el tan esperado orgasmo se hiciera presente y Masamune expulsó su semen en la boca ajena.
-l-lo siento-murmuró avergonzado.
-está bien-respondió con la voz ronca. Se limpió la boca con el dedo pulgar y se acercó al azabache para acomodarse entre sus piernas. Este lo miraba asustado.
-e-eso... n-no va a entrar en mí-murmuró avergonzado.
-claro que va a entrar. Sólo relájate. Te prometo que vas a disfrutarlo mucho-Masamune suspiró al sentir el cálido aliento del peli plata en su cuello.
Akihiko besó su cuello de una manera muy lenta y cariñosa mientras llevaba uno de sus dedos hasta la entrada del azabache.
-espera, espera... m-me duele-se quejó, tratando de apartar al peli plata.
-lo siento. Creo que estoy yendo demasiado rápido-se disculpó el mayor. Se acercó a la mesita de noche y del cajón sacó una pequeña botella, con un líquido transparente dentro de esta. Puso una gran cantidad en su mano derecha y también en la entrada del azabache. Volvió a meter su dedo y en esta ocasión entró más rápido que antes.
Comenzó a mover ese dedo en círculos y mientras lo movía, se dio cuenta de que el azabache temblaba por la excitación que comenzaba a invadir su cuerpo. Este se aferró con algo de fuerza a las sabanas y las estrujó entre sus manos.
Akihiko continuó moviendo su dedo y cuando sintió esta más dilatada, se aventuró a meter el segundo.
Movía sus dedos cada vez más rápido, logrando excitar todavía más al menor.
-ya puedes meterlo. Creo que estoy preparado-murmuró el menor. Abrió las piernas lo más que pudo. Akihiko sonrió y sacó sus dedos para inmediatamente meter su miembro.
El azabache estaba a punto de replicar, pero el peli plata fue más rápido y se acercó a él para besar sus labios de una manera tan apasionada y llena de deseo. Masamune se aferró a su espalda mientras el peli plata seguía penetrándolo.
Akihiko dejó sus labios por un momento y bajó a su cuello, dejando un camino de besos y marcas en esa piel pálida. Masamune se mordió los labios y se aferró con más fuerza a la espalda del mayor cuando este comenzó a moverse dentro. Decidió con ello también enredar sus piernas en la cintura del peli plata para estar más cerca uno del otro.
-te amo, Masamune. Que no se te olvide-habló el peli plata cuando comenzó a mover su cadera cada vez más rápido. Entrando y saliendo una y otra vez.
-y-yo... creo que... podría llegar a amarte... pero...
-esperaré-dijo con seguridad. Masamune se sorprendió.
-¿en serio? ¿Tanto así es tu amor por mí?-preguntó sorprendido.
-mi amor es más grande que cualquier cosa. Te dije que esperaré el momento adecuado para que tú también me digas que me amas-Masamune seguía mirándolo, sorprendido.
-¿desde hace cuánto estás enamorado de mí?
-la verdad ya perdí la cuenta. Creo que fue desde que estábamos en la universidad, pero no recuerdo muy bien en qué año. Pero dejemos de hablar de eso. Nosotros estábamos en algo más interesante-habló con voz lujuriosa y se acercó al azabache para darle un beso en los labios, apasionado y deseoso. Mientras besaba al menor, su cadera comenzó con suaves movimientos, adelante y luego hacia atrás. Sus movimientos se hacían cada vez más rápidos. Logró dar en el punto de máximo placer del azabache cuando este se estremeció entre sus brazos y se aferró con más fuerza a su espalda.
-¿así se siente la primera vez que te penetran?-se preguntó el azabache en voz alta.
-¿qué sientes? ¿Se siente bien?-preguntó el peli plata, mirando al azabache debajo de él.
-se siente tan bien. Jamás me había sentido así-expresó el menor. Akihiko se sintió feliz al oírlo de esa manera y siguió embistiendo. Masamune comenzó a gemir sin parar y también rasguñó la espalda del peli plata.
-A-Akihiko... m-me voy a venir-murmuró el azabache al límite de sus fuerzas. El mayor lo escuchó y rápidamente tomó el miembro del menor con su mano para comenzar a masturbarlo. El azabache soltó un suspiro. Tampoco quería quedarse atrás. Llevó su mano hasta su propio miembro y colocó su mano encima de la del peli plata para comenzar a mover sus manos en toda la extensión del miembro.
Finalmente, el menor dejó salir su semen en las manos de ambos y Akihiko lo hizo en el interior del azabache. Este último se dejó caer exhausto sobre el menor, quien no se quejó ni nada. Solamente acarició los suaves cabellos plateados.
-espero algún día poder corresponder a tus sentimientos...
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Un amor doloroso
Romance"Creo que en el amor tengo mala suerte" Segunda parte de, "¿amor verdadero?"