Capítulo XIII. Reencuentro
-¿que mi hijo quieres huir?-se escuchó la voz de un sujeto peli azul. Era Takafumi. Tanto Akihiko como Saeki se pusieron muy nerviosos. Pero sobre todo Saeki.
-m-mamá-murmuró el pequeño.
-¿puedes dejarme a solas con mi hijo, por favor?-le pidió al peli plata, este sólo asintió. Salió de la habitación y le guiñó un ojo al pequeño.
Dicho esto, ambos se sentaron sobre la cama. El pequeño mantenía la mirada gacha y jugaba con los dedos de sus manos. Estaba asustado de lo que pudiera decirle el peli azul.
-¿por qué quieres irte, hijo? ¿Ya no quieres estar a mi lado? ¿O la prefieres a ella?-preguntó, con cierta tristeza.
-no es eso, mami. Tú sabes que yo te amo, pero... también la amo a ella. Sé que es algo que no vas a entender por mucho que te lo explique. Por eso decidí irme de la casa, con ella. Está de acuerdo, y formaremos una familia. No me importa si no tengo tu aprobación, pero es lo que voy a hacer y nadie me lo va a impedir. Me voy-se levanto y estaba dispuesto a tomar su mochila. Takafumi lo miraba sorprendido, le parecía increíble que el pequeño hablara en serio. Fue más rápido y tomo al pequeño de la mano.
-¿por qué la quieres tanto?
-porque es perfecta. Es tan linda conmigo, me cuida, me abraza, es tan dulce, amorosa. Es hermosa, y la amo. Creo que tú mejor que nadie entiendes este sentimiento. Ese que te hace suspirar, que te hace querer proteger a esa persona, que te hace hacer locuras, ese que te demuestra que el amor verdadero existe. Te aseguro que lo que siento por Hiyo es real. Pero creo que no tengo que demostrártelo a ti sino a ella. Es ella quien me importa y no voy a mirar atrás para poder estar a su lado.
-Saeki...
-¿tienes idea de cómo se siente papá? A él le duele que te pongas en esa situación, tan infantil, enojándote con los demás porque no se hace lo que tú quieres. Deberías, por favor, hablar con él. Yo sé que te ama y estará dispuesto a escuchar lo que tú tengas que decirle. Porque vas a disculparte con él, ¿verdad?-Takafumi se quedó pensativo y fue donde se dio cuenta de cada uno de los errores que había cometido y sabía que aún estaba a tiempo de poder solucionarlos.
-prepara tus cosas, pequeño-el pequeño esbozó una sonrisa y abrazó al mayor.
Dicho esto, preparo las cosas de todos y salieron de la casa, no sin antes despedirse de Masamune y Akihiko.
-¿vamos a poder ver a papá?-preguntó Hideki emocionado.
-así es, mi niño-respondió con nerviosismo.
El trayecto fue rápido y al fin, todos se vieron de pie frente a la enorme mansión. Takafumi fue quien tocó el timbre y al poco rato, una persona fue quien abrió la puerta.
-¿Takafumi?-preguntó el castaño.
-h-hola, Zen-respondió con los nervios de punta.
-¡papá!-exclamaron los pequeños y corrieron rápidamente para abrazarlo. Este los recibió con los brazos abiertos, pero miraba serio a cierto peli azul.
-adelante-les cedió el paso y todo mundo entró de nuevo a la casa.
-¿quién es, papá?-preguntó una pequeña, bajando las escaleras. Se sorprendió mucho cuando vio a Takafumi parado frente a ellos.
-hola, Hiyo-saludó el peli azul. La pequeña lo miró asustada y se escondió detrás de su papá.
-¿qué es lo que vienes a buscar? Acordamos que nosotros nos separaríamos. Si viniste a que me despida de mis hijos...
-¡no, no vine a eso!-exclamó.
-niños, suban a su habitación. En un momento vamos-expresó el castaño. Los niños obedecieron.
-no grites, ¿quieres?-respondió el mayor con indiferencia.
-Zen... escúchame...
-¿qué es lo que me quieres decir? ¿Acaso será que vendrás a pedirme perdón?-se burló.
-n-no te burles-se enojó.
-¿entonces?-preguntó, poniéndose serio.
-y-yo... vine a disculparme. Ven, siéntate-dijo el peli azul tomando asiento en el sofá. Kirishima se sentó a su lado, pero a una distancia prudente.
-¿y bien?
-pues, primero quiero disculparme. Sé que me equivoqué al haber hecho eso de irme. Tú sabes que te amo y fue un error el haberte dicho que nos separáramos. También lamento mucho haberle dicho cosas hirientes a Hiyo. Ella es como una hija para mí, y la lastimé mucho. Ahora entiendo que ellos se quieren de verdad, y yo estoy dispuesto a apoyarlos en su relación.
-¿en serio?-preguntó el castaño emocionado. Fue tanta su emoción que se acercó mucho al peli azul y tomó sus manos entre las suyas. Takafumi se puso nervioso y se sonrojó. No importaba el tiempo que llevaran juntos, como pareja, siempre se pondría nervioso al tener al castaño tan cerca de él. Aún amaba a ese hombre y lucharía por recuperarlo.
-s-sí... pero además, vine por otra cosa-respondió con nerviosismo.
-lo sé. De una vez te aviso que no voy a dejar que te escapes. Tú sabes que eres mío y jamás de los jamases voy a dejar que te vuelvas a ir. No entiendo cómo fue que te atreviste a dejarme solo si sabes cuánto te amo y te necesito. ¿Tú también me amas?-le preguntó, acercándose a su pareja lo más que pudo.
-tú sabes que sí. Sé que lo que hice fue un error, pero ahora me doy cuenta, y quiero remediarlo... mmgh... nngh-sus palabras quedaron atrapadas en su boca al sentir los labios del castaño cubriendo los suyos de una manera apasionada y llena de lujuria. Al principio, se quedó sorprendido y no movió ni un músculo. Pero fueron las manos del mayor las que tocaron las suyas y las llevó a su rostro para que lo acariciara.
Antes de que Takafumi pudiera hacer algo, Zen se separó de sus labios y lo empujó para que este quedara recostado sobre el sofá. Era largo y amplio por lo que cabían a la perfección. Kirishima volvió a mirar a su único amor y comenzó a quitarle las prendas que tenía de cintura para arriba y rápidamente lo despojó de lo que tenía de cintura para abajo, dejándolo completamente desnudo. Takafumi solamente se sonrojó y se cubrió la boca con las manos para esconder sus gemidos debido a que el castaño comenzó a jugar con su cuerpo; besando y lamiendo cada pedazo de piel descubierto.
-Z-Zen... te amo. Tú eres el amor de mi vida. Sabes que lo eres todo para mí y no estoy dispuesto a dejar que nada nos separe-miró a su esposo con ojos de amor. Estaba comenzando a excitarse por lo que las palabras salían solas de su boca. El castaño lo miró enternecido y esbozó una sonrisa.
-tú también eres el amor de mi vida y te amo con todo mi corazón-acarició una de sus mejillas y nuevamente besó sus dulces labios. Besó sus labios de una manera tan exquisita, metiendo su lengua y lamiendo todo lo que tenía a su paso. Descendió más, hasta que llegó a su cuello y lo besó también para bajar más hacia el pecho, dejando más mordidas a su paso. Continuó bajando más, por todo el abdomen y finalmente, llegó a la entrepierna. Fue ahí que tomó su miembro, el cual comenzaba a erguirse y sin previo aviso terminó por metérselo a la boca. Takafumi rápidamente se tapó la boca con las manos para no dejar escapar nada.
-vamos, ¿por qué siempre te reprimes? Quiero escucharte gritar-respondió el castaño con voz grave.
-n-no podemos... l-los niños...
-oh, sí. Los niños. Como sea, sigamos-volvió a hundir su cabeza entre las piernas del menor y continuó con su tarea. Besaba, lamía y mordía, con cuidado, el miembro de su pareja. Mientras hacía eso, uno de sus dedos se deslizó hasta su entrada. Esta vez, Takafumi gimió sin siquiera poder contenerse.
-ahhh... Z-Zen... más...
-tranquilo, en un momento te daré más-respondió con la voz llena de lujuria y deseo. Se separó del peli azul sin dejar que este te viniera. Quería tenerlo sensible.
Volvió a acercarse al menor y metió, esta vez, el dedo índice completo. Comenzó a sacarlo y meterlo varias veces, hasta que sintió que debía meter ya el dedo medio. Fue entonces que comenzó a mover esos dos dedos cada vez más rápido, tocando repetidas veces su próstata. Takafumi sentía que iba a desfallecer, con sus ojos nublados por el placer y las piernas temblando como gelatina.
-es hora de comenzar, así que... ¿por qué no te pones en cuatro para mí?-Takafumi atendió su pedido sin protestar y se levantó del sofá, sólo para darse la vuelta y quedar apoyado sobre sus rodillas y también sobre sus codos. Kirishima se volvió loco al tener todo eso frente a él y sin poder contenerse más, metió su miembro completamente en la entrada del peli azul, quien dejó escapar un gemido al ser tocado en su punto. Rasguñó la tela del sofá con sus uñas y se aferró con fuerza cuando el castaño comenzó a moverse dentro de él.
-Z-Zen... m-más-logró murmurar esas palabras al estar preso por completo en una nube de placer. El castaño atendió su pedido y comenzó a moverse con un poco más de fuerza, mientras se acercaba a su amado y lo abrazaba por la cintura para después, deslizar sus labios sobre su blanquecino cuello.
-Zen, quiero más. ¿Por qué lo haces tan lento?-preguntó el peli azul completamente perdido y excitado.
-¿quieres más? Entonces, compláceme-dicho esto, el castaño salió de su interior y se separó un poco del peli azul. Este se sorprendió y se reincorporó de para saber el motivo de que Zen se hubiera detenido. Cuando se reincorporó, se dio cuenta de que este estaba sentado, y lo miraba con deseo. Takafumi rápidamente entendió lo que tenía que hacer y rápidamente se sentó sobre el castaño, dejando que este lo penetrara. Zen lo abrazó por la cintura y lo atrajo más hacia su cuerpo para lamer uno de sus pezones. Lamió y besó cada uno, hasta dejarlos completamente erectos. Zen comenzó a moverse nuevamente y acariciaba todo el cuerpo de su pareja para excitarlo cada vez más.
-Zen... m-me voy a venir-murmuró el peli azul al límite de sus fuerzas y dejó caer su cabeza sobre el hombro de su pareja. Finalmente, ambos se corrieron; entre besos y caricias. Los dos se abrazaron y Takafumi usó el pecho de su amado como almohada y fue así como, poco a poco, comenzaron a quedarse dormidos.
-prometo que jamás me volveré a separar de tu lado. Mi destino es estar junto a ti, para siempre...
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Un amor doloroso
Romance"Creo que en el amor tengo mala suerte" Segunda parte de, "¿amor verdadero?"