Capítulo XVI. Abandono

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Lamento mucho la tardanza al actualizar este fic, pero aqui está el decimosexto capítulo, es más largo, para que se entretengan 😉

Capítulo XVI. Abandono
Narra Masamune
Han pasado tantas cosas en estos últimos días. Justo en estos momentos tengo dos meses y medio de gestación y Akihiko me molesta todo el tiempo con que renuncie, pero no puedo hacerlo. Tengo que trabajar, además, no es como que algo malo me vaya a pasar. Lo que sucedió con Onodera es cosa del pasado, debo enfocarme en el presente y seguir adelante. Tengo que estar bien para mi hijo y también para Akihiko.
Hace poco que salí a caminar un poco para poder relajar mis piernas. Estar tanto tiempo sentado tampoco me hace bien. Caminé hacia la sección de descanso y entré para sentarme. Hace poco que terminé mi paseo y ahora estoy muy cansado. Me quedé de pie frente a la ventana y en eso sentí como alguien me abrazaba por la cintura. Me di la vuelta rápidamente y pude ver al papá de mi bebé. Me miraba con una sonrisa y yo le correspondí. Me di la vuelta para rodear su cuello con mis brazos. Lo abracé con todas mis fuerzas y él me tomó de la cintura. Lo amo tanto. Quiero que esté a mi lado para siempre. Se acercó a mí un poco más y pegó su rostro a mi cuello.
-mmm... A-Akihiko... mmgh-gemí, sin poder contenerme cuando comenzó a besar mi cuello y acarició mi cintura por debajo de mi ropa. Me gusta que lo haga, pero no aquí. Estamos en el trabajo. ¿Qué pasará si alguien nos ve? Seguramente me despedirían.
No me escuchó o se hizo que no escuchaba y continuó haciendo de las suyas, presionando mis glúteos con sus manos. No, si sigue así, seguramente terminaremos haciéndolo.
-A-Akihiko... d-detente, por favor-traté de apartarlo de mi cuerpo, pero este no me responde. ¿Por qué?
-¿por qué no eres más honesto? Tu cuerpo es más sincero que tú-se alejó un poco de mi cuerpo y me miró. Me muerdo el labio inferior al verlo, con esa mirada tan seductora y murmurándome cosas al oído con esa voz grave. No, no puedo hacerlo. Tenemos que parar. Es lo correcto, ¿verdad?
-mira, quieres que pare, pero tú eres el que me provoca. Mira lo que acabas de provocar-señaló su entrepierna y ahí vi un gran bulto. Me sonrojé sólo con mirarlo.
-n-no es mi culpa que hayas venido a interrumpir mi trabajo sólo para bajarte la calentura. Tengo muchas cosas que hacer, así que me voy-me alejé tan pronto como pude, pero de nuevo sentí que Akihiko me tomaba de la cintura.
-¿cómo puedes decir esas cosas? No vengo a eso. Sólo vine a ver cómo estabas, ¿qué tiene eso de malo? Además, estás esperando un bebé. Es normal que me preocupe, ¿no crees?-yo estaba de espaldas y esas palabras salieron de su boca con un tono bastante serio. Me di la vuelta y lo abracé. Mis lágrimas comenzaron a salir. No entiendo que me pasa, ahora me siento triste.
-lo siento, es que...-comencé a llorar con más intensidad.
-¿qué ocurre, mi amor? ¿Te duele algo?-me preguntó, con suma preocupación.
-lo siento, nunca quise decir esas cosas. Lo que pasa es que, a veces me siento feliz y otras triste, no sé qué me pasa-lloré como una magdalena dicen por ahí.
-tranquilo, tranquilo. No llores más, no le hará bien a nuestro bebé. Aunque, pensándolo bien, creo que es por este travieso que te sientes así-señaló mi vientre.
-no le hagas caso a papá. Tú eres muy tranquilo. El travieso es otro-lo miré con desconfianza.
-ahí vamos de nuevo. Bueno, creo que tendré que acostumbrarme. En ese caso, tengo que irme ya. Tengo tantos pendientes que atender. Así que me voy ya-estuvo a punto de irse, pero fui más rápido y lo jalé de la corbata.
-¿adónde crees que vas? ¿Piensas dejarme así?-lo miré sonrojado.
-¿qué es lo que planeas al seducirme de esta manera?-se acercó más a mí y logró que me sentara sobre una de las mesas. Abrió mis piernas y se colocó entre ellas. Comenzó nuevamente a besarme de una manera dulce y lenta, mientras que sus manos se paseaban por todo mi cuerpo y me quitó los pantalones casi enseguida.
Me aferré a su espalda cuando Akihiko besó mi cuello y tocó con sus delgados dedos toda mi columna vertebral. Su tacto es tan cálido y logra erizar mi piel. Todo eso lo hizo aun sin quitarme la camisa. Esta vez sí logró que alzara mis brazos y me quitó también la camisa. Pegó de nuevo sus labios a mi cuello y besó todo hasta llegar a mis hombros, en estos dejó unas pequeñas mordidas, que sólo lograron excitarme más. En estos momentos, lo único que tengo puesto es mi bóxer y ansío tanto que Akihiko también me lo quite. Akihiko siguió besando y lamiendo todo lo que tenía frente a él y llegó a mis pezones, tomó uno con sus labios y comenzó a lamerlo mientras el otro lo estimulaba con sus dedos. Suspiré sin siquiera contenerme e hice mi cabeza hacia atrás. Acaricié su cabello y seguí disfrutando sus caricias, tan llenas de amor. Conforme pasaba el tiempo, mi cuerpo comenzaba a reaccionar y este se calentaba más y más. Fue por eso que no tuve más apoyo y me recosté sobre la mesa. Mis ojos están cerrados y mi respiración es agitada.
-¿qué ocurre, amor? ¿Quieres que pare?-me preguntó mi Akihiko.
-no, ni se te ocurra detenerte. Continua, estoy bien-le sonreí. Él me correspondió y siguió besando mi abdomen y se detuvo exactamente enfrente de mi vientre bajo. Este ya se siente un poco hinchado y puede notarse un pequeño bulto. Akihiko le sonrió y comenzó a acariciarlo.
-hola, bebé. Soy papá. ¿Sabes? Mami y yo estamos tan felices de saber que vienes en camino. Espero que la espera no sea tanta y podamos tenerte en nuestros brazos muy pronto-dijo esas palabras con tanta alegría que terminaron por hacerme llorar. Sin querer comencé a sollozar y Akihiko me miró con preocupación.
-estoy bien, sólo estoy muy feliz. Son lágrimas de felicidad. Estoy feliz por nosotros, de que pronto podremos ser una familia y seremos muy felices los tres juntos. Te amo mucho, te amo con todo mi corazón-lloré con más intensidad.
-Masamune, amor mío, hay algo que quiero decirte desde hace tiempo: sé que no llevamos mucho tiempo juntos, sé que la manera en la que pasaron las cosas no fue precisamente la mejor, pero de algo estoy más que seguro y es del gran amor que siento por ti. Te amo, mi amor, y eres mi razón de existir. Por ti despierto todos los días, porque sé que cuando abra los ojos, lo primero que veré será tu hermoso rostro durmiente, tu sonrisa es la que me hace temblar y sentir escalofríos cada vez que lo haces, tus bellos ojos avellanados, me incitan a perderme en ellos y me tele transportan hacia otro universo, tus sonrojos, tu amor; son los que me mantienen vivo y son lo único que necesito para ser feliz, por eso, quisiera saber si tú-se calló por un momento y se arrodilló frente a mí para después sacar algo del bolsillo trasero de su pantalón, era una cajita muy pequeña. La abrió frente a mí y lo que vi dentro de esta, hizo que mis lágrimas salieran sin poder detenerlas-. ¿Masamune?-me preguntó, yo asentí-. ¿Aceptas ser mi esposo? ¿Aceptas vivir a mi lado el resto de tus días y crear recuerdo juntos por el resto de nuestros días?-yo me cubrí la boca con las manos y asentí rápidamente.
-sí, sí acepto casarme contigo-me reincorporé de mi asiento y me abalancé a sus brazos para darle un beso en los labios, lleno de pasión. Cuando nos separamos, él sacó el anillo de la caja y me lo puso en el dedo anular. Yo lo miré y sonreí. Es hermoso. Volví a mirar a mi futuro esposo y me aventé de nuevo a sus brazos.
-te amo, te amo-le murmuré al oído.
-yo también te amo. Eres mi razón de existir-me miró con dulzura y yo sonreí.
Volviendo a lo otro, Akihiko me tomó de nuevo entre sus brazos y logró que me sentara de nuevo en la mesa, se colocó entre mis piernas y esta vez quitó la última prenda que había en mi cuerpo. Hizo todo muy rápidamente y tomó mi miembro con sus manos y movió estas de arriba hacia abajo. Me aferré como pude a la mesa al sentir a Akihiko metérselo a la boca. Yo lo tomé del cabello de manera delicada y le marqué un poco el ritmo que debía seguir.
-ahhh... mmgh... Akihiko... más, más-murmuré, sintiendo que estaba a punto de venirme. Atendió mis suplicas y movió su boca y sus manos más rápido, hasta que no pude más y terminé viniéndome en su boca. Él se lo tragó todo y después me miró. Su mirada está llena de lujuria y deseo. No puedo evitar suspirar y me muerdo los labios.
-por favor, Akihiko, hazme tuyo. Quiero que me hagas el amor-suspiré y abrí mis piernas lo más abiertas posibles.
-si ese es tu deseo, no puedo negarme entonces-pude ver frente a mis ojos que Akihiko comenzó a quitarse todo y al final, quedó completamente desnudo. Se acercó a mí y nuevamente se posicionó entre mis piernas. Quiero que me penetre, que me haga suyo, que me ame por el resto de su vida.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando lo vi llevar tres de sus dedos a su boca y estos, rápidamente, los llevó a mi entrada. Me sobresalté al sentirlos y apreté mis ojos con fuerza.
-tranquilo, amor, el dolor pasará pronto. Trata de relajarte, ¿sí? Recuerda que jamás te haré daño-me dijo esas palabras con voz dulce. Asentí. Sus dedos lograron entrar más y con eso, todo el dolor se convirtió en placer.
-y-ya estoy listo. Puedes meterlo-le di mi autorización y en ese momento, Akihiko sacó sus dedos y lo reemplazó por su miembro. Puedo sentir como palpita dentro de mí y siento cómo mi interior es llenado poco a poco.
-mmgh... Akihiko, más, más adentro-murmuré en una nube de placer. Mis pensamientos se nublaron y mi mente se quedó completamente en blanco. Las penetraciones se hacían cada vez más rápidas y yo no podía parar de gemir. Me sentía en las estrellas. Mientras Akihiko continuaba penetrándome, me reincorporé de donde estaba y me acerqué a él y lo besé. Sus labios son tan cálidos y me transmiten todo su amor. Se deslizó hasta mi cuello y en este, dejo todo tipo de marcas. En ese momento, me tomó entre sus brazos y como la mesa estaba pegada a la pared, me cargó y me pegó a la pared. Yo enredé mis piernas en su cintura y él continuó penetrándome. Su cuerpo se mantiene muy cerca del mío y puedo sentir su respiración y los latidos de su corazón. Pegó su rostro a mi cuello nuevamente y lo besó con sus tibios labios. Siento que estoy llegando a mi límite. No puedo seguir más. Mientras él seguía embistiendo, yo me tomé la libertad de enredar mis brazos en su espalda y enterré mis uñas en esta cuando él tocó un sitio muy sensible de mi cuerpo.
-y-ya no puedo más... m-me voy a venir... ¡ahhh!-exclamé sin poder contenerme y terminé viniéndome en medio de ambos. Fue poco lo que tuve que esperar para sentir el semen de Akihiko dentro de mí. Akihiko recargó su cabeza en mi hombro y recargue la mía en la pared.
-bueno, creo que voy a salir ya...
-no, espera, quédate adentro un poco más-lo abracé con más fuerza con mis piernas.
-si eso es lo que quieres-finalmente, Akihiko me dejó sentado sobre la mesa y se agachó para recoger mi ropa. Me vestí con calma y al final, solamente lo miré.
-¿qué pasa?-me preguntó. Me miró por un momento y se acercó para darme un beso.
-nada, es solo que... estoy feliz. Me hace tan feliz que podamos tener nuestra pequeña familia-le dije con emoción.
-así es. Te juro que seremos tan felices los tres juntos-me dio un abrazo y otro beso antes de salir de la sala de descanso. No puedo creer que hayamos estado ahí tanto tiempo. Seguramente todo mundo debe estarme buscando.
-nos vemos en la noche y no trabajes mucho. No quiero que te esfuerces tanto, ¿de acuerdo?-me regañó.
-sí, está bien. No te preocupes tanto. Ambos estaremos bien. Nos vemos, ahora tengo que irme-me despedí y rápidamente me alejé de él. En el camino me encontré con alguien muy peculiar: Ijuuin Kyo, el famoso creador del manga The-Kan. Se acercó a mí y me saludó con la mano. Le respondí el saludo, pero es extraño, porque yo jamás le he dirigido la palabra.
-hola, muy buenas tardes. Lamento tanto las molestias, pero quiero hablar con usted-me detuvo en el pasillo.
-eh, hola-lo miré con desconfianza.
-lo siento, solamente vengo a presentarme con el editor más famoso de toda la editorial-se acercó a mí de una manera muy sospechosa.
-¿en serio? Yo no me considero alguien tan importante. Eh, si me disculpas, me tengo ir. Tengo mucho trabajo que hacer y...
Estuve a punto de irme, pero ese sujeto fue más rápido y logró acorralarme contra la pared. Pegó mucho su cuerpo al mío y presionó mis muñecas contra la pared, y sin previo aviso me besó.
No supe cómo reaccionar y mantuve mis ojos lo más abiertos posibles. No pude darme cuenta de nada más hasta que alguien se acercó y separó a ese sujeto de mi cuerpo. Me tapé la cara con las manos y sólo escuché un golpe. Cuando me quité las manos de la cara, vi a ese sujeto tirado en el suelo, sujetándose la nariz, de la cual salía sangre. Frente a él estaba Akihiko, me miró serio, pero pude ver que su cara estaba roja del coraje. Me puse nervioso y todo a mi alrededor comenzó a darme vueltas. Comencé a ponerme nervioso e inevitablemente, mis lágrimas salieron de mis ojos.
Todo mundo salió a ver lo que estaba pasando y se quedaron alrededor de nosotros, viéndome a mí y también a Akihiko.
No pude aguantar más el silencio de Akihiko y me alejé de ahí tan rápido como lo permitieron mis piernas. Llegué hasta el baño y traté, como pude, de contenerme, pero me estaban dando unas náuseas terribles. Al final, no pude más y terminé soltando todo lo que llevaba en el estómago en el lavabo. Las lágrimas no tardaron en hacerse presentes y cuando terminé, me enjuagué la boca con agua y también me lavé la cara. Me sequé con una toalla y después me miré al espejo. No me veía para nada bien y decidí entonces agachar la mirada. Me cubrí la cara de nuevo con mis manos y traté de limpiarme las lágrimas.
-¿por qué? ¿Por qué siempre tiene que salir algo mal?-me dije a mí mismo y miré el anillo que había en mi mano derecha-. Ah, me siento mal-miré mi vientre y lo acaricié con mi mano-. Yo creo que lo dejaré por ahora y me iré a casa-me limpié las lágrimas y alcé mi cara. Cuando hice esa acción, miré a través del espejo a mi amado Akihiko. Bajé de nuevo mi mirada al percatarme de que él estaba serio.
-lo siento-me disculpé, con la mirada baja, ni siquiera tengo el valor de mirarlo a los ojos. El silencio que se formó fue eterno y me puse nervioso de nuevo. La atmósfera incomoda se rompió cuando sentí que él me abrazó por la cintura y recargó su barbilla en mi hombro.
-no, discúlpame tú a mí. Sé que pensaste que estaba molesto contigo, pero no es así. Me molesté mucho con ese imbécil por atreverse a ponerte un dedo encima. Eres mío y así será por siempre. Siento haberte hecho pasar un mal rato. Yo vi cuando ese idiota se atrevió a ponerte las manos encima. Me dio tanta rabia, que no lo soporté más y fui a romperle la cara. La culpa no fue tuya. Vi que en todo momento te rehusaste, pero no pudiste alejarlo de ti-relató mi Akihiko. Bueno, me siento más tranquilo. Sé que él confía en mí y yo en él. Me di la vuelta y lo abracé fuertemente. Escondí mi cara en su hombro y lloré con fuerza. Él me abrazó también y acarició mi cabello. Sentí como me dio un beso en la cabeza.
-no llores más. No le hace bien a nuestro bebé. Además, no fue tu culpa-trató de consolarme y acarició mis mejillas suavemente. Eso me hizo sentir más seguro y sonreí.
-abrázame más fuerte-le pedí y escondí mi cara en su hombro. Bueno, en estos momentos mi bebé está más tranquilo. Creo que solamente quería ver a papá. En ese caso, tengo que volver al trabajo. He estado mucho tiempo lejos de mi área de trabajo. Si no regreso pronto me despedirán.
-tengo que irme ya. Debo trabajar. Tú también deberías hacer lo mismo. Me voy-me despedí.
-cuídate mucho y no dejes que otro pervertido te seduzca, ¿eh?-me advirtió.
-oye, ¿no te mordiste la lengua?-me burlé.
-¡oye! Sí soy un pervertido, pero sólo contigo. Además, así me amas, ¿no?
-tienes razón. Bueno, ya me voy a trabajar. Nos vemos en la noche-esta vez sí me despedí y me alejé de ahí rumbo a la oficina de Emerald.
-¿dónde demonios has estado todo este tiempo, Takano? Recuerda que el plazo para entregar el manuscrito es mañana en la mañana-me regañó Hatori.
-tranquilízate un poco. Todo estará bien-hablé con calma.
-dime quién demonios eres y qué has hecho con nuestro jefe-volvió a decir Hatori.
-soy tu jefe, ¿sí? Ahora pónganse a trabajar-los miré serios y nadie más dijo nada.
Pasó casi una hora desde que volví a hacer mi trabajo, hasta que alguien me interrumpió.
-Masamune-esa voz era de Onodera. Lo miré con la cara seria-. Perdón, Takano-corrigió.
-¿qué se te ofrece?-lo traté de forma despectiva.
-¿podemos hablar un momento?-me miró con suplica y yo asentí, fastidiado.
Me levanté de mi asiento y nos alejamos un poco de ahí.
-¿qué es lo que se te ofrece?-le pregunté de forma despectiva.
-quiero que vuelvas conmigo-dijo de manera seria. Debe estar bromeando. Yo jamás volveré con él, además, estoy con Akihiko.
-¿qué dijiste? ¿Que vuelva contigo? Por favor, ni lo sueñes. Es algo que jamás va a pasar. Olvídate de mí ya. Sabes que estoy con Akihiko y lo amo.
-lo harás-su expresión cambió, no puedo explicarlo, pero esta se veía diferente.
-¿me estás amenazando?-le pregunté.
-así es. Yo creo que... no quieres que alguien se entere de lo que estuvieron haciendo ustedes dos en la sala de descanso, ¿o sí?-me mostró en ese momento su celular y en este tenía el video donde estábamos Akihiko y yo teniendo sexo en la sala de descanso. Me quedé petrificado y sin saber qué pensar.
-¿tú grabaste esto?-le pregunté, incrédulo.
-así es. Y de una vez te digo que si no regresas conmigo, lastimaré a esa persona tan importante para ti-me mostró otro video, en este aparecía Akihiko en el estacionamiento, ahí, le colocaron algo en la cabeza y después lo subieron a una camioneta.
-no, no... A-Akihiko...
-ni se te ocurra decirle a alguien sobre esto, porque será peor para Akihiko-me amenazó por última vez antes de alejarse de ahí y continuar con su trabajo. En ese momento mi mundo de vino abajo y todo comenzó a darme vueltas. Tuve que agarrarme de una silla. En eso, iba entrando Takafumi y fue cuando no pude más y caí completamente en la inconsciencia.
-mi amor por ti es tan fuerte, que nadie, nadie nos va a separar, lo juro...

Un amor dolorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora